La muerte no era ajena a Fernando del Solar

CIUDAD DE MÉXICO, julio 1 (EL UNIVERSAL).- Un día, simplemente Fernando del Solar dejó de temerle a la muerte. Fue en una de sus grandes recaídas por el cáncer pulmonar que le detectaron en 2012. Contó que compartió el piso de terapia intensiva con dos personas: un sobreviviente de un accidente vehicular y otro que tuvo un problema mayor, mientras hacía ejercicio.

"La muerte va a venir cuando tenga que venir. Esté enfermo o no esté enfermo. Eso lo entendí entonces", contó a EL UNIVERSAL en 2016.

"He crecido con mucho miedo a la muerte y cuando estuve cerca me empecé a replantear: ¿y si todo lo que creo no es verdad? ¿Y si no hay vida después de la muerte? ¿Y si no me esperan los ángeles? ¿Y si el cielo es aburrido? Comencé a convivir con eso de la muerte, a tomarlo como una variable".

El conductor, quien desde ese entonces decidió "dar un salto al vacío" en favor de disfrutar cada momento vivido, murió ayer a los 49 años de edad.

Le sobreviven sus dos hijos Luciano y Paolo, que tuvo con su exesposa Ingrid Coronado, con quien estuvo casado de 2012 a 2015, año en que se divorciaron. Para él, los niños siempre fueron su motor para continuar adelante.

"Recuerdo cuando llegaba de las quimioterapias y les decía: 'hoy papá no tiene ganas de jugar…' Y ellos venían y me cuchareaban; Lucky se ponía atrás, me abrazaba, y Paolo se ponía adelante, y también me abrazaba. Eso para mí era genial, porque sin decirme nada ellos me daban toda la fuerza", contó el conductor.

El actor se casó en abril pasado con Anna Ferro, a quien conoció dos años antes en una clase de yoga; con ella compartió su última etapa de vida, que afirmó, lo hacía "inmensamente feliz".

Mónica Noguera, quien compartió con él la conducción del programa "Bla bla show", en MVS, recuerda cómo el amor cambió la vida de su excompañero: "Cuando Fer y yo comenzamos a trabajar juntos él llegaba de una batalla fuertísima contra el cáncer, quien le devolvió la sonrisa fue Anna", comenta.

¡Arriba los corazones!

No sólo fue el nombre de su libro y la frase que lo caracterizó. "¡Arriba los corazones!" también fue un mantra que contagió a quienes lo conocieron, incluyendo cientos de seguidores, muchos con algún tipo de cáncer, que acudieron a sus charlas o compraron su publicación.

El originario de Argentina llegó a México a los 23 años. Comenzó en el modelaje, seguido de programas como "Insomnia", "La vida es una canción", "Sexos en guerra", "Venga la alegría" y "Hoy", donde compartió con la productora Andrea Rodríguez.

"Me imagino que pasó por momentos muy complicados pero nunca se tiraba o llegaba diciendo: '¡ay, pobrecito de mí!' Incluso cuando uno le preguntaba si se sentía bien el respondía que perfecto, él siguió luchando por sus hijos", afirma la productora.