Cómo motivar a los adolescentes a practicar deporte después del verano

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El final del verano marca el regreso a la rutina académica, y con ella muchos adolescentes abandonan los hábitos activos que adoptaron durante las vacaciones. Teniendo en cuenta que la Organización Mundial de la Salud recomienda al menos una hora diaria de actividad física para los jóvenes, el hecho de que al comienzo del curso se vuelven más sedentarios es preocupante y puede afectar su salud física y mental.

Con el inicio del año escolar, el tiempo dedicado al deporte y las actividades físicas suele disminuir. Esto se debe, en parte, al aumento de las responsabilidades académicas y al uso creciente de pantallas para el estudio y el ocio. Según la OMS, más del 70 % de los adolescentes españoles no cumplen con las recomendaciones de actividad física, siendo el problema más grave entre las chicas, entre las que solo el 22 % sigue las pautas mínimas.

Este sedentarismo no solo aumenta el riesgo de obesidad, sino que también afecta la salud mental, con más casos de ansiedad y depresión en jóvenes inactivos.

El abandono del deporte es especialmente notable durante la adolescencia, entre los 12 y 13 años, y alcanza su punto crítico a los 16-18 años, cuando el 70 % de las chicas deja de practicar cualquier actividad física. Esto se debe a una combinación de factores sociales, personales y familiares, y es necesario abordarlos para fomentar un estilo de vida más activo.


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Consejos para motivar a los adolescentes a practicar deporte

Para revertir esta tendencia, los padres juegan un papel crucial. Aquí presentamos cinco estrategias que pueden ayudar a motivar a los adolescentes a mantenerse activos después del verano:

  1. Dar el ejemplo: Los adolescentes son muy influenciables por lo que ven en casa. Las familias pueden participar en actividades físicas conjuntas, como caminatas, paseos en bicicleta o deportes recreativos. Esto no solo fomenta el ejercicio, sino que también fortalece los lazos familiares.

  2. Usar la tecnología a favor del deporte: Los adolescentes de hoy son nativos digitales y muchos dispositivos como relojes inteligentes o apps de fitness pueden ser herramientas útiles para revisar su actividad física. Estos programas permiten fijar metas, hacer seguimiento de los progresos y motivarse a sí mismos.

  3. Establecer metas alcanzables: Los adolescentes tienden a responder bien a los desafíos. Proponer metas realistas, como correr una cierta distancia o mejorar en un deporte, puede mantener su interés. Es clave que estas metas sean realistas y alineadas con sus gustos y habilidades.

  4. Facilitar el acceso a recursos deportivos: Muchas localidades ofrecen una amplia gama de actividades deportivas. Inscribir a los adolescentes en clases o clubes que se ajusten a sus intereses y horarios puede hacer que el deporte se convierta en parte de su rutina diaria.

  5. Fomentar la socialización a través del deporte: Unirse a un club deportivo no solo promueve la actividad física, sino que también ayuda a los jóvenes a socializar y sentirse parte de un grupo. Esto refuerza su compromiso con la actividad física y les proporciona un entorno de apoyo.

El impacto del sedentarismo en la salud adolescente

El sedentarismo en los adolescentes tiene consecuencias graves a nivel físico y mental. La falta de ejercicio está directamente relacionada con el aumento de la obesidad, lo que incrementa el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2 y la hipertensión. Además, el sedentarismo perjudica la salud cardiovascular y puede llevar a problemas respiratorios como el asma.

En el ámbito mental, la inactividad está asociada con una mayor prevalencia de depresión y ansiedad. Los adolescentes sedentarios tienden a tener una baja autoestima y una percepción negativa de su propio cuerpo, lo que agrava estos problemas psicológicos. Asimismo, la falta de actividad física puede reducir los niveles de energía y dificultar la socialización, lo que puede llevar a un aislamiento social.

¿El deporte mejora el rendimiento académico?

Diversos estudios han señalado una correlación positiva entre la práctica regular de ejercicio y un mejor rendimiento académico. Aunque existen muchos factores que influyen en las calificaciones, la actividad física regular parece tener un efecto beneficioso en la concentración, la memoria y el bienestar general de los estudiantes.

Además, el deporte ayuda a los jóvenes a desarrollar habilidades como la disciplina y la gestión del tiempo, que son clave para su éxito académico.

Deportes recomendados para adolescentes

Es importante encontrar actividades que disfrutemos, ya que esto aumentará las probabilidades de que continuemos practicándolas a lo largo del tiempo. Los deportes de equipo, como el fútbol o el baloncesto, son excelentes para fomentar la cooperación y el trabajo en equipo. Sin embargo, los deportes individuales como el tenis, la natación o el atletismo también pueden ser una buena opción, ya que nos permiten desarrollar nuestra autoestima y autoeficacia.

Actividades al aire libre como el senderismo o el ciclismo pueden ser especialmente atractivas para aquellos que disfrutan de la naturaleza, mientras que las clases de fitness y baile pueden ofrecer una alternativa divertida y social. Lo importante es que el deporte sea una fuente de disfrute y no una obligación.


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Predicar con el ejemplo

Con el apoyo adecuado de los padres y el acceso a recursos y actividades que se ajusten a sus intereses, es posible fomentar un estilo de vida activo que tenga un impacto positivo en la salud física y mental de los más jóvenes.

Es crucial que las familias adopten hábitos saludables y sirvan de ejemplo, creando un entorno en el que el deporte sea una parte integral de la vida diaria. Con esto, no solo mejorará el bienestar de los miembros más jóvenes de la familia, sino también su rendimiento académico y su capacidad para establecer relaciones saludables.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation, un sitio de noticias sin fines de lucro dedicado a compartir ideas de expertos académicos.

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Miguel Ángel Méndez Pérez no recibe salario, ni ejerce labores de consultoría, ni posee acciones, ni recibe financiación de ninguna compañía u organización que pueda obtener beneficio de este artículo, y ha declarado carecer de vínculos relevantes más allá del cargo académico citado.