Los montenegrinos exigen la dimisión de altos cargos de Seguridad tras el tiroteo masivo que mató a 12 personas

Miles de personas han protestado en Montenegro para exigir la dimisión de altos cargos de Interior y Seguridad tras la muerte de 12 personas en un tiroteo masivo el día de Año Nuevo. Al grito de "dimisiones" y "asesinos", los manifestantes organizaron concentraciones dobles en la capital, Podgorica, y en la ciudad central de Cetiña, donde se produjo el tiroteo.

Frente al edificio del Ministerio del Interior en Podgorica, los manifestantes exigieron la dimisión del ministro del Interior, Danilo Saranović, y del vice primer ministro de Seguridad y Defensa, Aleksa Becić. Milo Perović, de un grupo dirigido por estudiantes que ayudó a organizar la concentración, dijo a la multitud que durante su vigilancia murieron personas inocentes.

Horas antes, cientos de personas guardaron 12 minutos de silencio por las 12 víctimas en una concentración en Cetiña, la capital histórica de Montenegro. Fue la segunda masacre de este tipo en la ciudad en menos de tres años. Muchos residentes de Cetiña y otros montenegrinos creen que la Policía ha gestionado mal la situación y no ha hecho lo suficiente para reforzar la seguridad desde la primera masacre, ocurrida en agosto de 2022.

Aquel atacante mató a tiros a 10 personas, entre ellas dos niños, antes de ser abatido por un transeúnte. El tiroteo del miércoles fue consecuencia de una pelea en un bar. Un lugareño de 45 años fue a su casa a por su pistola antes de volver al bar y abrir fuego, matando a cuatro personas allí y a ocho más en otros lugares antes de suicidarse.

El incidente aviva la preocupación por la violencia en el país

Los múltiples episodios de violencia en la sociedad montenegrina, políticamente dividida, preocupa ahora aún más a los montenegrinos. También ha suscitado dudas sobre la preparación de las instituciones estatales para hacer frente a los problemas, incluida la tenencia de armas.

La Policía ha declarado que el tiroteo era imposible de predecir y prevenir, aunque el atacante, identificado como Aco Martinović, había sido condenado por conducta violenta y tenencia ilícita de armas. Sus víctimas eran en su mayoría amigos y familiares.

Las autoridades montenegrinas anunciaron rápidamente una nueva y estricta ley de armas y otras duras medidas para frenar las armas ilegales, que abundan en esta nación balcánica de unos 620.000 habitantes.

El domingo, la Policía informó de que había realizado redadas en varios lugares del país y confiscado una veintena de armas, más de 500 cartuchos de munición y explosivos. Los manifestantes de Cetiña y Podgorica también exigieron una "desmilitarización" de la población mediante la destrucción de las armas ilegales, elevados impuestos sobre la tenencia de armas y una moratoria en la concesión de nuevas licencias mientras se reconsideran las existentes bajo estrictos criterios.

Maja Gardasević, organizadora de la protesta, dijo durante la concentración en Cetiña que "hemos venido en busca de respuestas". "¿Por qué se ha producido una masacre en Cetiña por segunda vez?", preguntó Gardasević. "¿Por qué nadie es responsable? ¿Por qué es tan difícil dimitir?".