Montecarlo: el griego Stefanos Tsitsipas, campeón de un Masters 1000 por primera vez y ¿firme candidato en Roland Garros?
El griego Stefanos Tsitsipas es, más allá de sus tropezones (algunos de ellos, insospechados), uno de los tenistas con más virtudes y potencialidad con miras al cambio de mando en el circuito. A los 22 años y ya habiendo conquistado una Copa de Maestros (en 2019, en Londres), el jugador diestro de revés de una mano encumbró su primer Masters 1000 en uno uno de los torneos más valiosos del tour, sobre el polvo de ladrillo de Montecarlo. En la final derrumbó por un doble 6-3, en una hora y once minutos, a otra de las jóvenes raquetas más destacadas del mundo: Andrey Rublev, de 23 años y 8° del ranking.
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“Ha sido una semana increíble en Montecarlo. No puedo describir lo que siento ahora mismo. Es increíble poder estar en esta posición. Ambos merecíamos estar en la final y disputar una magnífica batalla para las personas que nos podían observar [NdR: el torneo no contó con público presencial]. Puedo considerarla la semana de mi vida”, describió el jugador nacido en Atenas y 5° del ranking, que levantó el trofeo ante la infaltable presencia de Alberto II, Príncipe de Mónaco. Tsitipas, que no perdió sets durante la semana, logró su sexto título.
BREAKTHROUGH 🙌
The moment Stefanos Tsitsipas won his first Masters 1000 title! pic.twitter.com/3icLsgCx4S— Tennis TV (@TennisTV) April 18, 2021
Líder en victorias en la temporada (24), ganador en sus últimas siete finales y habiendo dejado al once veces campeón de Montecarlo (Rafael Nadal) en el camino (en los cuartos de final), Rublev aspiraba a conquistar el mayor trofeo de su vida. Sin embargo, se topó con un contundente Tsitsipas, que no deja de evolucionar en lo que va de la temporada: tras dos victorias en la ATP Cup, fue semifinalista en el Abierto de Australia y Rotterdam, llegó a los cuartos de final de Marsella, a la final de Acapulco y a los cuartos de final de Miami, donde cayó con el polaco Hubert Hurkacz, más tarde el campeón.
Tsitsipas (primer griego campeón de Masters 1000) mostró un excelente nivel desde el inicio y marcó diferencias con un ágil juego de pies desde el fondo de una cancha con la tierra pesada por la humedad del día. Logró el 60% de primeros servicios, ganó el 86% de puntos con el primer saque y el 68% con el segundo, además de romperle en tres oportunidades el servicio a Rublev, un tenista de tiros poderosos que esta vez no pudo hacer daño. El historial estaba 3-3, pero el moscovita se había impuesto en la única final, también sobre polvo de ladrillo, en Hamburgo 2020.
Stefanos, tantas veces en cortocircuito público con su padre y entrenador, Apostolos Tsitsipas, esta vez se unieron en un abrazo emocionado. El jugador de 1,93 metro y 89 kilos también recibió el cariño de su madre, que conoce lo que es celebrar en el Principado. ¿Por qué? Julia Salnikova fue tenista profesional (130° de la WTA en 1992), pero ganó un título juvenil en el Monte-Carlo Country Club en 1981, mientras representaba a la Unión Soviética.
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El del Principado se trata del segundo título ATP sobre polvo de ladrillo para el heleno, tras el conquistado en Estoril 2019. Con más del 70% de efectividad sobre superficie lenta y también vigente semifinalista de Roland Garros, Tsitsipas se encumbra como uno de los candidatos a hacer mucho ruido durante la gira europea de tierra que recién está comenzando y que tiene a Roland Garros, claro, como la estación más prestigiosa.