Monjes “prorrusos” vuelven a negar al Gobierno acceso a su monasterio en Kiev

Kiev, 31 mar (EFE).- Los monjes del Monasterio de las Cuevas de Kiev, a los que las autoridades ucranianas acusan de prorrusos, volvieron a negar hoy la entrada al recinto a la comisión gubernamental encargada de llevar a cabo su evacuación y la transferencia de este lugar de la UNESCO a la administración del Estado.

Los religiosos que viven y rigen el monasterio pertenecen a la Iglesia Ortodoxa Ucraniana conocida en Ucrania como “del Patriarcado de Moscú” por su subordinación canónica a la Iglesia rusa.

Los monjes tenían de plazo hasta el 29 de marzo para dejar el monasterio, pero han dejado claro que no tienen intención de abandonar este complejo religioso fundado en el siglo XI que tiene una importancia capital en las tradiciones ortodoxas de Ucrania y de Rusia.

TENSIÓN EN EL MONASTERIO

Los miembros de la delegación del Ministerio de Cultura acudieron a este monasterio situado a orillas del río Dnipró a las diez de la mañana hora local (8.00 GMT), pero como ya ocurrió este jueves tuvieron que dar media vuelta al negarse los monjes a abrirles los edificios del recinto que tenían previsto inspeccionar.

Cientos de curiosos, periodistas, críticos y fieles de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana se congregaron a la entrada del monasterio, donde hubo enfrentamientos verbales entre los religiosos que rezaban en ruso por la permanencia de los monjes y los activistas que piden su salida.

Uno de estos activistas se posicionó junto a unas mujeres que rezaban para recriminarles que lo hicieran en ruso y entonar después el himno ucraniano. Las mujeres respondieron cantando himnos religiosos.

Frente a una de las iglesias del complejo, jóvenes activistas ucranianos gritaron eslóganes patrióticos e insultos obscenos contra el presidente ruso, Vladímir Putin, que provocaron la indignación de las mujeres que rezaban en apoyo de los monjes.

En una nota oficial, la Iglesia Ortodoxa Ucraniana ha calificado a estos jóvenes de “provocadores”: “La policía se los ha llevado. El cura los ha rociado con agua bendita”.

ORDEN DE LA POLICÍA

El Ministerio de Cultura ucraniano -que ha decidido no extender el acuerdo por el que estos monjes administran el monasterio- ha presentado una denuncia a la Policía por la negativa de los religiosos de permitirles el paso, y espera recibir una orden que les permita cumplir su misión aún sin el acuerdo de los popes.

Al mismo tiempo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, y otros altos representantes del Gobierno ucraniano y de sus estamentos de seguridad se han referido a esta y otras medidas para reducir la influencia de la Iglesia Ortodoxa Ucraniana “del Patriarcado de Moscú” como parte de “la lucha por la independencia espiritual de Ucrania”.

Desde el comienzo de la invasión rusa, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha llevado a cabo redadas en el Monasterio de las Cuevas y en otros templos de esta denominación ortodoxa, que denuncia ser víctima de una persecución religiosa.

En algunos de ellos dijo haber encontrado pasaportes rusos, material propagandístico favorable al Kremlin y bolsas de dinero en efectivo de procedencia dudosa. Las fuerzas del orden ucranianas también han detenido a varios popes de esta congregación por bendecir la invasión desde los púlpitos y pasar información al enemigo.

INFLUENCIA RUSA

La Iglesia Ortodoxa Ucraniana del Patriarcado de Moscú ha sido, durante siglos, uno de los nexos de unión con Rusia que existían en Ucrania. Muchos de sus jerarcas manifestaban en público hasta hace poco su afinidad con Moscú.

La Iglesia Ortodoxa Ucraniana rompió en mayo del año pasado su relación con el Patriarcado de Moscú, en respuesta al ferviente apoyo del patriarca ruso, Kiril, a la guerra. Sus críticos consideran este paso insuficiente y cosmético, y les piden que se pasen a la Iglesia Ortodoxa de Ucrania si de verdad quieren romper con Rusia.

La Iglesia Ortodoxa de Ucrania es la iglesia ortodoxa nacional y autocéfala de Ucrania. Fue fundada en 2018 colmando las aspiraciones de plena independencia eclesiástica de millones de ucranianos. Un año después, el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla reconoció su autocefalia.

Marcel Gascón

(c) Agencia EFE