La moneda de un dólar de 1804 que fue acuñada treinta años después y que actualmente vale millones

El mundo de la numismáticaestá lleno de curiosidades, habiendo numerosísimas anécdotas alrededor de la historia de algunas monedas que provocan que estas acaben teniendo un valor incalculable y se conviertan en un preciado objeto de deseo por parte de los coleccionistas.

Moneda de un dólar de 1804 que fue acuñada treinta años después y que actualmente vale millones (imagen vía Wikimedia commons)
Moneda de un dólar de 1804 que fue acuñada treinta años después y que actualmente vale millones (imagen vía Wikimedia commons)

Entre la amalgama de historias curiosas en relación a alguna moneda, nos encontramos con la que existe sobre un peculiar dólar cuya composición es del 90 % de plata y un 10 % de cobre, apareciendo en el anverso el año 1804, aunque en realidad esta fue acuñada tres décadas más tarde.

El mencionado año fue el último en el que se acuñaron una serie de monedas de dólar, pero las últimas (a pesar de ser acuñadas en 1804) no llevaban ese número inscrito sino el de 1803. Tuvo que pasar exactamente 30 años para que Casa de la Moneda de los Estados Unidos decidiera lanzar otra serie de monedas, pero estas iban a ser una edición limitada y no para que circulasen sino como regalo de una colección particular.

Es una historia algo enrevesada y es precisamente ese lío que se formó lo que acabó dando ese valor millonario a esas nuevas monedas.

Resulta que en 1834, el entonces presidente de los EEUU, Andrew Jackson, quiso hacer llegar un presente al rey de Siam (actual Tailandia), aprovechando el viaje que su embajador internacional, Edmund Roberts, iba a realizar por el Lejano Oriente. Conocedor que el monarca asiático era aficionado a la numismática, decidieron que el regalo ideal para éste podría ser un estuche conteniendo una colección con todas las monedas de un dólar acuñadas en la historia de los Estados Unidos.

Pero el hecho de que la moneda acuñada en 1804 llevase inscrito el año 1803 fue algo que desconcertaba al presidente Jackson, por lo que ordenó que se realizara una tirada especial de la misma moneda pero en la que apareciese en el anverso el año 1804 (sí, un capricho presidencial algo extraño, pero recordemos que Andrew Jackson destacó en sus ocho años de mandato por haber tomado algunas pésimas decisiones).

Aprovechando aquel viaje de Edmund Roberts por Asia, también llevaría algunas de aquellas nuevas monedas a otros líderes y representantes, por lo que se acuñaron unas cuantas piezas de más. Pero desafortunadamente, el embajador estadounidense enfermó por disentería cuando se encontraba en Macao (actualmente perteneciente a China y por aquel entonces colonia portuguesa), falleciendo en 1836 sin haber finalizado el viaje diplomático y sin entregar todas las nuevas monedas a los mandatarios asiáticos.

No se sabe cómo ni quién lo hizo, pero dichas monedas desaparecieron de entre las pertenencias del Edmund Roberts y unos años después las piezas empezaron a circular por el mercado negro de los coleccionistas, siendo intercambiadas o compradas.

Pero la historia se complica mucho más cuando en 1858, Theodore Eckfeldt (un vigilante nocturno de la Casa de la Moneda) decide robar las planchas de las monedas de 1804 (acuñadas en 1834) y hacer algunas cuantas falsificaciones de esta, con el fin de venderlas a coleccionistas (según consta logró vender varias al precio de 75 dólares cada una, un elevadísimo precio por aquella época).

Cuando se descubrió el mercado negro alrededor de aquellas monedas de un dólar de plata de 1804, las autoridades gubernamentales de EEUU ordenaron sacarlas de circulación, intentando localizar todas (las originales y las falsas), quedando en la actualidad muy pocas piezas (se calcula que podrían ser ocho), habiendo alcanzado cada una el astronómico valor de nueve millones de dólares.

Cabe destacar que de los dólares de 1804 se acuñaron tres tipos o colecciones, que estaban divididas como ‘Clase I’, ‘Clase II’ y ‘Clase III’, y cada una de estas tienen un valor actual diferente (todos millonarios, pero la mejor valoradas son las de Clase I).

Aparentemente las tres clases son muy iguales, pero varía el peso y el canto: Clase I: 26,581g (en el canto aparece inscrito: 'hundred cents one dollar or unit'); Clase II: 25,45g (el canto es liso y no aparece nada inscrito); Clase III: 26,10g (en el canto aparece inscrito: 'hundred cents one dollar or unit').

Fuente de la imagen: Wikimedia commons

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