Mohammed bin Salman, de reformista para Occidente a "príncipe psicópata"

Hace menos de un lustro, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman (MBS), comenzó a atraer la atención internacional con sus reformas económicas y su intención de iniciar una época más aperturista que ofreciera más oportunidades para las mujeres.

Sus mejoras sociales incluyeron permitir a las mujeres volver a conducir, así como abrir salas de cine después de unos 30 años de prohibición. A ello, se unió la apertura económica, que trata de conseguir que Arabia Saudí sea menos dependiente del petróleo en línea con la “Visión 2030”, su ambiciosa agenda de medidas.

Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí. (Photo by Royal Court of Saudi Arabia/Handout/Anadolu Agency via Getty Images)
Mohammed bin Salman, príncipe heredero de Arabia Saudí. (Photo by Royal Court of Saudi Arabia/Handout/Anadolu Agency via Getty Images)

Su nombre empezó a sonar entre los gobiernos de Occidente, que le tildaron de “reformista”. Con solo 32 años, era la fuerza impulsora detrás del proyecto de renovación del Reino del desierto, y fue consolidando su poder hasta que el rey Salman, de 81 años, cuya salud se estaba deteriorando, lo colocó en la primera fila para el trono, reemplazando a su sobrino, Mohammed bin Nayef.

Sin embargo, el optimismo occidental se frenó en seco con el asesinato del periodista saudí exiliado y columnista del Washington Post, Jamal Khashoggi, en el consulado saudí en Estambul en 2018, aprobado por el príncipe heredero, según documentos desclasificados de la inteligencia estadounidense. Y ahora, por si hubiera dudas, un exalto oficial de la inteligencia saudí le ha tachado directamente de “psicópata sin empatía”, que “no siente emoción y nunca ha aprendido de su experiencia”.

En una entrevista en el programa 60 minutos de la CBS estadounidense, Saad Aljabri, quien huyó de Arabia Saudi en mayo de 2017 y vive exiliado en Canadá, ha afirmado que Mohammed bin Salman es un “psicópata” y un “asesino” que una vez se jactó de que podía matar al gobernante del Reino en ese momento, el rey Abdullah, y reemplazarlo por su propio padre.

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Según su relato, Mohammed bin Salman habría asegurado en una reunión, que al parecer está grabada, que quería asesinar al entonces rey Abdullah. “Traigo un anillo con veneno de Rusia. Basta con que estreche mi mano con él” dijo el príncipe heredero según explicó Saad Aljabri, que indicó que el objetivo de MBS era facilitar la llegada de su padre al trono, el actual rey Salman. Finalmente, Abdullah murió en 2015 tras ser ingresado por una infección de pulmón en el hospital.

Por otro lado, Aljabri ha explicado también que había sido advertido en 2018, tras el asesinato de Khashoggi, de que un equipo saudí se dirigía a Canadá para matarlo. Le dijeron que no se acercase “a ninguna misión saudí en Canadá”. Le indicaron claramente, según sus palabras: “No vayas al consulado. No vayas a la embajada”.

Este exoficial saudí fue asesor cercano de Mohammed bin Nayef, expríncipe heredero y exministro del Interior que se encuentra detenido en Arabia Saudí y que ha sido visto como un potencial rival político del príncipe Mohammed. Así, su exasesor, Aljabri, está convencido de que antes o después va a ser asesinado: “Este tipo [MBS] no descansará hasta que me vea muerto", ha dicho.

Según el relato de Aljabri, un equipo de seis personas aterrizó en el aeropuerto de Ottawa en 2018 con el objetivo de asesinarle pero, afortunadamente, fue deportado tras ser interceptado por las autoridades en el mismo aeródromo. Por su parte, el Gobierno canadiense ha dicho: “Estamos al tanto de incidentes en los que actores extranjeros han intentado amenazar a quienes viven en Canadá. Es completamente inaceptable”.

Cartel en memoria del periodista Jamal Khashoggi. (Photo by NICHOLAS KAMM/AFP via Getty Images)
Cartel en memoria del periodista Jamal Khashoggi. (Photo by NICHOLAS KAMM/AFP via Getty Images)

Además, el antiguo oficial ha hablado de la difícil situación de sus dos hijos menores, Sarah y Omar, que fueron arrestados y están en prisión en Arabia Saudí, una maniobra que se considera un intento de obligar a su padre a regresar al país.

Aljabri tiene un importante apoyo en EE.UU., donde funcionarios de inteligencia han acreditado a su homólogo saudí por ayudar a salvar vidas después de los ataques terroristas del 11-S. En el programa, el exdirector interino de la CIA, Mike Morell, dijo de Aljabri que era una persona “honorable”. Por su parte, las autoridades saudíes han acusado a Saad Aljabri de robar miles de millones de dólares de fondos públicos e intentar desviar la atención.

Asimismo, Arabia Saudí ha negado cualquier acción contra la vida de Aljabri pero también negó que el príncipe Mohammed ordenase el asesinato de Khashoggi. Sin embargo, todas las informaciones que van saliendo a la luz apuntan directamente a MBS como responsable del asesinato del periodista en Estambul y ya nadie duda de que el gobernante saudí de facto tuviese algo que ver.

El periódico alemán Die Zeit calificó una vez a MBS de “extremadamente corrupto, codicioso y arrogante”. Con tanto poder y riqueza acumulados es difícil plantarle cara. Ni la Administración Trump ni la de Biden le sancionaron tras el asesinato de Khashoggi.

Aljabri ha asegurado en la entrevista de 60 Minutos que tiene “un favor más para América: una advertencia sobre un príncipe con el poder de perturbar al mundo”. El programa empieza con sus palabras: “Estoy aquí para dar la voz de alarma sobre un psicópata, un asesino con recursos infinitos, que representa una amenaza para su gente, para los americanos y para el planeta”.

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