Casi la mitad de la población prefiere servicios privados de salud, incluso cuando las personas tienen derechohabiencia

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Por la tardanza de las citas, la lejanía de las instalaciones o la carencia de servicios y horarios específicos, casi la mitad de la población que requiere atención médica recurre a servicios privados de salud, incluso aunque cuente con derechohabiencia en instituciones públicas. 

Por ejemplo, en el IMSS, primer lugar en atención pública, solo el 59.6% de afiliados ejerció su derecho a la salud, mientras que 4.9% recurrió a la Secretaría de Salud y el resto al sector privado. Esto, de acuerdo con los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022 Continua. 

A esto se suma la desigualdad de acceso, pues casi el 50% de la población sigue sin contar con servicios de seguridad social. En tanto, solo un 44% de las personas que requirieron atención médica la recibió en servicios públicos, lo cual implica una recuperación de los niveles prepandemia —este porcentaje alcanzó su nivel más bajo en 2020, con 34%—, pero sigue siendo bajo. 

Los cuatro proveedores principales de servicios de salud son IMSS, Secretaría de Salud, ISSSTE y sector privado, en el que 22.4% son consultorios de médicos y 17.7% son consultorios adyacentes a farmacias. En el caso del ISSSTE, al igual que en el IMSS, ha incrementado la proporción de quienes se atienden en el sector privado a pesar de contar con derechohabiencia: solo 50.8% de las personas afiliadas se atiende en el instituto. 

“Lo que más nos preocupa, siempre ha preocupado, es que, de la población sin derechohabiencia, cerca de 60% se atienden en el sector privado y el resto en unidades de la Secretaría de Salud. Si lo vemos por nivel socioeconómico, la población de nivel socioeconómico bajo concentra la mayor parte de la población sin seguridad social, 73%, y usa un poco más los servicios públicos por su condición pero también preocupa que usan servicios privados”, explicó Arantxa Colchero, investigadora en ciencias médicas.

La Ensanut 2022 incluye por primera vez los motivos por los que las personas no se atienden en la institución donde tienen derechohabiencia: el 71% son de acceso y 21% de calidad. Entre los más importantes está que tardan mucho tiempo en darles citas, que las instalaciones están muy lejanas o que carecen del servicio que necesitan, además de la inflexibilidad de horarios. En el caso del nivel socioeconómico bajo, importa más el acceso, particularmente la distancia. 

En tanto, entre las razones por las que la población elige el lugar donde sí se atiende están los motivos de acceso (90%), que incluyen afiliación, distancia, gratuidad o bajo costo y oferta del servicio específico requerido. Particularmente, cuando las personas tienen necesidad de atender una enfermedad crónica, cirugías o padecimientos de salud mental, hay más probabilidad de que acudan a un servicio público, por la duración y el alto costo que conllevarían en un servicio privado. 

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“A pesar de que hubo un pequeño aumento en el uso de servicios públicos, sigue siendo muy bajo… El sector privado atiende casi la mitad de las necesidades de salud, mucho más todos los eventos agudos infecciosos —que representan como la mitad de las necesidades reportadas—; el sector privado no está regulado, implica un gasto de bolsillo y, por otro lado, muchos de los consultorios adyacentes a farmacias tienen baja infraestructura, no tienen toda la capacidad médica y existe un conflicto de interés que es muy importante regular”, añadió Colchero.

Prevalencia de hipertensión y diabetes, al alza

De acuerdo con los más recientes resultados de la Ensanut, la prevalencia de la hipertensión arterial y la diabetes sigue siendo alta en la población. Un 47.8% de los adultos de 20 años y más padece hipertensión, porcentaje por arriba de la media mundial y de América Latina. 

Los hombres son diagnosticados con mayor frecuencia, así como los grupos de más de 40 años. Esta enfermedad ocurre con mayor frecuencia en grupos con menor escolaridad, índice de masa corporal elevado —sobrepeso u obesidad— y consumo de tabaco. Además, casi la mitad de quienes padecen hipertensión no la tienen bien controlada, con mayor proporción en entornos urbanos.

Aunado a ello, un 65% de quienes padecen hipertensión no habían sido diagnosticados antes de la realización de la encuesta, mientras que un 17% había sido diagnosticado pero no tratado. Por otro lado, el 60% no lleva a cabo ninguna medida complementaria —actividad física, régimen alimenticio— a la toma de medicamentos. La ingesta de alcohol y la adiposidad abdominal también son factores de riesgo. 

Respecto de la prediabetes y la diabetes, un 22% de la población padece la primera, asociada al avance de la edad. En tanto, la prevalencia de la diabetes diagnosticada ha tenido una tendencia de incremento en los últimos seis años, al pasar del 14% al 18%. Esto quiere decir que alrededor de 40% de la población en México tiene algún grado de alteración en cuanto al metabolismo de la glucosa. 

“En comparación con otros países de las Américas, encontramos cifras muy similares a países con ingresos medianos, y en cuanto a los factores que pueden contribuir para modificar el riesgo de que las personas desarrollen diabetes, están aquellos asociados con estilos de vida, principalmente el promover que se consuman con menor frecuencia las bebidas azucaradas y los alimentos ultraprocesados, así como la importancia de incluir el consumo de agua simple”, señaló Ismael Campos-Nonato, especialista del Instituto Nacional de Salud Pública.