Misteriosa trama internacional: Hombre de Broward robó placa y cruzó Europa para supuesto complot

Un hombre de Broward cuya esposa de la que estaba separado lleva desaparecida en España desde principios de febrero, robó una placa vehicular en su Serbia natal para cubrir sus huellas mientras conducía un auto de alquiler de Belgrado a Madrid como parte de un supuesto complot para secuestrarla en la capital española, según testificó el martes una agente del FBI.

En una nueva revelación, la agente del FBI Alexandra Montillo acusó a David Knezevich de robar la placa vehicular en Serbia poco después de alquilar un Peugot 308 en Belgrado el 29 de enero de 2024 y conducir miles de millas hasta Madrid para secuestrar a su esposa, Ana María Knezevich Henao, cuatro días después.

“¿Tiene evidencia de eso?”, preguntó la abogada defensora de Knezevich en Miami, Jayne Weintraub, a la agente durante una audiencia de detención en el tribunal federal de Miami.

“Tengo evidencia real, sí”, dijo Montillo, destacando la nueva evidencia del FBI sobre la placa vehicular serbia. “Tengo evidencia circunstancial”.

La agente citó un lector de placas vehiculares y datos de torres de telefonía móvil facilitados por las autoridades españolas que indican que Knezevich pasó por peajes con la placa vehicular serbia robada cuando se acercaba a Madrid a finales de enero. También dijo que las autoridades serbias confirmaron que la placa vehicular era robada.

Knezevich, dijo, sustituyó esa placa vehicular por otra robada en España antes de secuestrar presuntamente a su esposa el 2 de febrero. Las autoridades españolas confirmaron que la placa vehicular había sido robada en Madrid.

Los detalles adicionales del caso federal de secuestro contra el hombre de Fort Lauderdale se revelaron durante su audiencia de detención el martes, cuando Weintraub solicitó la libertad bajo fianza de Knezevich al tiempo que impugnaba la evidencia del FBI. Aunque la agente del FBI testificó sobre la placa vehicular serbia robada, no pudo confirmar que tuviera evidencia “directa” que demostrara que Knezevich la robó y la puso en su Peugot alquilado.

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La audiencia sobre la detención ante la jueza federal de distrito Kathleen Williams terminó sin ninguna decisión. Más bien, tras la audiencia, Weintraub pidió a la jueza auxiliar que ordenó la detención de Knezevich que reabriera su revisión. Eso le permitirá impugnar las nueva evidencia de la fiscalía y la cronología del supuesto secuestro, así como la jurisdicción del gobierno estadounidense para llevar el caso en Miami.

Pelea por millones

En mayo, Knezevich, de 36 años, fue encausado de un único cargo federal por viajar de Miami a Madrid para secuestrar a su esposa entre el 27 de enero y el 5 de febrero. La esposa, a la que solo se identifica como “víctima” en el encausamiento, es Ana Knezevich, de 40 años. Se marchó a España a finales de diciembre, cuando la pareja de Fort Lauderdale estaba en pleno proceso de divorcio, que incluía una pelea por millones de dólares en bienes comunes.

La esposa, oriunda de Colombia, ha sido dada por desaparecida desde que fue vista por última vez en Madrid el 2 de febrero, según la Policía Nacional española, que investiga su desaparición como un posible caso de homicidio y ha llevado a cabo búsquedas de su cuerpo.

Agentes del FBI han ayudado a las autoridades españolas en esas búsquedas.

Knezevich fue arrestado a principios de mayo en el aeropuerto internacional de Miami por agentes del FBI cuando regresaba de Serbia, donde vive su madre. Desde su arresto, ha estado recluido en el Centro Federal de Detención de Miami. Si se le declara culpable del único cargo de secuestro, enfrenta cadena perpetua y la pérdida del dinero obtenido por el delito.

Un divorcio amargo como motivo, dicen federales

El juez Edwin G. Torres denegó previamente la libertad bajo fianza a Knezevich en un tribunal federal de Miami. El juez consideró que su riqueza y sus contactos en el extranjero hacían que existiera riesgo de fuga.

En su orden de detención, Torres explicó su razonamiento para mantener encerrado a Knezevich antes del juicio.

“Una gran cantidad de evidencia circunstancial apoyan la denuncia del gobierno, incluyendo el viaje documentado de [el acusado] a través de medios extraordinarios desde Estados Unidos a Turquía y luego a España”, escribió Torres. “Además, el acusado aparece en un video de vigilancia en España comprando materiales [en una ferretería] que podrían haber sido usados en un secuestro, todo mientras el acusado afirma haber estado en otro lugar”.

“La denuncia del gobierno también se apoya en un fuerte motivo que [el] acusado podría haber tenido para cometer este delito dado su amargo divorcio con la víctima”.

La abogada de Knezevich, Weintraub, respondió en una presentación judicial que debería ser puesto en libertad porque ha vivido en Fort Lauderdale durante los últimos 15 años, está cerca de un hermano que vive en la misma zona y posee un negocio de tecnología de la información junto con inversiones inmobiliarias.

Abogada defensora: ‘no hay evidencia’ del secuestro de la esposa en Madrid

También señaló que “la mayor parte de sus ‘medios’ están atados en segundas hipotecas” y que la familia de su esposa de la que estaba separado abrió una tutela para administrar la propiedad de ella, dejando a Knezevich con “muy poco dinero disponible en absoluto”.

En la presentación, Weintraub también dijo que “no hay evidencia” que indique que la esposa de Knezevich “fue llevada contra su voluntad” o que tuvo una pelea con su aún esposo en su apartamento de Madrid antes de desaparecer.

Y lo que es más significativo, afirmó, “no hay absolutamente ninguna evidencia” de que Knezevich emprendiera acciones en Estados Unidos para facilitar el supuesto secuestro en España. Dijo que él estaba en Belgrado visitando a su madre.

En respuesta, fiscales federales afirmaron que Knezevich representa tanto un riesgo de fuga como un peligro para la comunidad. En un escrito presentado ante el tribunal, argumentaron que estaba tratando de ocultar sus huellas desde el momento en que salió de Miami a finales de enero para dar caza a su esposa.

Dos placas vehiculares robadas, dicen fiscales

“Específicamente, en lugar de volar directamente a España, el acusado trató de ocultar su viaje a Madrid volando a Estambul, Turquía, y luego conduciendo más de 5,000 kilómetros a través de múltiples países hasta Madrid”, dijeron los fiscales. “Durante su viaje, el acusado usó al menos dos placas vehiculares robadas –una de Serbia y otra de España– para ocultar aún más su viaje a Madrid”.

“El acusado también compró en efectivo la pintura en aerosol y la cinta adhesiva que usó para cometer el secuestro, lo que dificultó aún más el seguimiento de sus movimientos”, señalando que una cámara de seguridad del apartamento de la esposa en Madrid captó a alguien que se parecía a Knezevich pintando la cámara y usando la cinta adhesiva para mantener abierta la puerta principal del edificio. La grabación también lo captó bajando una maleta por la escalera del edificio el 2 de febrero, el día de la desaparición de ella.

Además, señalaron que el acusado informó a la oficina de libertad condicional del tribunal que su patrimonio neto estimado es de unos $2.5 millones tras vender siete propiedades residenciales en Broward por unos $6.7 millones entre diciembre de 2003 y febrero de 2024, antes de la desaparición de su esposa en España.

Knezevich prestó entonces la mayor parte de los ingresos al comprador de las propiedades, según el fiscal federal adjunto Lacee Monk, quien añadió que un agente de títulos interrogado por el FBI dijo que tiene $214,000 en una cuenta de depósito en garantía para Knezevich. Knesevich no reveló ese dinero a la oficina de libertad condicional, dijo Monk.

Knezevich no ha sido acusado del homicidio de Ana, su esposa durante 13 años. Es una posibilidad, si la Policía Nacional española o el FBI recuperan el cuerpo de su esposa.

Por ahora, ni siquiera se sabe si está muerta.

Tras la audiencia del martes, el hermano de ella, Felipe Henao, dijo a los periodistas que él y su familia tienen fe en el sistema judicial estadounidense: “Confiamos en que va a haber justicia para mi hermana”.