La misteriosa muerte masiva de los pájaros cantores

Algunas de las aves (diferentes especies) encontradas en las últimas semanas | imagen Martha Desmond/New Mexico State University
Algunas de las aves (diferentes especies) encontradas en las últimas semanas | imagen Martha Desmond/New Mexico State University

La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en colaboración con algunas de las instituciones más prestigiosas en el campo de la conservación, presentó en 2019 uno de los informes más demoledores sobre biodiversidad advirtiendo que un millón de especies se encuentra actualmente en peligro de extinción, una cifra especialmente preocupante si tenemos en cuenta que conocemos algo menos de 8 millones de especies en todo el planeta. Los principales causantes de esta situación son bien conocidos y los sospechosos habituales son la pérdida del hábitat natural de muchas especies, la deforestación, la sobreexplotación de recursos (como la sobrepesca), la caza furtiva, etcétera…

Sin embargo, de vez en cuando, estas causas más frecuentes resultan insuficientes para explicar la desaparición puntual de algunas especies, y aparecen enigmas que obligan a los investigadores a ejercer no solo de científicos, sino casi de detectives. El más reciente de estos casos sin resolver lo encontramos en la costa este de Estados Unidos donde se ha detectado una inusitada mortandad de aves cantoras por causas que aún no llegamos a entender.

El misterio se extiende a una amplia diversidad de especies, como arrendajos azules, zarcillos comunes, estorninos europeos, cardenales, tordos de cabeza marrón o petirrojos americanos que, desde el pasado mes de mayo, se han encontrado muertos por docenas en estados como Indiana o Illinois.

Los síntomas son además muy variados e incluyen hinchazón, secreción en los ojos, problemas de movilidad o inflamación de la cabeza. También muestran síntomas neurológicos como temblores, desorientación, vuelo errático y falta de equilibrio. Los informes también indican que las aves afectadas parecen actuar de manera extraña antes de su muerte, pasan más tiempo en el suelo que encaramadas en los árboles y, en general, “parecen aturdidas, somnolientas y letárgicas”.

Imagen Allison Salas | NMSU | USFWS
Imagen Allison Salas | NMSU | USFWS

Las pruebas toxicológicas y las autopsias que se han realizado todavía no ofrecen respuestas, aunque se han descartado algunas causas comunes como el virus de la influenza aviar, el virus del Nilo Occidental y la salmonella… pero poco más se sabe de lo que está ocurriendo. Varios estados, como Virginia, han abierto webs con formularios de mortalidad de aves para que los ciudadanos puedan informar a los equipos de biólogos que se encuentran indagando las causas. “A medida que esto se desarrolla, se está convirtiendo en un rompecabezas complicado", explica en Science Alert, la investigadora de la Universidad de Pensilvania, Lisa Murphy. "No encontramos ninguna enfermedad o agente patógeno que lo explique. Esto parece ser algo único e inusual".

Este evento se une a uno similar, ocurrido el año pasado, cuando se encontraron decenas de miles de pájaros cantores, incluidos papamoscas migratorios o currucas en Nuevo México, Colorado, Texas, Arizona y Nebraska que murieron de hambre durante el otoño. En aquel caso, las muertes se atribuyeron a un clima inusualmente frío, relacionado con la crisis climática, que afectó de manera directa a estas aves mayoritariamente insectívoras.

Como medida preventiva, y mientras se aclaran los verdaderos motivos de esta mortandad, las autoridades han pedido a la población que deje de alimentar a las aves, limpiar los comederos para pájaros y sobre todo, evitar manipular y entrar en contacto con aves salvo que sea necesario.

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Referencias científicas y más información:

Malakoff, David, y Erik Stokstad. «Songbirds Are Mysteriously Dying across the Eastern U.S. Scientists Are Scrambling to Find out Why». Science | AAAS