Así es la misión de esta cámara acorazada de semillas para evitar la extinción de nuestras frutas y verduras favoritas
¿Cómo podemos asegurarnos de seguir cultivando nuestras frutas y verduras más populares en el futuro? El cambio climático lleva años afectando a las explotaciones agrícolas: las inundaciones arrasan los cultivos, el tiempo impredecible acaba con las cosechas y la sequía acaba con todos los rendimientos.
Los bancos de semillas son una forma inteligente de garantizar que miles -a veces millones- de variedades de frutas y hortalizas no se extingan a pesar de estas amenazas.
Las variedades de alimentos disminuyen en todo el mundo
A 1.300 km más allá del Círculo Polar Ártico se encuentra el mayor almacén seguro de semillas del mundo, la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, inaugurada en 2008. Se encuentra en una antigua mina de carbón, como ya informó 'Euronews Green'.
La enorme bóveda, entre el frío y seco permafrost rocoso, alberga ahora miles de variedades de cultivos alimentarios esenciales, como judías, trigo y arroz. Ahora mismo, hay más de 1.331.458 muestras de 6.297 especies de cultivos.
Alrededor del 75% de nuestras variedades vegetales domésticas a nivel mundial se han perdido definitivamente desde el siglo XX debido al monocultivo, según la FAO. Esta popular técnica agrícola consiste en que los agricultores cultivan una sola especie en un campo a la vez. Los bancos de semillas como Svalbard intentan evitar que se pierdan para siempre más variedades de semillas.
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Svalbard recibió en 2024 más semillas recién llegadas que nunca antes
Los bancos de genes -artículos que preservan y almacenan material genético, como semillas, tejidos o muestras de ADN- se envían desde todo el mundo a Svalbard en un intento por mantener vivas las variedades de cultivos autóctonos, y a veces ancestrales.
"Durante 2024, 61 bancos de germoplasma depositaron 64.331 muestras de semillas, incluidas 21 de institutos que depositaron semillas por primera vez este año", explica Åsmund Asdal, coordinador de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard. "Estas son las cifras más altas de bancos de genes depositantes y el mayor número de recién llegados en la historia de la Bóveda de Semillas".
Aunque los países pueden tener sus propios bancos de semillas nacionales o incluso regionales, es crucial, como cualquier dato importante, tener una "copia de seguridad". En el caso de los bancos de genes, se trata de Svalbard, donde la tundra ártica ofrece un clima ideal y seguro para el almacenamiento.
"La diversidad vegetal es probablemente el recurso más importante para garantizar el suministro de alimentos en el futuro, incluso en un clima cambiante", explica Asdal. "La diversidad genética se conserva en bancos de semillas que luego respaldan sus colecciones en la Bóveda Global de Semillas de Svalbard". "Los agricultores, los fitomejoradores, los científicos y nosotros como consumidores debemos confiar en la disponibilidad de estas semillas", afirma Asdal.
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¿Qué relación hay entre los bancos de semillas y la seguridad alimentaria?
Aunque es difícil predecir el futuro, puede ocurrir que una determinada variedad de semillas de una parte de Europa o incluso de más lejos prospere en otra, por lo que esta colección tiene un enorme poder para garantizar la seguridad alimentaria.
"Ningún país o continente es autosuficiente en diversidad fitogenética", afirma Asdal. La conservación y el uso de semillas es, por naturaleza, internacional, y la eficacia de los esfuerzos conjuntos para garantizar el suministro futuro de alimentos depende en gran medida de una cooperación internacional eficiente", añade Asdal.
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Pero, ¿cómo se desarrolla esta cooperación en estos tiempos de incertidumbre? Según Asdal, "por suerte, a pesar de las disputas políticas en un mundo convulso, la cooperación en la conservación de semillas en la Bóveda de Semillas de Svalbard no se ve influida por sanciones o conflictos políticos".