La misa en latín no es solo para los católicos de más edad: ¿qué atrae a los nuevos fieles jóvenes de Miami?

Es el tipo de misa católica que recordarían sus abuelos: la liturgia es en latín, el coro entona cantos gregorianos y las mujeres llevan velos de capilla o “mantillas”, pero esta misa tradicional en latín no está llena de feligreses mayores.

En la capilla de Nuestra Señora de Belén, en West Miami, unas 350 personas —jóvenes y mayores— acuden semanalmente a las misas, misas al viejo estilo que se había celebrado durante siglos antes de que el Concilio Vaticano II reformara la Iglesia católica en la década de 1960. Basta echar un vistazo a la pintoresca capilla de Belén para darse cuenta que esta misa, aunque basada en la tradición y celebrada principalmente en latín, no es solo para católicos mayores: entre los cantos sagrados y el eco de los órganos, los bebés alborotaban y los padres distraían a sus hijos pequeños con juguetes y libros para colorear.

No hay guardería, pero los padres de bebés llorones nunca se avergüenzan, dijo Eleonora Cacchione, madre de cuatro hijos y asidua a la misa en latín. Cacchione es católica de toda la vida, pero dijo que no comprendía del todo lo que ocurría durante la misa hasta que empezó a asistir a la misa tradicional en latín.

“La gente vestida con sus mejores galas, ver al sacerdote mirando al altar en lugar de a la congregación, la solemnidad y reverencia de la liturgia —incluyendo la forma en la que la gente recibe a Jesús en la Eucaristía— le recuerda a una que algo especial, algo sobrenatural y más allá de la explicación humana está sucediendo”, dijo Cacchione en un mensaje de texto.

A la izquierda, Monseñor Oscar Castañeda (en el centro) bendiciendo una foto enmarcada después de la misa dominical. Los feligreses de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron a la misa en latín del domingo por la mañana, la cual atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023. Congregantes de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asisten a la misa en latín del domingo por la mañana mientras el servicio atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.

La Misa Tradicional en latín, también llamada la forma extraordinaria del rito romano o la Misa Tridentina, se ha celebrado en la Arquidiócesis de Miami durante los últimos 40 años, empezando bajo el antiguo arzobispo de Edward McCarthy. En los últimos años, la comunidad de Miami ha crecido constantemente, trasladándose a cinco capillas en los últimos 10 años para acomodar el crecimiento.

Pero la mudanza más reciente a la capilla de Belén —que está alineada con los jesuitas y no una iglesia de la Arquidiócesis de Miami— se hizo después que el Papa Francisco restringió el lugar en donde los grupos pueden celebrar la misa en latín; también exigió que los sacerdotes que quisieran celebrar la misa obtuvieran el permiso de sus obispos y que los obispos obtuvieran la aprobación del Vaticano. Al Papa le preocupaba que la Iglesia estuviera retrocediendo, en lugar de mirar hacia adelante.

Monseñor Oscar Castañeda (en el centro) dirigiendo la misa en latín frente a la gran cruz en el interior de la capilla de Nuestra Señora de Belén, mientras el servicio atraía a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.
Monseñor Oscar Castañeda (en el centro) dirigiendo la misa en latín frente a la gran cruz en el interior de la capilla de Nuestra Señora de Belén, mientras el servicio atraía a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.

Crece la comunidad de Misa en latín en Miami

La comunidad de la misa en latín en Miami ha aumentado más del doble en los últimos cinco años —de un promedio de 112 feligreses en 2017 a 320 en 2023—, según los registros tomados por Frank Andollo, quien asiste a los servicios desde hace 10 años. La gente conduce desde lugares tan al norte como el Condado Palm Beach y tan al sur como los Cayos para llegar a la misa en latín en Belén los domingos.

¿A qué se debe este crecimiento?

“Atrae a la gente porque creo que les atrae la autenticidad”, dijo José Ballon, director del coro. “No quieren algo diluido o comprometido”.

Ballon, de 28 años, se refería a las tradiciones que se honran durante la misa en latín, en comparación con el nuevo orden de misa, o Novus ordo, el servicio religioso con el que la mayoría de los católicos están familiarizados hoy en día.

“Hay paz, hay tranquilidad, hay momentos de silencio”, dijo Ballon. “Mientras que, en otras iglesias, y no quiero presumir, se trata más bien de que todo el mundo cante o de que todo sea un gran espectáculo para mantenerse despierto. Creen que es necesario seguir las tendencias del momento... Me encanta la música pop rock, pero no me gustaría en la iglesia”.

El director musical José Ballón (a la izquierda) dirigiendo las ofrendas musicales cantadas en latín. Al mismo tiempo, los feligreses de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron a la misa en latín del domingo por la mañana, ya que el servicio atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.
El director musical José Ballón (a la izquierda) dirigiendo las ofrendas musicales cantadas en latín. Al mismo tiempo, los feligreses de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron a la misa en latín del domingo por la mañana, ya que el servicio atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.

“Apelar a la tradición” en un mundo acelerado

En Miami, la arquidiócesis la misa tridentina un sábado al mes en la iglesia católica de Nuestra Señora de Lourdes, pero para la floreciente comunidad esto no era lo suficientemente frecuente: como resultado, el grupo organizó una misa en latín semanal en la capilla de Belén bajo la bendición del arzobispo de Miami Thomas Wenski, quien dijo comprender el atractivo del tradicionalismo católico en una época de creciente secularismo.

“Lo que creo que atrae a algunas personas a la forma tradicional de la misa es el hecho de que es una apelación a la tradición”, dijo Wenski. “Hoy en día, vivimos en una época de cambios rápidos y a veces ese cambio rápido puede ser un poco desconcertante o desorientador, por eso la tradición parece una forma de anclarse”.

Un libro de servicio usado en la misa está en latín y español para los fieles que asistieron a la misa latina del domingo por la mañana en la capilla de Nuestra Señora de Belén. El servicio religioso atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.
Un libro de servicio usado en la misa está en latín y español para los fieles que asistieron a la misa latina del domingo por la mañana en la capilla de Nuestra Señora de Belén. El servicio religioso atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.

Para muchos feligreses, gran parte del atractivo consiste en conectar con una comunidad católica más tradicional.

“Yo estaba en un momento de mi vida en el que buscaba una comunidad católica más profunda y auténtica y eso es lo que encontré cuando empecé a ir a la misa en latín”, dijo Andollo, añadiendo que le atrajo el hecho que, después del servicio, la gente no corre a sus autos, sino que se queda para charlar, comer pasteles y beber café.

“Mantenían conversaciones sobre su fe, se animaban mutuamente en su vida espiritual y se daban consejos”, dijo. “Eso me inspiró mucho. Me encanta estar allí y ver eso”.

Andollo dijo que también está aprendiendo sobre las tradiciones católicas que la gente puede haber olvidado después de las reformas litúrgicas del Vaticano II, como la Fiesta de la Presentación de la Santísima Virgen María y la Candelaria o la Fiesta de la Presentación de Jesucristo.

“Todas estas son hermosas tradiciones que se remontan a los primeros días de la Iglesia”, dijo Andollo. “Esta es una cultura que no se restringe únicamente al hecho de que yo sea estadounidense o cubano, [...] todos podemos compartir esto como algo que une a los católicos de todo el mundo”.

Andrés Solórzano (a la izquierda) arrodillándose en oración durante una misa tradicional en latín el domingo por la mañana en la capilla de Nuestra Señora de Belén el 30 de julio de 2023.
Andrés Solórzano (a la izquierda) arrodillándose en oración durante una misa tradicional en latín el domingo por la mañana en la capilla de Nuestra Señora de Belén el 30 de julio de 2023.

Juana María Correa, cuya hija canta en el coro, creció yendo a la misa en inglés, pero prefiere la misa en latín porque la ve más conectada con Dios.

“Cuando conoces la misa en latín, ya no puedes volver atrás”, dijo Correa. “La primera impresión es que es tan santa, que no eres el centro de la misa, el sacerdote no te está mirando. [...] Lo importante es que está hablando con El Señor, representándonos, entregándole nuestras oraciones y nuestras necesidades. Está rezando por nosotros”.

Una joven madre toma la comunión tradicionalmente mientras los congregantes de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron a la misa en latín del domingo por la mañana, en un servicio que atrajo a jóvenes fieles y familias, el domingo 30 de julio de 2023.
Una joven madre toma la comunión tradicionalmente mientras los congregantes de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron a la misa en latín del domingo por la mañana, en un servicio que atrajo a jóvenes fieles y familias, el domingo 30 de julio de 2023.

Preocupaciones del papa Francisco

La misa no siempre se ha celebrado en latín.

Hubo un tiempo en el que los primeros católicos usaban la lengua que hablaban (probablemente arameo o griego) para celebrar la misa. En el siglo XVI, el Papa Pío V unificó el rito de la misa en latín. Se convirtió entonces en la lengua estándar de Europa Occidental para las comunicaciones eclesiásticas durante siglos, dijo Ana María Bidegain, profesora de Estudios Religiosos en la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

Sin embargo, entre principios y mediados de la década de 1960, el Concilio Vaticano II, con el fin de hacer la Iglesia más abierta, decretó que los altares debían darse la vuelta y que los sacerdotes debían estar de cara a los feligreses al celebrar la misa. Se dio más protagonismo a los laicos y se fomentó que las misas se celebraran en inglés o en la lengua materna de la gente.

Una organista tocando los credos mientras el coro cantaba en latín. Los feligreses de la capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron a la misa en latín del domingo por la mañana, ya que el servicio atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.
Una organista tocando los credos mientras el coro cantaba en latín. Los feligreses de la capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron a la misa en latín del domingo por la mañana, ya que el servicio atrajo a jóvenes fieles y familias el domingo 30 de julio de 2023.

En los últimos años, el papa Francisco opinó en contra de volver a la misa en latín, restringiendo esta práctica en 2021. Las misas tradicionales en latín ahora deben ser aprobadas por un obispo o arzobispo y celebradas en casas de culto que no estén conectadas a una parroquia católica, para no mostrar signos de desunión en la Iglesia.

En una sesión privada con jesuitas durante un viaje a Budapest en abril, el Papa dijo que le preocupaba la “reacción contra lo moderno” y que los grupos de misa en latín apoyan el “restauracionismo o lo que él llama indietrismo (atraso)“, de acuerdo con la Agencia Católica de Noticias.

En algunos lugares de Europa, la Misa en latín se celebraba de “forma ideológica”, según el Papa Francisco, quien es parte de lo que motivó sus restricciones.

Wenski dijo que, a pesar de la contención entre el Papa Francisco y los adherentes a la misa en latín, no hay conflictos en Miami.

“Este grupo en Miami ha sido muy claro en cuanto a que no está tratando de seguir la ideología o sugiriendo que la forma ordinaria de la misa es de alguna manera incorrecta o inaceptable”, dijo Wenski. “Puede ser diferente, pero no necesariamente controversial”.

Dijo que la misa en latín es solo una de las muchas formas de misa que se celebran en Miami: la Iglesia Católica Griega Melquita de San Judas en Brickell, por ejemplo, se celebra en inglés y árabe y a ella asisten católicos que siguen la tradición bizantina o griega de culto; por su parte, la Arquidiócesis de Miami ofrece misa en más de 15 idiomas, entre ellos creole, coreano, portugués y ucraniano.

“Hay diferentes maneras de expresar nuestra unidad”, dijo Wenski. “Unidad no significa necesariamente uniformidad”.

Monseñor Oscar Castañeda (en el centro) bendiciendo a Antonio Simón, hijo (a la izquierda) y a su familia después de la misa dominical. Los feligreses de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron el domingo 30 de julio de 2023 a la misa matutina en latín que atrajo a jóvenes fieles y familias.
Monseñor Oscar Castañeda (en el centro) bendiciendo a Antonio Simón, hijo (a la izquierda) y a su familia después de la misa dominical. Los feligreses de la Capilla de Nuestra Señora de Belén asistieron el domingo 30 de julio de 2023 a la misa matutina en latín que atrajo a jóvenes fieles y familias.

Influencia de las redes sociales

Las redes sociales han sido uno de los principales factores para atraer a los miembros más jóvenes a la misa en latín.

Ryan Ramos, bombero y paramédico de Miami-Dade, se enteró de la existencia de la misa en latín en enero a través de una publicación en Instagram que le llamó la atención. Se presentó en la iglesia de San Agustín de Coral Gables la semana siguiente (antes de mudarse a la Capilla de Belén, los servicios se habían realizado allí). Aunque siempre se ha identificado como católico y creció yendo a Blessed Trinity en Miami, Ramos dijo que en algún momento se sintió menos conectado con sus raíces religiosas.

“No llevaba una vida católica, no era activo en mi fe, estaba como aletargado”, dijo Ramos, de 24 años. “Me di cuenta cuando tenía tan poco que necesitaba volver a lo que me hacía feliz de niño y eso era ir a la escuela católica: tener amigos”.

Luego de su primera visita a la misa en latín, uno de los miembros más jóvenes se acercó a Ramos y lo invitó a comer. Ahora forma parte de un grupo más amplio de miembros que van a la misa en latín que tienen veintipocos años, a los que llama su familia.

“Hacer todos esos amigos y familiares crea un vínculo más fuerte en la fe [...] al tener esa camaradería. Es un grupo de apoyo”, dijo Ramos. “Nadie quiere estar solo”.

Nacido y criado en Lima, Perú, Ballon, director del coro de Belén, también usó la tecnología para aprender más. En la escuela, a Ballon le encantaban “todas las cosas de los años 60” y sentía curiosidad por saber cómo celebraban el culto los católicos de entonces. Encontró videos en YouTube y se dio cuenta de que la música era diferente a la de la misa a la que estaba acostumbrado. Esa investigación casera lo impulsó a empezar a ir a una misa en latín hacia 2010.

“Recuerdo que tuve la oportunidad de confesarme antes de la misa y luego recibir a nuestro bendito Señor en el sacramento. Fue una experiencia maravillosa, como si realmente sintieras que algo se movía en ti”, dijo Ballon. “Era como una sensación de paz interior, sobre todo después de comulgar. Me enamoró por completo”.

Ballon, quien estudió Educación musical profesionalmente en FIU, se encarga de arreglar la música semanal para la misa, facilitar los ensayos y dirigir el coro de Belén. Aunque le gustan géneros ajenos a la música sacra, como el pop rock, aprecia cantar en latín.

“Hay una profunda conexión al saber que personas de todo el mundo que ni siquiera hablan los idiomas pueden rezar juntas usando la lengua común, por eso el latín es importante”, dijo Ballon. “Es una manera de unirnos”.

Jóvenes coristas rezando durante el servicio de Misa Tradicional en Latín en la Capilla de Nuestra Señora de Belén, el domingo 30 de julio de 2023.
Jóvenes coristas rezando durante el servicio de Misa Tradicional en Latín en la Capilla de Nuestra Señora de Belén, el domingo 30 de julio de 2023.

Este reportaje fue creado con el apoyo filantrópico de financiadores cristianos, musulmanes y judíos en asociación con Journalism Funding Partners. Miami Herald conserva el control editorial de todo el trabajo.