Ministro de Desarrollo Social de Honduras: La pobreza no tiene color político
Madrid, 23 abr (EFE).- El ministro de Desarrollo Social de Honduras, José Carlos Cardona, considera que la pobreza "no tiene color político", por lo que dice que las ayudas sociales tienen que llegar a todos los sectores que lo necesiten, aunque sean gestionadas por opositores políticos.
"Ningún político ni ninguna otra persona puede tener decisión sobre a quién se le va a dar el beneficio" de la ayuda social, afirmó Cardona en una entrevista con EFE en Madrid, donde está de visita de trabajo, aunque reconoció que "obviamente el político quiere insistir en las viejas prácticas".
José Carlos Cardona (1989), responsable de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) desde 2022, con el Gobierno de la presidenta Xiomara Castro, reconoce que esa manera de actuar del Ejecutivo hondureño les ha traído quejas de los militantes de su propio partido, Partido Libertad y Refundación (Libre).
"Para nuestra militancia, en nuestro partido y para la gente que nos ayudó a llegar al poder, ha sido un balde de agua fría el hecho de que no le dejemos manipular las ayudas sociales", afirma.
Como ejemplo de esa imparcialidad, cita el programa de ayuda a las 2.007 aldeas hondureñas declaradas en pobreza extrema, la mitad de ellas gobernadas por el Partido Nacional del anterior gobierno y ahora en la oposición, o las ayudas que el Ejecutivo ha dado a todas las alcaldías para la reparación de escuelas y caminos, y el 50 % de esas alcaldías son del Partido Nacional.
Ante las críticas dentro de su propio partido, Cardona insiste en que como la pobreza existe, "los programas tienen que llegar a todos".
Honduras es uno de los países más pobres de Latinoamérica, según el responsable del Desarrollo Social, las tasas de pobreza son del 76 % y las de pobreza extrema del 55-56 %.
Pero se muestra optimista con los resultados que darán las política sociales y ante el nuevo censo de la pobreza nacional que están elaborando, confía "en que habrá una disminución".
Combate a la corrupción
Una de las fuentes para poder financiar los programas sociales en Honduras es el combate a la corrupción, ya que según Cardona, el 40 % del presupuesto se desviaba hacia prácticas corruptas en el anterior ejecutivo.
"Nuestro Gobierno decidió una política de transparencia y honestidad en el manejo de los recursos y gracias a eso no hemos tenido ese drenaje de fondos de la corrupción", explica Cardona, e insiste en que el Ejecutivo hondureño "no es un Gobierno que instrumentaliza las ayudas sociales y que no se ayuda a nadie por color político".
Además del combate a la corrupción, otra de las fórmulas para conseguir fondos con los que financiar las ayudas sociales es hacer un "uso responsable del presupuesto", así como identificar partidas que no se utilizaban en determinadas áreas y destinarlas a otras.
Así, por ejemplo, se consiguió el fondo de becas de veinte millones de euros, o el dinero para financiar el programa "nuestras raíces", destinado a los pueblos indígenas.
Becas para combatir la pobreza
El responsable de Sedesol destaca el papel clave que tienen las becas para poder formar a la población y poder salir de la pobreza.
Su departamento cuenta con 80.000 becas para el nivel primario y secundario y aspiran a pagar este año 20.000 becas a universitarios, lo que equivaldría al 10 % de toda la población universitaria de Honduras.
Y el reto es aumentar la población universitaria a nivel de posgrado. "Tenemos muy pocos profesionales en carreras técnicas", confiesa Cardona.
Esa es una de las razones de su viaje a España, negociar becas con organismos como la Fundación Carolina y con distintas universidades españolas, como la Complutense y la Rey Juan Carlos de Madrid, o las de Girona (noreste) y Sevilla (sur), con cuyos responsables se entrevistará.
Su viaje comenzó este lunes y finalizará el próximo domingo; durante su estancia también se entrevistó con el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, y además, tiene previsto conocer de primera mano las necesidades de la diáspora hondureña en España, que suma unas 350.000 personas.
Antonia Méndez Ardila
(c) Agencia EFE