Millones de chinos se presentan a los temidos exámenes previos a la universidad

Una estudiante accede al centro para hacer los exámenes previos a la universidad, en Wuhan, en el centro de China, el 7 de junio de 2024 (STR)
Una estudiante accede al centro para hacer los exámenes previos a la universidad, en Wuhan, en el centro de China, el 7 de junio de 2024 (STR)

Millones de estudiantes de secundaria en China están registrados para participar a partir de este viernes en los temidos "gaokao", los exámenes previos a la universidad que marcan el futuro de los jóvenes del país.

Con más de 13,4 millones de estudiantes registrados según el Ministerio de Educación, es muy probable que el número de participantes en estas pruebas bata un récord histórico este año.

Reflejo de la importancia del examen, madres en vestidos carmesíes y padres sosteniendo los paraguas acompañaron a sus hijos frente a la sala de examen en un lluvioso Pekín.

"Se dice que esto es el inicio de una vida. Así que uno no puede aflojar", dice Zhi Haihong, una madre de 50 años, que se vistió con un vestido tradicional de un rojo vibrante, el color de la suerte en China.

Los "gaokao" examinan los conocimientos de los estudiantes en varias asignaturas como chino, inglés, matemáticas, ciencia y humanidades. Sus resultados son claves para acceder a la universidad.

En paralelo al crecimiento económico, la educación superior se ha expandido rápidamente en China, igual que las expectativas de los padres hacia las carreras profesionales de sus hijos.

"Creo que es un proceso necesario para crecer", dice Zhi al ser preguntada sobre la presión académica que reciben los jóvenes.

Para ella, estos exámenes son también "un método para que el país seleccione a la gente talentosa". "Así podrán soportar las presiones en el futuro cuando trabajen en sociedad", afirma.

Pero el mercado laboral para los recién graduados no es tan dinámico como antes.

La segunda economía mundial no termina de arrancar tras la pandemia y el desempleo juvenil se situaba a niveles récord antes de que las autoridades dejaran de comunicar esta estadística.

Charlando con otros padres tras llevar a su hija para el primer examen, Sun Song, de 45 años, contemporiza sus expectativas.

"Estará bien si puede encontrar un trabajo que le guste y entrar en una universidad que le guste", dice bajo su paraguas.

"Mientras la niña sea feliz, es suficiente".

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