Mil formas de morir de "El Hombre de piedra"

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 9 (EL UNIVERSAL).- Las cicatrices de su cuerpo dan testimonio de los 53 años que lleva como actor de doblaje en las 269 películas en que ha participado el acapulqueño Bernabé "Stoneman" Palma.

El llamado "Hombre de piedra" ha experimentado mil maneras de morir, al doblar en escenas de peligro a los actores que le dieron lustre al cine mexicano como lo fueron Vicente Fernández, Mario Almada, Andrés García, Jorge Rivero, Ernesto Alonso, La India María, Mario Moreno "Cantinflas" y también a estrellas de Hollywood como Michael Douglas y William Holden.

Su fama se dio gracias a las escenas de alto riesgo como brincar de un caballo a un tren, volcarse en un auto a gran velocidad, salir corriendo en llamas, lanzarse de un edificio de 20 metros y morir baleado.

"Donde estaba una escena de peligro ahí estaba yo", afirma. Ahora que es famoso y vive bien, conserva en el baúl de sus recuerdos al niño pobre que fue, ése que se lanzaba al mar para sacar una moneda, que se tiraba de La Quebrada o que manejaba una lancha.

"Yo no me avergüenzo de mi origen, porque ser pobre no es un delito y, además, me impulsó a ser todo lo que soñé", comenta con voz ronca Bernabé.

Afirma que, si en ese tiempo alguien le hubiera dicho que iba a triunfar en el cine, lo hubiera tirado de a loco, pero que se dio como un cuento de hadas, pero con mucho trabajo, riesgo y pasión.

El inicio. Recuerda que en 1962 trabajaba en un hotel de lujo en Acapulco, junto con Andrés García, y que en ese año se llegó a filmar la cinta ‘Fiesta en Acapulco’, donde el estelar era la estrella de ese momento, Elvis Presley, "quien nunca vino a México porque se había expresado mal de las mexicanas; las escenas las hizo un doble y yo fui contratado de extra.

"Ese fue el despegue de mi carrera, porque luego me vine a vivir a la Ciudad de México y para poder seguir con mi sueño de actor de doblaje, lavé coches hasta lograr varias oportunidades. Por mi forma temeraria de hacer los doblajes me fui ganado un lugar en el medio".

Su triunfo fue rotundo, pues los actores pedían que Bernabé los doblara en las escenas de peligro porque eran muy reales.

"No es fácil triunfar, vivo de milagro, mis actuaciones han dejado huellas permanentes en mi cuerpo, he sufrido fracturas en las muñecas de las manos, tobillos, clavículas y muchos golpes", comenta.

Afirma que si volviera a nacer no dudaría ser actor de escenas de peligro, porque "esto para mí es acción y peligro, porque he muerto mil veces y de todas las formas posibles", concluye Bernabé.