Miguel Díaz-Canel arremete contra el embargo pero guarda silencio sobre Rusia en la ONU

El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel aprovechó el martes su turno en la sesión inaugural del debate general de Naciones Unidas para arremeter contra las sanciones de Estados Unidos contra la isla, una “guerra económica despiadada” con efectos “brutales”, dijo a los líderes mundiales.

Pero, de manera notable, no respaldó ni mencionó a Rusia en su discurso, a pesar de sus varios comentarios públicos justificando la invasión rusa de Ucrania, una señal reveladora de la delgada línea por la que camina Cuba en la escena internacional.

Si bien Cuba sigue siendo un estrecho aliado político y militar de Rusia, el país ahora tiene que hablar como presidente temporal del G-77, un grupo de 134 países miembros de la ONU preocupados por las consecuencias que la guerra está teniendo en sus países.

Como tal, Díaz-Canel expresó varias cuestiones de interés para otros líderes de países en desarrollo, entre ellos el alivio de la deuda soberana, una reforma de las instituciones financieras internacionales y acciones más urgentes para detener el cambio climático.

Luego, arremetió contra Estados Unidos.

“Durante 60 años Cuba ha sufrido un bloqueo económico asfixiante”, una “política inhumana” a la que atribuyó la escasez de alimentos y medicinas en la isla. Dijo que Cuba no era una amenaza a la seguridad nacional de Estados Unidos y que el gobierno estadounidense mintió cuando concluyó que Cuba patrocina el terrorismo.

Terminó su discurso con el tradicional “Venceremos”, sin mencionar la guerra en Ucrania. El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, asistió temprano en la mañana al discurso del presidente Joe Biden y estaba previsto que se dirija a otros líderes más tarde el martes.

Galvanizar el apoyo a Ucrania fue un tema central del discurso del presidente Biden, en el que instó a los líderes extranjeros a rechazar las violaciones de los principios de la Carta de las Naciones Unidas por parte de Rusia.

“Rusia cree que el mundo se cansará y permitirá que brutalice a Ucrania sin consecuencias”, dijo Biden. “Si permitimos que Ucrania sea dividida, ¿está segura la independencia de alguna nación? La respuesta es no. Debemos hacer frente a esta agresión manifiesta hoy para disuadir a otros posibles agresores mañana”.

Díaz-Canel habló en cambio de las “medidas coercitivas unilaterales” que los países poderosos utilizan para doblegar a otros y rechazó las sanciones contra Venezuela, Siria y Corea del Norte, guardando nuevamente silencio sobre Rusia, que también está bajo sanciones de Estados Unidos y otros países por su agresión contra Ucrania.

El presidente Biden no estuvo en la sala para escuchar su discurso.

Si bien su viaje ha recibido poca atención en Estados Unidos y hasta ahora no ha logrado reuniones bilaterales de alto perfil, el gobernante cubano ha dicho que uno de sus principales objetivos es demostrar que la isla no está aislada diplomáticamente.

Aunque no obtuvo apoyo extranjero capaz de sacar a Cuba de su grave crisis económica, Díaz-Canel se muestra energizado por sus recientes giras al extranjero y por haber presidido una reciente cumbre en La Habana del G-77 más China. Allí se codeó con el Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, y los presidentes de Brasil y Colombia, dos de las naciones sudamericanas más grandes e importantes socios de Estados Unidos, quienes abogaron públicamente por levantar el embargo estadounidense y sacar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo durante la reunión.

“Al que piense que Cuba está aislada, se le derrumbó el argumento,” dijo Díaz-Canel a diplomáticos y empleados de la misión cubana ante las Naciones Unidas poco después de aterrizar el domingo.

Los diplomáticos cubanos, que durante décadas han sido muy activos en la ONU, logrando una declaración anual condenando el embargo, dijeron que querían aprovechar el momento para criticar las “para condenar el criminal bloqueo contra Cuba y las medidas coercitivas unilaterales contra cualquier país; así como toda práctica colonialista, hegemonista, injerencista y discriminatoria en las relaciones internacionales,” afirmó Rodolfo Benítez Verson, funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.

También dijo que esperaba que otros líderes se alinearan con Cuba y pidieran un alivio de las sanciones. Así lo hicieron el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente Gustavo Petro de Colombia.

“Brasil seguirá denunciando las medidas que se adopten sin el ampara de la Carta de las Naciones Unidas, como el embargo económico y financiero impuesto a Cuba y cualquier intento de clasificar a este país como un estado patrocinador del terrorismo”, afirmó Lula.

Petro dijo que Cuba estaba “injustamente bloqueada” y era víctima de “un presidente colombiano”, en referencia al ex presidente Iván Duque, con quien estuvo discutiendo en X por el apoyo de Petro a Fidel y Raúl Castro. Al inicio de su discurso, Petro acusó a Duque de “sugerir” la inclusión de Cuba en la lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo “sólo porque ayudó a hacer la paz en Colombia”.

Este es el contexto de su comentario: Cuba dijo que como mediador en el proceso de paz colombiano, no podía extraditar a los líderes de un grupo guerrillero terrorista, el ELN, al que Duque acusó de haber ordenado un ataque en Bogotá en 2019. La administración de Donald Trump citó la negativa de Cuba para incluirlo nuevamente en la lista en enero de 2020.

Históricamente, presentarse como un pequeño país víctima de un poderoso vecino imperial ha sido un mensaje ganador para Cuba en las Naciones Unidas, donde su astuta diplomacia ha asegurado al gobierno de la isla, conocido por sus políticas represivas contra los disidentes y por tener actualmente más de 1.000 presos políticos, un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

Cuba se postuló para la reelección en octubre.

Pero activistas de derechos humanos dijeron el martes en las afueras del edificio de las Naciones Unidas que habían recogido 2.200 firmas de personas que pedían la expulsión de Cuba del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. También dijeron que habían pedido a la administración de Biden que sancionara a Díaz-Canel por violar los derechos humanos en la isla.

“Miles de personas en todo el mundo están pidiendo que Cuba no sea miembro del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, teniendo en cuenta que la represión ha aumentado en los últimos cuatro años en la isla”, dijo John Suárez, director ejecutivo del Centro para una Cuba libre. “La dictadura cubana y su representante Díaz-Canel son criminales que deben rendir cuentas y no ser recibidos en Naciones Unidas”.