Migrantes cubanos intentaron llegar a Florida en un bote de pedales. Ya los enviaron de vuelta a la isla

La creatividad con la que se fabrican muchas de las embarcaciones en que los migrantes cubanos intentan cruzar el el Estrecho de la Florida refleja la desesperación que sienten por abandonar su tierra natal en busca de una vida mejor.

Muchas embarcaciones no son más que espuma de poliestireno embutida en malla de gallinero con forma de casco de barco. A menudo no tienen más motor que el de una cortadora de césped de cuatro velocidades, o son propulsadas por velas hechas con sábanas.

La semana pasada, tres hombres elevaron el nivel en términos de pensar fuera de la caja cuando salieron de Cuba en lo que parece ser un bote de pedales pintado para parecerse a un auto: el tipo de barco común en los centros turísticos, destinado a pasear en tranquilos lagos artificiales, no a abrirse camino a través de uno de los pasos marítimos más traicioneros del mundo.

La suboficial Nicole Groll, portavoz de la Guardia Costera, dijo el jueves que la embarcación es un ejemplo de porqué la agencia lleva más de un año instando a los posibles migrantes a que no se hagan a la mar.

“Familiares y amigos, por favor, animen a sus seres queridos a buscar un camino seguro y legal hacia Estados Unidos. Migrar ilegalmente en embarcaciones sin chalecos salvavidas ni equipo de seguridad aumenta el riesgo de perder la vida en el mar”, dijo Groll.

La tripulación de un avión de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos avistó la embarcación amarilla el pasado sábado unas 69 millas al sur de Cayo Hueso, según la Guardia Costera.

Los hombres eran parte de los 77 migrantes cubanos que fueron trasladados a su país el miércoles a bordo del buque guardacostas Raymond Evans. Todos los migrantes fueron detenidos en el mar frente a los Cayos durante ocho incidentes separados en lo que resultó ser un fin de semana muy activo para la Guardia Costera.

“Las tripulaciones de la Guardia Costera mantienen una presencia activa con personal aéreo y marítimo todos los días a través del Estrecho de la Florida para ayudar a salvar vidas, sacando a las personas de entornos inseguros”, dijo el teniente Travis Poulos del Distrito Siete de la Guardia Costera en un comunicado el miércoles. “Nuestras tripulaciones ayudan a evitar que las personas pierdan la vida en estos peligrosos intentos”.

Desde octubre, la Guardia Costera ha interceptado en el mar a 3,369 personas procedentes de Cuba que intentaban emigrar a Estados Unidos, la cifra más alta en siete años. Al mismo tiempo, la agencia se ha enfrentado al mayor éxodo de personas desde Haití en casi tres décadas.

Los residentes de ambos países huyen del deterioro de las condiciones económicas y políticas. Los haitianos también huyen de la escalada de violencia de las pandillas.

Sin embargo, con pocas excepciones, quienes sean capturados en el mar o en tierra serán devueltos a sus países. Hasta principios de 2017, los cubanos que llegaban a las costas de Estados Unidos podían quedarse en el país y solicitar la residencia permanente después de un año.

La política se conocía como “pies mojados, pies secos”. Los detenidos en el mar eran devueltos a Cuba.

El gobierno de Obama puso fin abruptamente al programa en enero de 2017 como parte de sus esfuerzos por componer las relaciones diplomáticas con el gobierno de Cuba.