Migrantes acuden en masa a la frontera entre México y EEUU ante el final del Título 42

Agentes federales se desplegaron el martes en las calles de El Paso, Texas, en busca de los migrantes que se han estado reuniendo en refugios e iglesias en la ciudad fronteriza del sur con la esperanza de poder permanecer en Estados Unidos antes de la expiración de una política de control fronterizo de la era de Trump que desaparece al final del jueves.

La acción de las fuerzas del orden del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ocurrió mientras una nueva ola de migrantes procedentes de Venezuela, Haití, Cuba y otros países se precipitan hacia la frontera entre Estados Unidos y México y la insistencia de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) que no se permitirá a nadie pasar por un puerto de entrada de Estados Unidos sin una cita a través de su nueva aplicación CBP One.

A pesar de estas afirmaciones, los migrantes han seguido llegando a la frontera, en vísperas de la fecha límite del jueves con la esperanza de evitar el endurecimiento de las medidas de inmigración que pudieran impedir el reingreso o la posibilidad de solicitar asilo durante cinco años.

“Los medios mexicanos informan que unos 600,000 migrantes se dirigen a la frontera”, declaró July Rodríguez, directora de Support for Venezuelan Migrants, al Miami Herald en una entrevista desde Ciudad de México.

“Esta es una gran crisis. Nadie sabe qué va a pasar al día siguiente que termine el Título 42”, dijo. “Esto se nos está yendo de las manos”.

Un grupo de migrantes espera para entregarse a Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) en la subestación del puente Paso del Norte, en El Paso, Texas, el martes 9 de mayo de 2023. Los migrantes fueron alentados por agentes de la CBP a entregarse con volantes dejados en la acera en la madrugada mientras dormían afuera de la Iglesia del Sagrado Corazón.

En los últimos días, activistas que trabajan con migrantes de Venezuela y Haití han tratado de hacer actividades de divulgación, advirtiéndoles que la frontera no está abierta y que enfrentan la expulsión de Estados Unidos. Pero muchos de sus esfuerzos han caído en oídos sordos.

Rodríguez dijo que hay en camino olas de migrantes que se dirigen a Estados Unidos desde Colombia, así como desde Chiapas, un estado mexicano fronterizo con Guatemala. La mayoría de esos migrantes se concentran cerca de la ciudad fronteriza de Tapachula y están tratando de obtener del Instituto Nacional de Migración de México el estatus migratorio de 45 días que les permitiría viajar hacia Ciudad Juárez. Eso los llevaría a la frontera frente a El Paso.

“Pero no todos están en Chiapas”, dijo Rodríguez. “También hay un gran número que ya viajan hacia la frontera”.

Después de tres años, el Título 42, la autoridad de salud pública invocada por la administración del entonces presidente Donald Trump al inicio de la pandemia para expulsar rápidamente a los migrantes detenidos en la frontera de Estados Unidos con México, desaparecerá junto con otras reglas de emergencia de salud pública por el coronavirus.

El final pendiente de la controversial política fronteriza ha hecho temer que las ciudades fronterizas tanto en México como en Estados Unidos se vean desbordadas a medida que los migrantes se han convencido que la frontera está ahora abierta.

Los migrantes que han llegado a Ciudad Juárez ya están acampando o haciendo fila en zonas informales con la esperanza de cruzar a Estados Unidos antes de la expiración, que traerá consigo un endurecimiento de las leyes.

“Como hemos dicho en repetidas ocasiones, los individuos que no tengan una base legal para permanecer serán expulsados”, dijo el comisionado interino de Aduanas y Protección Fronteriza, Troy Miller, sobre los migrantes reunidos en el lado estadounidense. “Las personas no deben escuchar las mentiras de los contrabandistas y más bien usar vías legales para su protección”.

Estados Unidos envió recientemente 1,500 soldados en servicio activo a la frontera para unirse a los 2,500 guardias nacionales que ya están ahí.

Rodríguez, que dirige la organización no gubernamental dedicada a ayudar a los venezolanos, dijo que los migrantes están desesperados por llegar a la frontera estadounidense.

“Están sufriendo mucha ansiedad, a pesar de nuestros esfuerzos por explicarles las diferentes alternativas que pueden encontrar en México para pedir asilo o solicitar una cita en CBP One para no correr riesgos en la frontera, donde pueden ser secuestrados, que les roben o los extorsionen. Están diciendo: ‘No voy a quedarme aquí. Voy a llegar a Estados Unidos’”, dijo Rodríguez.

“Hay muchos rumores de que la gente está entrando a Estados Unidos y creen que es incierto que la frontera está cerrada”, añadió. “Y es muy poco lo que podemos hacer al respecto. No podemos hacer más que intentar seguir informándoles de la situación real”.

Además de los migrantes en México, Rodríguez dijo que su organización ha sido informada que “una gran ola que se dirige hacia la frontera en Colombia”, y que el Tapón del Darién —la selva entre Colombia y Panamá donde muchos migrantes han perdido la vida intentando cruzar— está lleno.

“Un gran número partió hace unas semanas con la idea de llegar a la frontera antes del 11 de mayo y cruzar la frontera”, dijo. “Otros creen que el final del Título 42 abrirá la frontera y que podrán entrar al día siguiente. Así que estamos viendo que El Darién está lleno de gente y así ha sido desde hace muchas semanas. Y la mayoría de los que estaban allí cuando empezó la avalancha ya están aquí en México. Todos creen que podrán cruzar”.

La administración de Biden, que ha enfrentado las críticas de gobernadores y legisladores republicanos, ha insistido en que está preparada para el final del Título 42. Han anunciado varias políticas nuevas que dicen están dirigidas a frenar el flujo migratorio en la frontera.

“Sí esperamos ver un aumento” en los migrantes que llegan a la frontera, dijo un alto funcionario de la administración a los periodistas el martes. “Pero sí creemos que con el tiempo estos programas que amplían las vías legales, que aumentan las consecuencias para la migración irregular, tendrán un impacto sostenible y duradero”.

La administración planea abrir centros regionales de procesamiento, inicialmente en Guatemala y Colombia, en colaboración con organizaciones internacionales para preseleccionar la elegibilidad de las personas para una vía legal a Estados Unidos, una “pieza central” del plan de la administración después del Título 42, dijo un segundo funcionario de la administración.

La administración también anunció que CBP One se ampliará para permitir más citas, a unas mil diarias, y para proporcionar tiempo adicional para completar las solicitudes y dar prioridad a los migrantes que han estado esperando más tiempo.

“Esperamos que en los primeros días haya un aumento de la migración”, dijo el segundo funcionario, señalando que más de 4,000 personas —entre ellos 1,000 agentes del orden, 1,500 militares y un número récord de contratistas privados— han sido desplegados en la frontera. “Llevamos más de dos años preparándonos para esto”.

En un comunicado, la CBP dijo que “programar una cita en CBP One proporciona un proceso seguro, ordenado y humano para que los extranjeros lleguen a los puertos de entrada en lugar de intentar entrar irregularmente en Estados Unidos”.

Los solicitantes de asilo que intenten entrar en Estados Unidos sin permiso enfrentarán una expulsión acelerada y la prohibición de volver a entrar, han advertido funcionarios de Inmigración. En algunos casos, serán deportados a su país de origen, y en otros de vuelta a México, en virtud de un acuerdo con el gobierno mexicano.

Las deportaciones y la prohibición de volver a entrar en Estados Unidos se aplicarán a quienes intenten cruzar por tierra la frontera entre Estados Unidos y México o por mar a través del Estrecho de la Florida o el Canal de la Mona de Puerto Rico. A estos migrantes se les aplicará el denominado Título 8, que prohíbe el reingreso en Estados Unidos durante al menos cinco años.

Las autoridades estadounidenses argumentan que este tipo de tráfico es arriesgado y pone en peligro la vida de los migrantes. Dijeron que planean ampliar las vías legales de entrada en Estados Unidos, como los visados basados en el empleo y la reunificación familiar, especialmente para cubanos y haitianos.

En enero, la administración puso en marcha un programa de parole humanitario de dos años para migrantes de Cuba, Haití y Nicaragua. Este programa, que ya se ofrece a los ciudadanos venezolanos, permite a los ciudadanos de los cuatro países volar legalmente a Estados Unidos si tienen un patrocinador estadounidense y un pasaporte válido.

Activistas de inmigración han dicho que si bien el Título 42 debería desaparecer no debería ser sustituido por políticas que desalienten o prohíban a las personas solicitar asilo en la frontera estadounidense o que se basen en la detención y vigilancia de la Policía de Inmigración y Aduanas (ICE).

“En primer lugar, el Título 42 nunca debería haberse aplicado, y la continuación de esta política por parte de la administración de Biden durante más de dos años ha sido vergonzosa”, dijo Silky Shah, directora ejecutiva de Detention Watch Network.

“Ahora que por fin termina esta semana, volvemos a dejarlo claro: la administración debe poner fin al Título 42 sin depender de la detención y vigilancia de inmigrantes y restaurar el acceso a nuestras fronteras para que la gente pueda buscar seguridad y oportunidades con dignidad y respeto”.