‘Todos mienten’. Días de declaraciones muestran porqué Joe Carollo es el político más voluble de Miami

Tras tres días de declaraciones esta semana ante un tribunal federal, el comisionado miamense Joe Carollo ha tachado de mentirosos a casi una decena de testigos en su contra, incluido el abogado que le hacía las preguntas.

Acusó a un empresario que lo demandó por fraude electoral. Dijo estar convencido de que los venezolanos ricos quieren comprar La Pequeña Habana. Y empezó a contar la historia de un encuentro con un judío cubano que le habló de iraníes infiltrados en una mezquita en Cuba con fines nefastos en algún lugar de América Latina, antes que el juez lo interrumpió.

Sus maratónicas declaraciones como testigo han sido su verdadera naturaleza: franco, brusco, combativo, divagador, partidario de las confabulaciones, a veces paranoico. Carollo ha pasado horas en el estrado defendiéndose en una demanda presentada por dos empresarios de La Pequeña Habana que afirman que usó los recursos municipales para coartar sus derechos amparados por la Primera Enmienda y presionó a las autoridades para que destruyeran sus intereses comerciales.

Para quienes conocen a Joe Carollo, todo ha ido casi exactamente como se esperaba: días en el estrado destilando una carrera marcada por la polémica y los enfrentamientos. Pero la reacción de otro grupo es más importante e incierta: ¿Qué pensarán los jurados del Condado Broward, que se desplazan a Miami para cada sesión de un juicio civil, de sus volubles declaraciones?

“Exige una lealtad total. Y si se baja al 99% te conviertes en su enemigo. Y cuando toma un asunto, no lo suelta”, dijo el ex alcalde de Miami Tomás Regalado. Regalado empezó a seguir la carrera de Carollo como periodista radiofónico en los años 70. Los dos fueron políticamente amigos en Miami hasta finales de los años 90, cuando tomaron lados opuestos en torno al empleo del administrador municipal José García-Pedrosa, a quien Carollo, como alcalde, despidió tres veces.

Para ser justos, Carollo, de 68 años, es una contradicción andante ahora en su sexta década de servicio público. Suele desgastar y despedir a sus empleados, intimida a sus oponentes políticos, deja enemigos en casi todas las paradas y —como subraya el juicio— trata de dirigir el gobierno de la ciudad como si fuera suyo. Pero también ha descubierto irregularidades y corrupción y, se le ame u odie, lo siguen reeligiendo. Algunos acontecimientos y enfrentamientos clave de su pasado:

▪ En 1979, a los 24 años, Carollo fue el más joven en ganar un escaño en la Comisión de Miami. En tres años, el jefe de Policía Kenneth Harms lo acusó de soborno y de hacer favores políticos a un jeque. Nada salió de ello.

▪ En 1983, mientras las cámaras rodaban a la espera de su apoyo a Maurice Ferré como alcalde, Carollo dijo que era anticubano y se negó a apoyarlo. Sin embargo, 34 años después, en 2017, antes de ganar su más reciente escaño en la Comisión, el respaldo de Ferré a Carollo contribuyó a su victoria en unas elecciones con una participación extremadamente baja. De algún modo, se subsanaron las diferencias.

▪ En 1997, tras perder aparentemente la alcaldía de Miami frente a Xavier Suárez, Carollo ayudó a descubrir un fraude electoral que condujo a más de una docena de arrestos y a la destitución de Suárez. Carollo fue elegido alcalde cuando un tribunal de apelaciones falló a su favor. Al año siguiente, Carollo fue arrestado por agresión doméstica por arrojar un objeto a su esposa en su casa de Coconut Grove. Pasó una noche en la cárcel. Más tarde se retiraron los cargos.

▪ En abril de 2000 Carollo despidió al administrador municipal Donald Warshaw, cinco días después que agentes federales se llevaron al niño balsero Elián González. Pocos días después, como invitado al programa de Sean Hannity, Carollo insinuó que Warshaw había conspirado con el Departamento de Justicia federal para apoderarse de Elián con el fin de anotarse puntos. En septiembre de ese mismo año, Warshaw fue acusado por autoridades federales de malversar fondos policiales y benéficos para comprarse boletos \de temporada de hockey y otros artículos de lujo, asuntos de los que Carollo insinuó que estuvo al tanto todo el tiempo, pero que no pudo compartir públicamente.

▪ Las acusaciones de racismo también han perseguido al comisionado. En la década de 1970 fue despedido como agente de servicio público en la Policía de Miami-Dade tras pegar una caricatura sobre el Ku Klux Klan en los buzones de varios agentes. En una ocasión se refirió al primer administrador negro de Miami como una “galleta Oreo” y comparó a otro comisionado negro con el caudillo ugandés Idi Amin. Y varios testigos durante este juicio han afirmado que Carollo se ha mostrado en desacuerdo con un gran mural en La Pequeña Habana que representa a un grupo de afrocubanos.

Una pelea por su reputación y su poder

Ahora que parece acercarse el final de una carrera política de seis décadas, Carollo lucha por salvar su reputación y poder. Pero también puede estar peleando por mantener su solvencia financiera.

El comisionado ha sido demandado personalmente por dos empresarios de La Pequeña Habana que afirman que Carollo “usó como arma” los recursos municipales para intentar destruir sus negocios. William Fuller y Martín Pinilla, que operan varios negocios a lo largo del corredor comercial de La Pequeña Habana que incluyen al emblemático club nocturno Ball & Chain, solicitan $2.5 millones y daños punitivos.

El empresario de La Pequeña Habana William Fuller demandó al comisionado de Miami Joe Carollo ante un tribunal federal de Miami, acusándolo de usar recursos municipales para perjudicar a varios negocios que opera, entre ellos el emblemático club nocturno Ball & Chain. C.M. GUERRERO cguerrero@miamiherald.com C.M. GUERRERO/cguerrero@miamiherald.com
El empresario de La Pequeña Habana William Fuller demandó al comisionado de Miami Joe Carollo ante un tribunal federal de Miami, acusándolo de usar recursos municipales para perjudicar a varios negocios que opera, entre ellos el emblemático club nocturno Ball & Chain. C.M. GUERRERO cguerrero@miamiherald.com C.M. GUERRERO/cguerrero@miamiherald.com

La demanda argumenta que Carollo comenzó su campaña contra ellos después que anunciaron su apoyo al abogado Alfonso “Alfie” León, a quien Carollo derrotó en una segunda vuelta por el escaño de La Pequeña Habana en la Comisión en 2017. Los hombres dicen que Carollo presionó a funcionarios del código para que visitaran al menos dos de sus locales 84 veces y que Carollo quería que les quitaran la licencias de licor. Un negocio cerró. Otro se mudó de la zona.

La disputa se intensificó. A principios de mayo de 2018, Fuller invitó a los medios a la entrada del Ayuntamiento en Coconut Grove y, mientras se celebraba una reunión de la Comisión, exigió a la ciudad que abriera una investigación sobre violaciones del código en la propia casa de Carollo en Coconut Grove. Dos semanas más tarde, la ciudad encontró varias infracciones en la casa por obras realizadas sin permiso. Entre los problemas: una cochera y pavimentación que carecían de los permisos adecuados. Unos meses después presentaron la demanda contra Carollo.

El juicio, en medio de su cuarta semana, ha estado plagado de giros: desde un cambio de sede después que una inundación histórica obligó a trasladarlo desde el tribunal federal de Fort Lauderdale, hasta acusaciones de espionaje e intimidación de jurados. El juez ya ha denegado las peticiones de anulación del juicio presentadas por el equipo de defensa de Carollo.

Para Carollo, algunos de los puentes que ha quemado pudieran volver a perseguirlo. Hasta ahora han testificado contra Carollo: un administrador municipal al que obligó a dimitir, tres ex jefes de Policía con los que se enfrentó y tres de sus antiguos empleados. Entre ellos está Richie Blom, ex jefe de policía en Doral, quien más tarde se convertiría en su jefe de personal en Miami.

“Ser su amigo es muy difícil porque al final encontrará algo que te convierta en su enemigo”, dijo Regalado, que planea postularse de nuevo a la alcaldía en 2025. “Quizás incluso algo que ni siquiera existe”.

Los ex jefes de Policía, el administrador municipal y los antiguos empleados se hicieron eco unos de otros, testificando que Carollo “puso en la mira” a los negocios dirigidos por Fuller y Pinilla como una venganza política. Blom declaró que Carollo quería que espiara a Fuller. Dijo que le pidió que se acercara sigilosamente a un negocio y midiera con cinta métrica la distancia que lo separaba de un establecimiento religioso vecino, con el objetivo de revocar su licencia de bebidas alcohólicas.

Pero el testigo estrella ha sido el propio Carollo, que prestó juramento de decir la verdad ante el juez federal de distrito Rodney Smith en el downtown de Miami el lunes a las 9:40 a.m.. Todavía estaba testificando cuando el tribunal tomó un receso a mediodía del miércoles y se espera que vuelva al estrado en la mañana del viernes.

Tanjha Quintana, ex recepcionista del comisionado Joe Carollo, declaró en el juicio federal el miércoles en Miami que su jefe la obligó a mentir y a decir que había sido acosada sexualmente por un par de asistentes de alto rango de Carollo que estaban enfrentados con el comisionado. Foto cortesía de Tanja Quintana Picture provided by Tanja Quintana
Tanjha Quintana, ex recepcionista del comisionado Joe Carollo, declaró en el juicio federal el miércoles en Miami que su jefe la obligó a mentir y a decir que había sido acosada sexualmente por un par de asistentes de alto rango de Carollo que estaban enfrentados con el comisionado. Foto cortesía de Tanja Quintana Picture provided by Tanja Quintana

Las chispas entre Carollo y el abogado demandante Jeff Gutchess saltaron en cuanto Carollo bajó la mano derecha y el abogado le informó de que mentir bajo juramento era un delito. Preguntó a Carollo si los antiguos funcionarios que habían declarado bajo juramento habían dicho la verdad. A Carollo le preocupaba especialmente el testimonio de la ex recepcionista Tanjha Quintana, quien dijo a los jurados que Carollo le había ordenado decir que Blom y el enlace de la comisión Steve Miró la habían acosado sexualmente mientras estaban enfrentados con el comisionado. Quintana admitió que había mentido en una declaración anterior.

“Eso no es en absoluto cierto. Es ridículo”, dijo Carollo.

En un momento del interrogatorio, Gutchess mostró un mural en La Pequeña Habana en el que aparen afrocubanos. Algunos habían testificado que el comisionado creía que la pintura daba “miedo”. Carollo se opuso y se salió del guión.

“Esto está muy bien orquestado por ustedes. No tengo ningún problema con este mural”, dijo a Gutchess. “Que ustedes hayan hecho esto y piensen que es tan bonito tratar de predisponer a este jurado, es enfermizo. De hecho, yo pondría mi historial frente al de cualquiera en la ciudad”.

Cuando Gutchess preguntó a Carollo si los tres testigos que declararon que el comisionado tenía un problema con el mural mentían, Carollo respondió: “Digo que todos mienten”. Luego Carollo se puso a despotricar sobre cómo no quería que La Pequeña Habana se pareciera a Wynwood, que tiene murales de “gente terrorífica con grandes cabezas y mugre en la nariz”.

Los intercambios con Gutchess continuaron todo el martes y el juez Smith impidió repetidamente a Carollo salirse por la tangente, pero también estuvo de acuerdo con las objeciones del equipo de defensa de Carollo de que Gutchess a menudo ofrecía opiniones en lugar de hacer preguntas.

Lamento el tema de ‘El Padrino’

Gutchess terminó su interrogatorio reproduciendo un video grabado en una pequeña sala de conferencias detrás del estrado de la cámara de la Comisión de Miami en octubre de 2021, momentos después que Carollo trató de amañar la votación para destituir al entonces jefe de Policía Art Acevedo. Ante la mirada aparentemente incómoda del heredero Manny Morales, Carollo puso el tema de las películas de El Padrino en su teléfono móvil.

“Lo admito, probablemente no debería haberlo hecho. Lo hicimos en broma”, dijo Carollo. “Ojalá pudiera retractarme. Desde luego que sí”.

Finalmente, a última hora de la tarde del martes y a primera hora del miércoles, el abogado de Carollo, Ben Kuehne, tuvo su oportunidad de convencer a los jurados y suavizar la imagen de Carollo. Explicó cómo Carollo llegó al cargo con la promesa de mejorar la calidad de vida y los problemas de seguridad pública en la La Pequeña Habana y sus alrededores. El comisionado habló de niños que encontró viviendo en la miseria en un edificio y que habían sido mordidos por ratas, y cómo les ayudó.

Carollo ha negado en repetidas ocasiones haber tenido como objetivo las propiedades de Fuller y ha afirmado que solo se reunió con el empresario una vez antes de ser elegido. Según él, Fuller le dijo que tenía problemas con el proceso de concesión de permisos en Miami y que si Carollo estaba dispuesto a ayudarlo, apoyaría su candidatura a comisionado. Carollo dijo que no reaccionó esa oferta, que según él despertó una “alerta”.

En opinión de Carollo, la demanda en su contra es la verdadera represalia política, y él es la víctima.

“Francamente, no sabía el poder que tenía este hombre hasta que fui elegido”, dijo Carollo a los jurados.