“Tengo miedo”: madre buscadora suspende labores de búsqueda ante amenazas de muerte

Madres buscadoras
Madres buscadoras

“Tengo miedo, tengo miedo que entre tanta multitud de gente no sepa de dónde me va llegar el golpe, porque siempre decimos ¿a quíén le estorba lo que hacemos?”.

Esa fue la respuesta de Cecilia Flores, fundadora del grupo de madres buscadoras de Sonora, quien el 7 de octubre anunció que suspenderá sus actividades de búsqueda debido a las amenazas que ha sufrido desde hace más de un año.

La madre buscadora no va a lugares sola, se cuida en todo momento, incluso se negó a ir al informe de gobierno de Alfonso Durazo, gobernador de Sonora, por temor a que le suceda algo.

En entrevista con este medio, Ceci, que desde hace siete años busca a sus hijos desaparecidos, dijo que no parará hasta encontrarlos, pero cree prudente hacer una pausa para no arriesgar más a su familia y darle un últimatum a las autoridades para actuar.

Ya hace más de un año que empecé a ser amenazada, es tiempo suficiente para que las autoridades hubiesen hecho la investigación, pero lamentablemente eso no ha sucedido”.

Apenas el martes 11 de octubre, sus sobrinos, quienes le ayudaban a sus búsquedas por todo el territorio nacional, fueron levantados, y aunque pudo rescatarlos, ella y su familia viven con miedo.

“Las amenazas han sido más fuertes, me dicen que me atenga a las consecuencias. Lamentablemente el día de antier (11 de octubre) tuve desaparecidos a mis sobrinos, los pude rescatar pero también tenemos miedo, ellos son de los jóvenes buscadores, entonces yo lo veo como una presión para que yo deje de buscar”.

Ceci explica que sus sobrinos fueron secuestrados en Los Mochis, él último lugar en donde realizaron labores de búsqueda.

En cuanto supo de la desaparición contactó a las autoridades para que realizaran la búsqueda, también logró conocer quiénes secuestraron a sus familiares.

“Metimos mucha guardia, el pueblo es muy chiquito; y al meter tanta seguridad a mi me contactan y me dicen que saque a la seguridad y me los van a entregar y así se hizo”.

Ceci lamenta que sean ellos los que tengan que estar ocultándose y encerrados en sus domicilios como delincuentes cuando no le deben nada a nadie.

Sus sobrinos, junto con su hija Milagros, le han ayudado a las búsquedas, pero a raíz del secuestro, lo más probable es que los jóvenes no vuelvan al grupo por temor a otro atentado en su contra o a otro miembro de la familia.

“Ellos no son jóvenes que andan enredados con el cártel, no son delincuentes, ahora mi familia me culpa porque por andar conmigo ahora los levantaron y que cualquier cosa que les pase será mi culpa”.

Las amenazas

La desaparición de sus sobrinos no fue lo único, el 3 de octubre recibió una llamada de una mujer que fingía la voz, hablaba ronco y le dijo que no la querían en Sonora, que entendiera o se atuviera a las consecuencias.

Ceci no se amedrentó y decidió enfrentar a su victimaria con un contundente “no, no entiendo”.

“No sé por qué amenazarme en lugar de entregarme a mi hijo, si me entregan a mi hijo sería más fácil porque así yo no tendría pretexto para estar viniendo para acá, pero lamentablemente la desesperación por tener a mi hijo de vuelta es la que me hace escaparme del protocolo, estar de un lugar a otro”.

Aunque denunció las amenazas, las autoridades no han respondido; no se sabe quién o quienes están detrás de las acciones que orillaron a la madre a suspender, por semanas, su labor.

Sin embargo, para ella está claro que su trabajo no para, retomará fuerzas y continuará con la búsqueda de sus hijos y el resto de desaparecidos.

Esto no para, hay que seguir; tenemos que seguir luchando, no solo son mis desaparecidos, son miles de desaparecidos que merecen ser buscados, buenos o malos, pobres, inocentes, ellos merecen ser buscados y localizados”.

Tiene apoyo de las autoridades estatales en cuanto a protección a su persona, pero es insuficiente.

Respecto al gobierno federal, Ceci afirma que nada ha cambiado, hay nulo apoyo, ni en el sexenio de Enrique Peña Nieto o el de López Obrador hay voluntad para frenar la ola de desapariciones que ha lacerado a miles de familias mexicanas.

La madre buscadora manda un certero mensaje a las autoridades:

“Que trabajen, ellos escogieron estar en el lugar, que cumplan con su investigación y sus obligaciones".

Será hasta noviembre cuando vuelva a las calles para buscar entre los montes, la basura, en fosas clandestinas con la esperanza de encontrar a sus hijos.

 

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