¿Miedo al dentista? He aquí cómo afrontarlo
Para Hope Alcocer, el diagnóstico era desalentador: 11 caries. Encías inflamadas. Un diente que necesitaba una endodoncia.
A medida que aumentaba la lista de problemas, también lo hacía su sensación de vergüenza y miedo. Vergüenza por haber esperado más de una década para acudir al dentista. Y miedo porque ya no podía evitar ir al dentista.
Su ansiedad se debía a una experiencia de su adolescencia, cuando le dijo a su dentista que creía que no estaba bien anestesiada y este no le dio importancia y procedió a empastarle una caries.
El dolor la hizo querer saltar de la silla. “Mi dolor era un 11 de 10”, dijo. “Así de fuerte me dolía”.
La ansiedad dental es un problema frecuente. En general, los estudios sobre adultos estadounidenses revelan que alrededor del 20 por ciento de los encuestados tienen un miedo moderado o elevado a la atención dental. La gravedad oscila entre un malestar leve y una fobia grave, y puede tener su origen en experiencias negativas o traumas del pasado.
Los expertos afirman que, cuanto más temerosa esté una persona, más pospondrá la atención sanitaria y más probabilidades tendrá de desarrollar problemas dolorosos que requieran tratamientos caros o complejos.
“Es una especie de profecía autocumplida”, comentó Kelly Daly, psicóloga clínica e investigadora científica adjunta de la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York.
Pero no tiene por qué ser así, añadió, tras admitir que ella misma había luchado contra la ansiedad dental tras una intervención fallida. Estas son algunas de las estrategias que Daly y otros expertos compartieron para que logres superar el miedo y cuides bien de tus dientes.
Elige sabiamente
Los expertos recomiendan que, si aún no tienes un dentista que te escuche o te tranquilice, busques uno que lo haga.
S.D. Shanti, dentista licenciada que les enseña a profesionales de la odontología cómo trabajar con pacientes que tienen fobias dentales, sugirió hacer preguntas antes de la primera visita para ver cuán dispuesto está el proveedor a adaptarse a tus necesidades.
Por ejemplo, puedes preguntar si el dentista da citas durante los periodos lentos, si divide los procedimientos en varias citas o si puede ofrecerte una cita más larga. Además, puedes pedir que te acompañe alguien para recibir apoyo emocional.
También puedes visitar el consultorio antes de la intervención para “desensibilizarte” al entorno dental.
Habla con franqueza sobre tus sensaciones
Según los expertos, a algunos pacientes les da vergüenza decir cuánto tiempo hace que no van al dentista, o puede que no sientan confianza para compartir cuán asustados están realmente.
Pero los expertos afirman que un dentista o higienista empático disipará tus preocupaciones de inmediato si se las cuentas. Así que hazles saber si sientes miedo o dolor.
Algunos dentistas lo saben de inmediato. Tricia Quartey, dentista de Brooklyn y portavoz de la Asociación Dental Americana, afirma que normalmente puede detectar la ansiedad dental con solo mirar la radiografía, incluso antes de conocer a un paciente, porque sus imágenes revelan una serie de problemas acumulados.
Recomienda indicarle al dentista o al higienista que te gustaría utilizar una señal como levantar la mano, por ejemplo, cuando necesites un descanso o quieras hablar.
Aprovecha el poder de tu mente
Algunos dentistas ofrecen gas hilarante, un sedante suave que puede ayudar a los pacientes a sentirse tranquilos y cómodos durante la intervención.
Aunque puede ser una herramienta útil, Quartey afirma que lo mejor es hablar con el dentista sobre cuándo utilizarla, o con qué frecuencia.
“En lo personal, prefiero que mis pacientes estén despiertos y experimenten todo para que se den cuenta de que no es tan malo”, añade.
Muchos pacientes también intentan automedicarse, pero si el dentista también tiene previsto utilizar medicación, pueden crearse interacciones farmacológicas problemáticas, explica Shanti, por lo que es mejor no tomar ninguna sustancia antes de ir a la consulta. Si lo has hecho, debes comunicárselo a tu dentista.
Alcocer lo intentó todo para tranquilizarse cuando iba al dentista. Comestibles de cannabis. Un trago de vodka. Hierbas homeopáticas. Xanax. Pero unas sencillas técnicas psicológicas fueron las que marcaron la diferencia.
Alcocer lo descubrió después de que Quartey le propuso participar en un estudio para probar una aplicación que enseña estrategias para afrontar el miedo al dentista.
La aplicación le recordaba a Alcocer respirar desde el vientre y recitar mantras como “Estoy a salvo”. También la invitaba a preguntarse qué sería lo peor que le podría pasar y luego qué sería lo mejor. Se trata de tácticas habituales para controlar la ansiedad.
Los expertos afirman que concentrarte en tu respiración es una de las cosas más eficaces que puedes hacer. Shanti recomienda probar con una inhalación por la nariz y una exhalación larga, o dos inhalaciones cortas por la nariz y una exhalación larga, y ver cuál te sienta mejor. Practica la técnica que elijas a lo largo del día para que te resulte familiar cuando llegue la hora de la cita.
Alcocer compartió que los ejercicios de respiración y mentales “cambiaron por completo mi sensación. Me hicieron una endodoncia y fui la paciente perfecta”.
c.2024 The New York Times Company