Cómo Michael B. Jordan y Jonathan Majors pelearon de manera armoniosa
“Creed III” ofrece dos enfrentamientos bien emparejados: uno en la pantalla y otro fuera de ella.
En este rincón de la gran pantalla está nuestro héroe boxeador, Adonis Creed (Michael B. Jordan), que ha superado a su antiguo entrenador, Rocky Balboa, y ha logrado tantos objetivos profesionales que pretende retirarse a los 35 años, siendo un padre satisfecho y marido de su mujer, Bianca (Tessa Thompson). Pero, ¿quién es ese que entra en el estadio? Es el amigo de la infancia de Creed, Damian Anderson (Jonathan Majors), un antiguo prodigio del boxeo que acaba de salir de la cárcel y está dispuesto a cobrar lo que cree que se le debe, aunque ese pago tenga que extraérselo en el ring al propio Creed.
Entre bastidores, el duelo entre Jordan y Majors resultó igual de dinámico. Jordan, de 36 años, lleva trabajando en Hollywood desde que era adolescente y es una auténtica estrella de cine gracias a la franquicia “Creed” y a las dos películas de “Pantera Negra”, en las que interpretó al carismático villano Erik Killmonger. Un sábado reciente por la mañana, en el patio de un restaurante de Beverly Hills, Jordan hablaba con la precisión de alguien que lleva años en el ojo público y que, como su personaje, había alcanzado tantas metas profesionales que se sintió inquieto por un nuevo reto. Lo encontró poniéndose detrás de la cámara para debutar como director en “Creed III”, aunque mientras preparaba la película, Jordan sabía que solo sería tan bueno como el hombre que eligiera para interpretar a su enemigo.
Majors, de 33 años, llegó a la entrevista con un paquete de rebanadas de mango deshidratado y un altavoz portátil en el que sonaba “Real Friends” de Kanye West. Tras aparecer en “El último hombre negro en San Francisco” (2019), un impresionante papel revelación que lo llevó a protagonizar “Territorio Lovecraft”, de HBO, el imparable Majors está preparado para un 2023 sobresaliente: “Ant-Man and the Wasp: Quantumania” lo presentó como Kang, el astuto villano que seguirá luchando contra los Vengadores de Marvel en una variedad de películas y series, mientras que el bullicioso título de Sundance “Magazine Dreams”, que probablemente se estrenará en la próxima temporada de premios, pone a Majors en la piel de un fisicoculturista con problemas, un papel que bien podría valerle un Oscar por su interpretación cautivadora.
¿Se llevarían bien el actor consagrado y el prometedor ambicioso, o cada uno lucharía por ser el mejor? Cuando aceptó participar en “Creed III”, Majors tenía sus dudas: “No había nada establecido en la historia que indicara que un actor fuese a cuidar de otro actor negro”, comentó. Pero Jordan estuvo dispuesto a ser honesto y vulnerable de una manera que hizo que Majors le respondiera, y su química resultó ser tan potente que ambos hombres están ansiosos de tener una revancha.
A continuación, fragmentos editados de nuestra conversación.
Michael, ¿qué pensaste cuando Jonathan comenzó su carrera como actor?
MICHAEL B. JORDAN Sabía que tenía un gran rango. No conocía su formación, pero sabía que había estudiado. Y tenía muchas capas, se notaba. Luego sentí curiosidad. Pensaba: “Es alguien muy interesante. Me pregunto cuáles serán sus próximos proyectos. Sé qué haría yo en su lugar”.
¿Qué descubriste sobre él tras analizar los proyectos en los que participó?
JORDAN Que era solo cuestión de tiempo. Y si yo fuera un hombre de apuestas, me habría vuelto rico.
JONATHAN MAJORS ¡Lo serás!
JORDAN Pensaba: “Ah, yo podría trabajar con él”. En mi caso, pensando en películas y guiones que tengo en desarrollo, siempre estoy considerando otras figuras que quiero incluir en el filme.
MAJORS Nadie más hace eso. Nadie más piensa en el otro.
¿Porque están demasiado ocupados pensando en sí mismos?
MAJORS Claro que sí. Están tan inseguros, tan asustados, y la industria está diseñada para hacerlos sentir como en un festín o en hambruna.
Michael, háblame de esa primera llamada por FaceTime en la que le propusiste a Jonathan unirse a la película.
JORDAN Estaba muy metido en mi mente. Me pregunté: “¿Qué cosas me gustaría oír? Este tipo puede hacer un millón de cosas diferentes. ¿Qué lo hará querer arriesgarse con este actor-director que no ha dirigido [nada]?”. Sabía que tenía que ser sincero sobre lo que este proyecto significa para mí, y quería asegurarme de que él lo supiera: “Quiero ponerte en el trono. Quiero darte el espacio y el margen necesarios para hacer lo tuyo”.
MAJORS Eso me pareció espectacular. Pensé: “No puede ser”. Ya estaba haciendo mi análisis de riesgo de la película cuando recibí la llamada. Estaba pensando: “¿Qué vale la pena? ¿Cuánto voy a comer?”.
JORDAN ¿Te refieres al valor que podrías obtener?
MAJORS No, literalmente, ¿cuánto voy a comer? [Se ríe.] Estoy en la película para filmar escenas de lucha, y voy a darlo todo. Pero para ser sincero, fue un salto de fe. ¿Dos machos alfa? No, hermano, los dos no podemos sobrevivir. Alguien tiene que morir. Ese es el juego en el que pensé que estaba entrando, pero él me seguía diciendo: “Tienes mi apoyo, hermano”. Yo le respondía: “Está bien, amigo”.
JORDAN Quería asegurarme de que siempre estuviera entusiasmado con lo que hacía, porque yo lo estaba. Después de tener una conversación con él, pensé: “Este es mi compañero de equipo, alguien a quien puedo presionar, y algo me dice que él también me va a presionar a mí”.
Entonces, ¿cómo pueden dos alfas no solo sobrevivir, sino prosperar al trabajar juntos?
JORDAN Entendiendo que ambos somos alfas, pero sin tener ego, y permitiendo que todos triunfen. Y seamos claros: cuando dicen: ‘Acción’, y estamos en la escena, los dos estamos intentando arrancarnos la cabeza el uno al otro. Pero si ambos estamos actuando con base en la verdad de su personaje, entonces así es como tiene que ser.
Jonathan, ¿cómo pasas de querer arrancarle la cabeza a dejar que te dé notas?
MAJORS Es todo un juego porque eso es respeto. Como decir: “Te voy a pegar duro y tú me vas a pegar duro y, si no me pegas duro, dejaremos de ser amigos”. Hay un acuerdo. Hubo días que peleábamos, y las últimas dos horas, no sentía mis brazos. Nunca se lo dije.
JORDAN Esta es la primera vez que lo oigo.
MAJORS Lo miraba como diciendo: “Ahora hago esto por ti. Estoy haciendo esto por nosotros”.
JORDAN Lo más importante fue ganarme su confianza. Yo soy el director, así que, con ciertas cosas, tengo que obtener opciones. Puede que no nos golpeemos tan fuerte como tenemos que hacerlo, y él tiene que confiar y no pensar: “Espera, ¿está intentando engañarme y tenderme una trampa?”. Pero eso es gimnasia mental que podría haber estado haciendo por mi cuenta, volviéndome loco.
MAJORS No, creo que ambos lo hacíamos. Es una dinámica única porque creamos cosas juntos, pero luego cuando nos pusimos en marcha, lo hice como si fuera tu protagonista: “Tú eres el director, y hay un protagonista fantasma por aquí que se parece mucho a ti. Pero cuando no está aquí, yo soy el protagonista”. Cuando me hablaba como un director a un actor, lo vi ganar confianza. Aprendió muy rápido [que] si me lo pones fácil, no lo acepto, pero si me ordenas qué es lo que quieres que haga, ni siquiera lo cuestionaré. Lo describí como el médico que cura las heridas del boxeador: literalmente me decía: “Aquí está tu nutricionista, aquí está el gimnasio, aquí está contra quién vas a luchar. Ve, y te veré en el rodaje”. Muy bien, amigo.
¿Qué hiciste para construir la imagen de Damian mientras tanto?
MAJORS La psicología de un personaje se manifiesta en el cuerpo, y la cantidad de lenguaje corporal que exigía Damian era muy grande por el contexto. Interpreto a alguien que está relacionado con Adonis. Tenemos unas cuatro horas y media de Adonis Creed en el mundo que todos han visto, y tengo que ser tan denso como esas cuatro horas hasta esta película para que parezca que realmente formamos parte de la vida del otro. La forma en que [Damian] camina, la forma en que lucha, intenté dar toda la información posible. Y luego la idea de que fuera un campeón del mundo de los pesos pesados que había estado encarcelado, la caracterización de todo eso, cambié completamente mi vestuario interpretando a ese tipo. Estos tipos no enseñan el cuerpo y, a medida que empecé a entrenar, la ropa me iba quedando cada vez más grande.
JORDAN Quería que estuviera tan vestido como fuera posible antes de la revelación [de su cuerpo] cuando sube por primera vez al ring. Quiero que la gente piense: “Ah, esto es diferente”.
¿Qué reacción a esta película es la que más te importa?
JORDAN La de mi madre y mi padre. Mi madre ya la vio, y mi padre acaba de volver de Ghana, así que voy a proyectársela.
¿Y en tu caso, Jonathan?
JORDAN Ah, la reacción de Mike. Lo que más me importa es lo que él piensa.
Por la forma en que hablan el uno del otro, parece que esta es la primera de muchas colaboraciones por venir.
JORDAN Lo es. Lo estamos planeando.
MAJORS De Niro y Pacino.
JORDAN Estamos entusiasmados, y tengo esas conversaciones con él. Actuar es un viaje solitario, en el que luchas por tu puesto durante mucho tiempo. Así que, cuando hay alguien que no se preocupa tanto por esas cosas, piensas: “Hagámoslo. ¿Qué tanto caos podemos hacer juntos?”.
MAJORS Podemos hacerlo todo.
c.2023 The New York Times Company