Miami Seaquarium demanda a Miami-Dade en lucha por sobrevivir al desalojo

Tras meses de alarmantes inspecciones federales y condenas públicas, la verdadera lucha por la supervivencia del Miami Seaquarium parece a punto de comenzar.

Ante el vencimiento el domingo de la fecha límite para entregar el local frente al mar que tiene arrendado a Miami-Dade desde la década de 1950, el Seaquarium solicitó el viernes a un juez federal que bloquee la orden de desalojo emprendida hace seis semanas por la alcaldesa Daniella Levine Cava.

La alcaldesa citó una serie de informes alarmantes de inspectores veterinarios federales que denunciaban problemas en el cuidado de delfines, leones marinos, aves y otros animales en cautividad, así como infracciones del código de edificación de Miami-Dade contra el Seaquarium por no reparar sus vetustas instalaciones.

La demanda presentada ante el Tribunal de Distrito Federal alega que el propietario del Seaquarium, la Dolphin Company, una cadena de atracciones de mamíferos marinos con sede en México, sufrirá daños por $35 millones si se ve obligado a desalojar su ubicación frente al mar en la Bahía de Biscayne. La demanda solicita una orden de restricción contra Miami-Dade para impedir que el condado se apodere de los animales del parque y una orden judicial contra el intento del condado de tomar el control de la propiedad.

La demanda también afirma que el Seaquarium es víctima de una venganza por parte de la administración de Levine Cava, citando a un empleado del condado no identificado que le dijo a un ejecutivo del parque que la alcaldía “te odia”.

“La demanda incluye alegaciones de acciones emprendidas por Miami-Dade que han dañado injustamente la reputación del Miami Seaquarium y de los miembros de su personal”, dijo el Seaquarium en un comunicado de prensa el viernes por la mañana. El Seaquarium ha acusado a Miami-Dade de centrarse en los fallos de las inspecciones federales sobre el cuidado de los animales, pero sin reconocer las medidas que ha emprendido la administración de las instalaciones para subsanar las infracciones y seguir cumpliendo con las leyes estadounidenses que regulan a los animales cautivos usados para entretenimiento.

No hubo respuesta inmediata de la oficina de Levine Cava, que se ha estado preparando para un enfrentamiento legal con la Dolphin Company antes de la fecha límite del domingo para que devuelva el recinto de 38 acres a Miami-Dade. Los directivos de la empresa ya habían dejado clara su intención de luchar contra el desalojo en los tribunales, por lo que el Seaquarium enfrenta una batalla legal y el reto de gestionar un parque temático que ha sido objeto de un intento de cierre por parte del condado.

También esta semana, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) hizo público un informe de enero en el que alegaba que el Seaquarium intentaba obstaculizar las visitas rutinarias de los inspectores veterinarios federales. Según el informe, una visita realizada el 9 de enero supuso un retraso de casi cinco horas para que el Servicio de Inspección de Sanidad Animal y Vegetal entrara en el recinto y examinara las condiciones de los animales y el papeleo, mientras los administradores del Seaquarium consultaban con abogados. El Seaquarium también insistió en grabar el trabajo de los inspectores, incluidas las conversaciones con los empleados del parque, según el informe.

“Se entrevistó a los miembros del personal ante las cámaras, pero durante la inspección, los miembros del personal confiaron a los inspectores que lo que declaraban ante las cámaras no era toda la verdad, ya que no se sentían cómodos para ser comunicativos con todos los detalles relevantes”, afirmaba el informe. “El presidente ejecutivo de las instalaciones declaró que si los empleados querían hablar a solas con el USDA, tendrían que acudir a la administración e informarles previamente”.

El informe continúa describiendo que el Seaquarium tiene un “personal veterinario extremadamente limitado” y que algunos animales han pasado un año sin recibir atención médica rutinaria. Los inspectores citaron el caso de Bimini, un delfín mular de 24 años con múltiples problemas de salud. Aunque un veterinario del Seaquarium quería realizar pruebas al animal para saber mejor qué le pasaba, esos procedimientos no se llevaron a cabo durante cuatro meses “debido a la falta de personal veterinario, equipos y especialistas”.

La Dolphin Company se hizo cargo de la propiedad del Seaquarium en 2022 recibiéndola de un operador de parques temáticos diferente, y la demanda echa la culpa de los problemas de mantenimiento de la instalación a Miami-Dade por alquilar a la empresa “un limón”.

Bimini, un delfín mular de 24 años del Miami Seaquarium, resultó gravemente herido con cuatro costillas rotas tras un presunto ataque por parte de dos delfines, según un informe federal de 2021.
Bimini, un delfín mular de 24 años del Miami Seaquarium, resultó gravemente herido con cuatro costillas rotas tras un presunto ataque por parte de dos delfines, según un informe federal de 2021.