En Miami, el lugar más inesperado, Obamacare se encuentra en todas partes

Una tienda de seguros anuncia Obamacare en un centro comercial de Miami, el 30 de noviembre de 2022. (Scott McIntyre/The New York Times)
Una tienda de seguros anuncia Obamacare en un centro comercial de Miami, el 30 de noviembre de 2022. (Scott McIntyre/The New York Times)

MIAMI — Lídice Hernández abrió el año pasado una agencia de seguros en una calle muy transitada y colocó en el escaparate un logotipo que se ha hecho muy familiar en el sur de Florida: un sol blanco que se eleva sobre las franjas rojas de la bandera estadounidense, todo ello encerrado en una gran O azul.

“Obamacare”, decía abajo.

Este tipo de anuncios son habituales en algunas de las principales avenidas de Miami, casi 13 años después de que la principal política sanitaria del expresidente Barack Obama, la Ley de Protección al Paciente y Cuidado Asequible, se convirtiera en ley y los críticos la identificaran con su nombre. Se mire donde se mire, especialmente durante el periodo de inscripción abierta que va de noviembre a enero, encontramos: Obamacare, Obamacare, Obamacare.

“Si no lo usamos”, comentó Hernández sobre el apodo, “la gente no sabe que lo vendemos”.

Y en Miami, la gente de verdad lo quiere.

A primera vista, la enorme popularidad del programa en el sur de Florida sigue siendo uno de sus puntos más intrigantes. La evidencia es visible en cada logotipo de Obamacare desplegado —no solo en los escaparates, sino en camiones, banderas y vallas publicitarias— para vender seguros de atención médica mientras los agentes en el atestado mercado local se pelean por inscribir a la gente. El periodo de inscripción abierta de este año termina el domingo.

Florida tiene muchas más personas inscritas en el mercado federal de seguros de salud creado por la Ley de Cuidado Asequible que cualquier otro estado, una característica que se ha mantenido desde 2015. La zona de Miami es la que ha impulsado estas cifras, donde los hispanos de mayor edad y de tendencia republicana parecían reacios a aceptar el seguro de salud subsidiado por el gobierno cuando se promulgó la ley. En ese momento, se desencadenaron algunas de las batallas partidistas más reñidas de la historia reciente del país.

Lídice Hernández, agente de seguros en Miami, el 30 de noviembre de 2022. (Scott McIntyre/The New York Times)
Lídice Hernández, agente de seguros en Miami, el 30 de noviembre de 2022. (Scott McIntyre/The New York Times)

En particular, algunos miamenses que habían huido de los líderes de izquierda de Cuba y otros países latinoamericanos se quejaron del requisito de la ley —posteriormente eliminado— de que la gente tuviera cobertura médica o se enfrentara a una penalización, lo que los críticos tacharon de “socialismo”.

Desde entonces, la región se ha inclinado cada vez más hacia el Partido Republicano y el año pasado, por primera vez en dos décadas, votó por el partido rojo en las elecciones a gobernador. Sin embargo, en 2022, los dos códigos postales con más inscritos en la cobertura de la Ley de Cuidado Asequible de todo el país estaban en Doral y Hialeah, ciudades al oeste y al norte de Miami conocidas por sus comunidades cubanoestadounidenses y venezolanoestadounidenses de tendencia de derecha. Y el condado con más inscritos del país seguía siendo Miami-Dade.

“Está arraigado en nuestra comunidad”, dijo Nicholas X. Duran, un exrepresentante estatal demócrata que solía trabajar para un grupo sin fines de lucro que invitaba a los estadounidenses a inscribirse en los planes de Obamacare y ahora trabaja para la aseguradora de salud Aetna. “Se nos pegó”.

Lo mismo sucede con el logotipo omnipresente, que comenzó como el símbolo de la campaña presidencial de Obama en 2008, explicó Sol Sender, su diseñador. Nunca se pretendió que representara la ley de asistencia sanitaria, dijo Sender, quien calificó su cooptación por parte de agentes de seguros emprendedores de “bastante orgánica”.

Lo cual no quiere decir que los asegurados, aunque contentos de tener cobertura, estén siempre satisfechos con sus planes. Gisselle Llerena, una de las clientas de Hernández, contó que no había logrado que su aseguradora autorizara una prueba recomendada por su médico.
“Tengo pendiente una resonancia magnética desde hace un siglo”, dijo en español Llerena, de 50 años, al pasarse recientemente por la oficina de Hernández en un modesto centro comercial. “Pero el seguro no quiere cubrirla”.

Aun así, Iván A. Herrera, director general de la agencia de seguros UniVista, con sede en Miami, que atiende a hispanos y anuncia enfáticamente los planes de Obamacare, afirmó que ha visto muchas pruebas de que la cobertura ayuda a la gente.

“Conozco clientes que han tenido una operación a corazón abierto”, relató. “Nunca fueron al médico. Nunca se hicieron un análisis de sangre. Nunca visitaron a un especialista. Y ahora pueden cuidarse”.

Cada año, el negocio de Herrera ha “duplicado la cantidad de personas que tenemos en Obamacare”, dijo. “Obamacare es masivo”.

Alrededor de 2,7 millones de floridanos (del total de la población estatal de aproximadamente 22 millones) se inscribieron en un plan a través del mercado federal de seguros, que la ley de salud creó, en 2022. En comparación con Texas, que tiene alrededor de 30 millones de personas, pero solo alrededor de 1,8 millones de afiliados, “Florida es como un monstruo de la ley de seguro asequible”, sostuvo Katherine Hempstead, asesora política de la Fundación Robert Wood Johnson, una organización benéfica centrada en la salud.

La prima mensual promedio del año pasado para los floridanos con planes de mercado fue de 611 dólares y, para aquellos que calificaron para los subsidios federales de primas, la cantidad promedio fue de 552 dólares por mes, ligeramente superior a la media nacional, según la Fundación de la Familia Kaiser, un grupo de política de salud sin fines de lucro.

Los primeros datos federales sugieren que la inscripción aumentó también para 2023, con 15,9 millones de selecciones de planes a nivel nacional en el mercado federal y los que administran los estados, incluidos casi 3,2 millones —más o menos una quinta parte del total— en Florida.

El hecho de que Obamacare se haya convertido en parte del tejido de la vida en Florida también es sorprendente, dada la oposición inicial del estado a la ley, liderada por Rick Scott, entonces gobernador republicano. Scott, quien ahora es senador de Estados Unidos, prohibió a los “navegadores” —aquellos que ayudaban a las personas a inscribirse para obtener cobertura— en las oficinas del departamento de salud del estado en aras de socavar la inscripción.

La legislatura estatal, controlada por los republicanos, no ha ampliado Medicaid, el programa federal de seguro de salud para personas de bajos ingresos, según lo permite la Ley de Protección al Paciente y Cuidado Asequible, por lo que Florida es uno de los 11 estados que no lo han hecho. Alrededor de 790.000 floridanos que actualmente no tienen seguro podrían acogerse a este programa ampliado, según Kaiser; otros residentes de bajos ingresos, dado que no cuentan con este seguro, han recurrido al mercado federal para obtener cobertura subvencionada. Esta es una de las razones por las que Florida tiene un número tan alto de inscripciones.

Obamacare también es popular en el estado porque es el hogar de muchos jubilados que son menores de 65 años y aún no son elegibles para Medicare, el programa federal de seguro de salud para las personas mayores. Otros optan por el seguro médico porque se han trasladado recientemente desde otros estados y pueden estar entre dos trabajos. Y muchos empresarios del estado no ofrecen a los floridanos que trabajan unas prestaciones sólidas que incluyan cobertura sanitaria.

Hernández, que votó por Obama en 2008, pero luego se inscribió como republicana, lamentó que el Congreso no actualizara la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible para que más personas pudieran optar de forma permanente a subsidios que les ayuden a cubrir sus primas de seguro. (Los subsidios se ampliaron temporalmente a través del Plan de Rescate Estadounidense y la Ley de Reducción de la Inflación y están en vigor hasta 2025, una de las principales razones de los recientes repuntes en las inscripciones). Pero se mostró satisfecha de que los legisladores republicanos hayan dejado de intentar derogar la ley.

“Obamacare tiene que arreglarse”, afirmó. “Pero cuando vi lo fácil que era contratarlo, pensé: 'Dios mío, la gente no sabe nada de esto. ¿Por qué no lo tiene más gente?’”.

Ahora ella y su familia están asegurados a través del programa.

© 2023 The New York Times Company