México, el país que es menos pobre que antes... pero igual sigue siendo pobre

México, el país que reduce pobres, pero los sigue teniendo a millones. (Getty Images)
México, el país que reduce pobres, pero los sigue teniendo a millones. (Getty Images)

México ha reducido su cantidad de pobres. Así lo reveló un informe, presentado por José Nabor Cruz Marcelo, director del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). En 2022, fueron 8.9 millones de personas las que salieron del umbral de la pobreza. La cifra también tuvo un impacto porcentual que encuentra última comparación con el año 2020: en ese momento, en el país había 43.9% de pobres, contra el 36.3% de la actualidad.

La reducción fue ampliamente celebrada en los estamentos oficiales, como una muestra, según esta versión, de la forma en la que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha trabajado para combatir uno de los males endémicos de México durante más de medio siglo: la pobreza. Sin embargo, la realidad de la pobreza multidimensional sigue siendo cruda, tal y como lo explicó John Scott Andretta, consejero del Coneval, que sí, habló de la reducción de la pobreza extrema, pero pidió no dejar de ver el bosque completo.

"A pesar de que han aumentado significativamente los montos de las transferencias de los programas sociales ha cambiado las formas de distribuirlas y en efecto, la capacidad de llegar a los grupos más pobres entre los pobres se ha reducido”, explicó. Y de hecho la pobreza por carencias sociales sigue siendo alta, más que en años anteriores: un 29.4% en el 2022 contra 23.7% el 2020, 26.4% en el 2018 y un 25.3% en 2016.

La vulnerabilidad por ingresos refleja, sí, un bajón: 7.2 en 2022 contra el 8.9 de 2020. Y la medición de aquella población que no se encuentra en ningún tipo de vulnerabilidad es la siguiente: 27.1% en el año pasado contra 23.5% en 2020, 23.7% en 2018 y 24% en 2016. Es decir, sigue siendo muy similar el porcentaje de población mexicana que no tiene que enfrentarse a las incertidumbres propias del dinero —aquí se incluye también el acceso a la educación y salud—.

Esta medición refleja que, en efecto, hay una disminución de las pobreza en México, pero esa realidad no tendría que ser motivo real de festejo ni encumbramiento al gobierno. Independientemente de las preferencias políticas de cada persona, es un hecho que es una obligación combatir la pobreza en el país. No es algo que deba ondearse por todo lo alto por ser excepcional. Y más porque en México, a nivel cultural, no está clara la línea de separación entre las clases sociales, aunque sí lo esté a nivel numérico.

Muchas personas buscan refugiarse en la etiqueta de la clase media, cuando para entrar en ese escalón social es necesario ganar 23 mil pesos al mes en el ámbito urbano y 18 mil en el ámbito rural. Es decir, una persona pueden convenir, por encaje social, la etiqueta de clase media, aunque eso no corresponda con la realidad. Y es un primer paso a tomar en cuenta para combatir la pobreza. No se puede combatir aquello que no se acepta como real.

México sigue teniendo a un sector de la sociedad para la cual el dinero no es una preocupación, no en términos de sobrevivencia. Y, en cambio, sigue teniendo sectores amplios en pobreza multidimensional, y aquellos que no tienen herramientas sociales necesarias para acceder a la escalera social. Visto de ese modo, no habría mucho que festejar. No se puede perder de vista que se trata de un avance significativo, y de una gran prueba para el gobierno actual, pero no todo puede verse con ojos de tinte electoral ni de efecto inmediato. Lo más importante es que la reducción sea de largo plazo y efectiva.

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