Los colegas europeos de Pedro Sánchez le dejan en ridículo

Foto de archivo de una de las últimas cumbres europeas celebradsa en Bruselas con motivo del las negociaciones por el Brexit.  (Photo by Pier Marco Tacca/Getty Images)
Foto de archivo de una de las últimas cumbres europeas celebradsa en Bruselas con motivo del las negociaciones por el Brexit. (Photo by Pier Marco Tacca/Getty Images)

¿Qué tiene en común Pedro Sánchez con Emmanuel Macron, Angela Merkel y Mario Draghi, entre otros? Que todos ellos presiden un país miembro de la Unión Europea. ¿Y qué les diferencia? Ciñéndonos a la actualidad internacional, que el presidente del Gobierno es el único que todavía no ha comparecido públicamente para comunicar la postura de su Ejecutivo en lo referente a la crisis militar y social abierta en Afganistán tras el regreso de los talibanes al poder.

A pesar de la desesperada situación de los españoles residentes en Kabul y de los afganos que en los últimos tiempos han colaborado con las misiones diplomáticas y militares de España, Pedro Sánchez no ha abandonado sus vacaciones en la Mareta, el exclusivo palacete ubicado en Lanzarote que el rey jordano cedió am emérito, Juan Carlos I. El madrileño se ha limitado a publicar un tuit para confirmar el envío de dos aviones para las labores de evacuación. Y ni siquiera aportó más información de la que, horas antes, ya había facilitado el Ministerio de Defensa.

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Un mutismo que le deja en muy mal lugar. Más, si cabe, viendo la agenda desplegada por sus colegas europeos.

En Alemania, su canciller, Angela Merkel, convocó el mismo lunes una rueda de prensa. Primero para disculparse por el error de la comunidad europea al pensar que la sociedad afgana iba a poder frenar el avance de los insurgentes sin contar con las tropas extranjeras. Después para informar del estado del plan de evacuación de los ciudadanos alemanes allí desplazados. Y ayer mismo comenzó a organizar un operativo para coordinar la acogida del esperado flujo migratorio, primero en los países fronterizos con Afganistán y después en suelo europeo.

Su homólogo francés, Emmanuel Macron, realizó una comparecencia televisada por la que garantizó que Francia hará todo lo posible para "proteger a los más amenazados" y ha manifestado su inquietud por la crisis migratoria que puede producirse por la llegada al poder de los talibanes. Macron llamó a trabajar con Estados Unidos, Rusia y el resto de los aliados europeos para evitar que el país se convierta, otra vez, "en un oasis para terroristas. "La situación en la región”, aseguró Macron, "es una amenaza para la paz y la estabilidad internacional contra un enemigo común."

En Italia, mientras tanto, el primer ministro, Mario Draghi, aseguró que su país está "comprometido" con la protección de sus colaboradores afganos y que trabaja "con sus socios europeos para encontrar una solución a la crisis". Todo ello sucedió el lunes, poco después de la llegada a Roma del primer vuelo militar de repatriados desde Kabul. Además, tanto el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, como el de Defensa, Lorenzo Guerini, han confirmado que comparecerán ante el Parlamento el 24 de agosto

Y algo similar ha sucedido en los Países Bajos, Suecia y Noruega.

La agenda de Sánchez, mientras tanto, permanece en blanco. Porque tampoco ha participado en los contactos que diversos líderes europeos han mantenido en las últimas 96 horas. Según ha trascendido, Merkel ha mantenido contacto telefónico con Macron y con Draghi para debatir, por separado, las futuras actuaciones.

Que la línea telefónica con España está cerrada también lo demuestra que el actual secretario general de la Organización de la OTAN, Jens Stoltenberg, mantuvo una reunión con el primer ministro de Reino Unido, Boris Johnson y los ministros de Exteriores de Dinamarca y Países Bajos sobre la situación en Afganistán. Ni rastro de la participación española.

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