En un mercado dominado por hombres y famosos, Mujer de Sacramento lanza su tequila

Melanie Shelby llama al Tequila Enelalma “el regalo de Sacramento a la gran comunidad tequilera”.

Shelby limita la venta y distribución de su producto a restaurantes, bares y tiendas de su ciudad natal. Volver a sus raíces es parte de la forma en que espera que su marca destaque.

Además de vender solo en Sacramento, la política reconvertida en empresaria afirma que también quería una marca que “celebrara la rica herencia, el legado y la tradición entre la cultura indígena y la afroestadounidense”, algo a lo que dio prioridad a la hora de buscar materiales y diseños para su tequila, o jugo, como ella lo llama.

“Todo, desde la tapa hasta el nombre, la base y el jugo, ha sido elaborado ya sea por una mujer, por una persona de color, o por una empresa pequeña, local o familiar de ambos lados de la frontera”, explica Shelby. Así que el nombre Enelalma: “en el alma”, tiene mucho sentido.

Por último, Shelby quería tanto un “sabor excepcional como una botella icónica”, porque cuando bebía tequila, lo que más recordaba a menudo era la forma y el color de la botella.

La propietaria del tequila Enelalma, Melanie Shelby, brinda con los invitados a una cena con maridaje de tequila en el restaurante Sienna de Roseville a principios de este mes.
La propietaria del tequila Enelalma, Melanie Shelby, brinda con los invitados a una cena con maridaje de tequila en el restaurante Sienna de Roseville a principios de este mes.

Las botellas han llegado a algunos de los bares y restaurantes más famosos de Sacramento: Ella Dining Room & Bar, Mayahuel, the Jacquelyn y The Kitchen, entre otros.

Las ventas desde que empezaron en enero han creado demanda para otro lote de tequila blanco.

Shelby dice que reunir el dinero para empezar fue lo más difícil, e incluso vendió su casa para alcanzar los objetivos de recaudación de fondos. Pero no siempre fue una entusiasta del tequila, ni siquiera una aficionada. Incluso una vez renunció a esta bebida.

“Recuerdo una experiencia horrible con el tequila porque me lo estaba tomando de un trago”, cuenta Shelby. “No había ningún tipo de educación o comprensión en cuanto al espíritu del agave”.

De la política al tequila

El negocio de Shelby surgió de una serie de momentos, empezando por su larga carrera política, a la que también atribuye su educación en la zona de Sacramento.

“Siempre me movía con mi padre, quien siempre estaba metido en política”, dice Shelby.

El padre de Melanie, James Shelby, fue concejal de Citrus Heights durante 14 años y dirigió la Greater Sacramento Urban League durante casi 20 años, hasta que dejó el cargo en 2015.

Siguiendo el “gusanillo de la política” tras licenciarse en sociología por la UCLA, Shelby trabajó en una organización sin fines de lucro, para campañas políticas y, finalmente, para Pacific Gas and Electric.

La política la llevó a probar el tequila por primera vez en 15 años, en una circunstancia poco probable, cuando un cliente suyo la invitó a informar sobre un nuevo proyecto de ley en un museo del tequila. Vacilante al principio, el tequila captó la atención de Shelby.

“El nombre de (mi) tequila está en el alma, porque creo que el tequila es una experiencia espiritual”, dijo Shelby. “En mayo de 2011, me llegó al alma, pero no sabía que iba a ser mi medio de vida”.

Una bebida hecha con Enelalma aparece entre dos botellas de este tequila local antes del segundo plato de una cena con maridaje de tequila en el restaurante Sienna, en Roseville.
Una bebida hecha con Enelalma aparece entre dos botellas de este tequila local antes del segundo plato de una cena con maridaje de tequila en el restaurante Sienna, en Roseville.

A pesar de estar agotada de la política en 2014, tras haberse presentado dos veces al Concejo Municipal de Oakland, Shelby se sentía segura de su camino y no veía razón para hacer un cambio, añadió. Ahora siente gratitud por el empujón para hacer cambios drásticos en su vida, reconociendo que de otro modo no habría dado ese paso “valiente”.

“Me doy cuenta de que han sido 25 años volcándome en todo el mundo menos en mí y siento que las mujeres hacemos eso. Siento que cuidamos de todos, nos aseguramos de que los demás tengan lo que necesitan y no te centras en ti misma”.

En los 90 días siguientes a la pandemia de COVID-19, según Shelby, perdió el 85% de su negocio de entonces, una empresa de cabildeo que tenía clientes como estadios y operadores de comida y bebida en aeropuertos. Fue algo más que un día lluvioso para el que Shelby se había preparado.

Al entrar en una industria dominada por los hombres como la producción de tequila, Shelby esperaba “arreglar, construir y conectar” para sí misma, ahora en la construcción de su nuevo negocio, un lema que usa para describir el trabajo que hizo en la política y para los clientes.

Celebrar el patrimonio y la cultura

En una cata de cumpleaños en 2011, el año en que Shelby redescubrió el tequila por primera vez, se sintió inspirada una vez más, conmovida por la historia que su guía contó sobre una de las etiquetas.

“La historia que contó me cautivó y me puse a llorar”, cuenta Shelby. “Fue la primera vez que me di cuenta de la relación entre la cultura indígena y la afroestadounidense... mientras crecía, nadie hablaba de ello, de nuestra lucha colectiva”.

La botella de Enelalma también recuerda su propia historia. Reflejado por bordes redondeados, el fondo de la botella presenta tres flores: la amapola de California, una magnolia blanca del Mississippi y un iris púrpura de Tennessee. Son las flores de su estado natal y de cada uno de sus padres.

Debajo de las flores hay otro símbolo del origen del tequila y de la cultura indígena: el agave weber azul.

“Ambos somos esclavos en nuestra propia tierra y superamos adversidades históricas”, dice Shelby. “Quería contar esa historia en una botella”.

La tequilera Melanie Shelby, de pie, charla con Connie Morales (izquierda), Lindsey Tolibas (centro) y Jacquelyn Kendricks, invitadas a una cena y maridaje de su marca Enelalma, en el restaurante Sienna de Roseville, a principios de este mes.
La tequilera Melanie Shelby, de pie, charla con Connie Morales (izquierda), Lindsey Tolibas (centro) y Jacquelyn Kendricks, invitadas a una cena y maridaje de su marca Enelalma, en el restaurante Sienna de Roseville, a principios de este mes.

Explicó que algunas empresas de México ofrecen una selección de perfiles de sabor y se encargan del resto del trabajo de producción, pero eso no era lo que Shelby quería para Enelalma.

“Yo decía: ‘No, no, no’. Si voy a aportar algo que sea auténtico, que celebre el patrimonio y la cultura, tengo que participar en todos los aspectos”, afirma Shelby.

En un mercado saturado de marcas de tequila propiedad de famosos –Kendall Jenner, Dwayne “The Rock” Johnson y Nick Jonas se han subido al carro recientemente–, Shelby dijo que sabía que tenía que crear algo único.

Para mantenerse involucrada en el proceso, Shelby recorrió México con un experto en tequila para ver qué le interesaba, y finalmente se decidió por Peña Blanca, una destilería familiar, y por el maestro destilador Oscar Vázquez.

La designación sin aditivos y 100% agave también era importante para la bebida que Shelby quería crear, a la que llama tequila de trago y recomienda beber en una copa flauta.

Shelby dijo que el comercio minorista independiente ha adoptado Enelalma.

Se está vendiendo en el Roco Wine and Spirits de West Sacramento; en el Taylor’s Market de Land Park; en el Sheldon Wine and Spirits de Elk Grove, y en otros minoristas de la zona.

Además de centrarse en las ventas en la región de Sacramento, Shelby ha organizado catas y eventos en la comunidad, similares al que se organizó para aquel cumpleaños años atrás.

“La gente comete el error de expandirse en lugar de profundizar. Quiero mirar dentro de un año y que la gente diga, ‘¿Este tequila de lujo? Es nuestro. La fundadora es de nuestro propio vecindario’”.