La menopausia es uno de los momentos bisagra en la salud de las mujeres. Cerca de los 50 años el cese de la función ovárica genera una baja significativa en la producción de estrógenos, y eso suele generar síntomas físicos y emocionales. Pero no muchos conocen sobre la andropausia, que según los especialistas, es algo así como la “menopausia de los varones”. Se trata de la disminución de la testosterona, la hormona sexual masculina, que comienza su baja de manera paulatina a los 40 años, y puede generar una reducción del deseo sexual y depresión, entre otros síntomas. Sin embargo, hay maneras de contrarrestarla o, al menos, retrasarla.

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Según explica Paula Grinstein, uróloga del Centro Argentino de Urología, la andropausia es el proceso que atraviesa el hombre al envejecer cuando se produce una declinación de la función testicular, que genera un descenso progresivo de los niveles de testosterona y tiene cierta semejanza con la menopausia.

La especialista señala que la testosterona cumple muchas funciones durante las distintas etapas de la vida. Por ejemplo, causa el agravamiento de la voz, el crecimiento del vello corporal y facial, el desarrollo muscular, estimula el desarrollo de los huesos y previene la osteoporosis, incrementa la libido y el deseo sexual y está implicada en la producción de esperma.

A medida que transcurre el tiempo, se genera un déficit de la testosterona circulante (biodisponible) en sangre y, también, un aumento de la globulina transportadora de las hormonas sexuales (SHBG), molécula que atrapa parte de la testosterona y no le permite llevar a cabo sus funciones.

“La andropausia puede no provocar síntomas o estos pueden pasar inadvertidos debido a que los niveles de testosterona descienden de manera gradual a lo largo de los años, aproximadamente, 1 por ciento a partir de los 40 a 45 años. Por lo tanto, a los 70 años, los varones presentan un 30% menos de esta hormona que durante su juventud”, indica Grinstein.

Y agrega: “Algunos de los síntomas más comunes son: falta o disminución del deseo sexual, disfunción eréctil, depresión, angustia, irritabilidad o mal humor, dificultades para concentrarse, alteraciones en el sueño, disminución de la memoria, falta de energía, menor masa muscular, aumento de grasa corporal y osteoporosis. Dado que la andropausia tiene manifestaciones similares a otras entidades clínicas, es necesario descartar enfermedades que puedan estar causando los mismos síntomas. El diagnóstico se confirma con los niveles bajos de testosterona en sangre en el contexto de las señales descriptas”.

Recomendaciones

Aquellos con factores de riesgo como diabetes, hipertensión, colesterol elevado, obesidad, estrés y consumo de tabaco o alcohol, probablemente, notarán un descenso mayor y más abrupto en los niveles de testosterona. Aunque, Grinstein sugiere que seguir una dieta sana y llevar un estilo de vida saludable sirve para mantener la energía, la masa muscular y la fuerza. También ayuda a mejorar el estado de ánimo y a descansar mejor. Las recomendaciones son: evitar el estrés, mantener una alimentación sana y equilibrada, descansar adecuadamente, reducir el consumo de tabaco y alcohol, hacer ejercicio mínimo de dos a tres veces por semana y realizar alguna actividad que le genere placer a la persona.

“Si uno pudiera tener a un paciente con buenos niveles de testosterona se podría disminuir riesgos de osteoporosis y riesgos cardiovasculares. No hay ninguna forma natural de aumentar la testosterona, pero sí teniendo hábitos saludables se logra mantener los valores hormonales en niveles estándar. La andropausia, al igual que la menopausia, genera menor deseo sexual y, en algunos casos, sienten calores”, aduce Mariano Cohen, médico especialista en urología.

Los especialistas afirman que, tras un exhaustivo examen médico y de haber eliminado otras patologías que puedan generar déficit de testosterona, es posible comenzar con su reposición a través de geles comprimidos, parches o inyecciones trimestrales.

“Es fundamental que el tratamiento sea bajo supervisión médica, con controles periódicos y atento a los efectos adversos de la testosterona exógena como el aumento del colesterol y de los glóbulos rojos, el riesgo de trombosis, problemas cardiovasculares y el estímulo del crecimiento no canceroso de la próstata (hiperplasia prostática benigna), entre otros. La andropausia es una etapa normal del envejecimiento y no todos los hombres se ven afectados de la misma manera. Por eso, es importante cuidarse y acudir al urólogo para recibir orientación de manera adecuada “, advierte Grinstein.