‘Memoria constante’, relatos verídicos. La lucha clandestina en Cuba

A partir de la publicación en 1966 de su novela A sangre fría, Truman Capote fue considerado -en parte porque él mismo se declaró su creador- como el padre de la novela de no ficción. No fue el único que incursionó en lo que también llamaron “nuevo periodismo”. Le siguieron Norman Mailer con Los ejércitos de la noche y Tom Wolfe con Lo que hay que tener. En Hispanoamérica podría citarse al argentino Rodolfo Walsh y su obra Operación Masacre, publicada mucho antes que la de Capote.

En general, este ya no tan nuevo género ha sido descrito a veces como la historia de personas y acontecimientos reales contados con las técnicas de la ficción. Entonces, ¿Por qué no podrían escribirse también relatos de no ficción? O verídicos, como el escritor José Antonio Albertini llama a los que aparecen en Memoria constante (Ediciones La gota de Agua, 2024), su más reciente libro, en el que están relatados eventos poco conocidos de la lucha clandestina en Cuba durante los primeros años de la revolución, así como otros de carácter esencialmente históricos pero que, al estar contados por un testigo de excepción como el propio autor que los vivió, se acercan -nada malo en ello- a lo testimonial.

Así, en el marco de la toma de Santa Clara y los primeros fusilamientos (hechos narrados como si fueran crónicas periodísticas, pero en un tono tremendamente literario) está insertada la historia de Alfredo Testar Díaz, el primer presidente del Tribunal Revolucionario que tuvo la provincia de Las Villas y que juzgó y condenó, a los militares del régimen depuesto: “Aquel hombre afable y servicial que todos conocían en la ciudad se convirtió en un jacobino implacable. Tan pronto como los procesados, bajo férrea custodia comparecían en corte, Alfredo Testar, con voz tronante, preguntaba a los procesados: ¿Cómo te llamabas? Me llamo… No, no te llamas; te llamabas, porque tú no verás el sol de mañana”.

José Antonio Albertini
José Antonio Albertini

En ficción, el escritor transforma, enriquece y reinterpreta la realidad para crear una obra literaria. En la no ficción-esa especie de híbrido entre periodismo y literatura- debe reflejarla con descripciones detalladas, como las que aparecen en el relato titulado Juanín Pereira en la memoria: “Conocí a Juan Ramón Pereira Varela poco tiempo después del descalabro de Bahía de Cochinos, en abril de 1961. El Directorio Revolucionario Estudiantil, del que ambos formábamos parte, se reestructuraba dentro de Cuba para enfrentar los nuevos retos que el régimen comunista de Fidel Castro le imponía a la oposición democrática y clandestina de la isla”.

En la mayoría de los relatos el autor, tal como hizo Norman Mailer en Los ejércitos de la noche, se basa en su propia experiencia y los narra en primera persona desde su punto de vista, como en el titulado, La china: “Temprano, al día siguiente, fui a la casa de seguridad donde ocultábamos a dos miembros perseguidos de nuestro movimiento que rehusaban partir al exilio y querían seguir luchando en Cuba. Pedro Álvarez Triana y yo nos habíamos reunido con un enviado de Tomás San Gil, connotado jefe guerrillero de la Sierra del Escambray, para que ambos se incorporaran a las guerrillas”.

Estos relatos de José Antonio Albertini pueden parecer fáciles de escribir, pero no lo son: su propia condición de verídicos los complica. Y es que los autores no tienen la misma libertad artística que los de ficción. Es cierto que pueden enriquecerlas, como ha hecho Albertini, utilizando una buena ambientación, armando una trama coherente, redondeando literariamente los personajes y buscando conflictos en la historia. Pero lo que no pueden hacer es cambiarla.

Memoria constante es un libro de relatos diferente. Para empezar, son verídicos. No hay nada inventado. En ellos, una prostituta se convierte en heroína y un compañero de lucha en traidor. La verdadera historia -sin ficción- del sacrificio de aquella generación de jóvenes que se enfrentaron con valor a la despiadada tiranía castrista.

José Antonio Albertini, Santa Clara, Las Villa, Cuba (1943). Exprisionero político cubano. Es autor de las novelas, Tierra de extraños, A orillas del paraíso, Cuando la sangre mancha y Siempre en el entonces, entre otras muchas.