En medio de crisis, Cuba sube impuestos sobre los ingresos a trabajadores del sector privado

En los últimos años, los trabajadores en Cuba han abandonado en masa al mal pagado sector público y las empresas estatales para conseguir codiciados empleos en los pequeños negocios privados que se han multiplicado por toda la isla a pesar del estricto control gubernamental.

Ahora, estos trabajadores verán reducido el pago que se llevan a casa hasta en un 20%, según las nuevas regulaciones del impuesto sobre la renta publicadas en la Gaceta Oficial el martes.

Pero a diferencia de la mayoría de los países donde esas tasas impositivas más altas están diseñadas para los que ganan más, en Cuba, donde el salario mensual estatal equivale a 15 dólares, los trabajadores que ganan tan solo 109 dólares pagarán esos altos impuestos.

Según el nuevo decreto, los empleados del sector privado tendrán que pagar un impuesto sobre la renta del 20% sobre ingresos superiores a 30,000 pesos cubanos (109 dólares) al mes. Se trata de un aumento de la tasa impositiva del 15 por ciento con respecto a la escala anterior establecida en 2021, que originalmente imponía un impuesto sobre la renta del 5 por ciento para ganancias superiores a 9510 pesos cubanos. Según el decreto, los dueños de los negocios deben deducir automáticamente los pagos de esos impuestos mensualmente.

Actualmente hay 9652 pequeñas y medianas empresas privadas, según cifras del gobierno. Otras 596,000 personas trabajan por cuenta propia.

En medio de una inflación rampante y una recesión económica que empeora, el gobierno anunció a finales de diciembre y principios de este año recortes en los subsidios, aumentos de precios del gas, el transporte y la electricidad, y mayores impuestos al sector privado emergente en un esfuerzo por “estabilizar” la economía, según dijeron los funcionarios.

Sin embargo, el aumento del impuesto sobre la renta para los trabajadores de empresas privadas no fue mencionado y no fue informado en los medios estatales.

Los funcionarios del gobierno han dicho que necesitan recaudar más impuestos para financiar el gasto social, pero también han expresado su preocupación por el crecimiento del sector privado.

Estas empresas, conocidas por sus siglas en español ‘mipymes’ y autorizadas desde agosto del 2021, ahora tendrán que pagar un impuesto del 10 por ciento sobre las ventas y los servicios. Una exención fiscal durante su primer año de operaciones, excepto para los aportes a la seguridad social también fue eliminada.

La carga fiscal sobre las empresas privadas cubanas ahora comprende un impuesto del 35% sobre las ganancias, un impuesto del 10% sobre las ventas o servicios prestados, un impuesto por el uso de la fuerza de trabajo del 5%, un impuesto sobre los ingresos del uno por ciento para apoyar a los gobiernos locales y contribuciones a la seguridad social equivalentes al 14%. de los salarios de los trabajadores. Los dueños de las mipymes también tienen que pagar hasta un 20% de impuestos sobre los dividendos.

La tasa impositiva federal sobre la renta corporativa en Estados Unidos es del 21 por ciento, aunque las tasas impositivas efectivas tienden a ser más bajas, especialmente para las grandes corporaciones, debido a créditos y otras exenciones fiscales.

Pero a diferencia de las empresas privadas en otros lugares, las autorizadas en Cuba no pueden contratar más de 100 empleados, deben mantenerse alejadas de varias actividades económicas manejadas por el Estado y deben importar productos e insumos a través de empresas estatales que actúan como intermediarias, entre muchas otras restricciones. Según la nueva normativa publicada esta semana, también podrán verse afectados por controles de precios en cualquier momento “cuando las circunstancias lo aconsejen para conseguir precios más favorables para la población”, dice el documento.

Funcionarios del gobierno cubano dijeron que el plan de austeridad, al que llaman “plan de estabilización”, pretende reducir el déficit fiscal del gobierno. Pero varios economistas cubanos han criticado las medidas por considerarlas contraproducentes, argumentando que probablemente aumentarán los precios en el corto plazo, exacerbarán la desigualdad y harán poco para abordar los problemas estructurales de la economía socialista centralizada, incluido el gran número de empresas estatales que reportan pérdidas.

“El ajuste fiscal actual parece que recaerá en los precios regulados y en mayores impuestos y regulaciones para el sector privado, sin reestructurarse los cientos de empresas estatales zombis que no aportan riqueza neta a la sociedad”, escribió Pavel Vidal, un economista cubano que enseña en la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia, en el sitio de noticias sobre Cuba El Toque.

“La contradicción radica en que el Estado cubano quiere desprenderse de sus responsabilidades con los ciudadanos, pero no considera liberarlos de las restricciones que enfrentan para ejercer la libertad de empresa”, añadió Vidal.

Preocupaciones políticas

En medio de la creciente preocupación de la población por las medidas, el gobernante cubano, Miguel Díaz-Canel, dijo durante una reunión del Consejo de Estado esta semana que “ninguna se aplicará hasta que no estén las condiciones creadas en el país y su implementación será “ gradual, con una especial atención a las personas en situación de vulnerabilidad”.

No está claro qué partes del plan de austeridad se aplicarán gradualmente. Está previsto que los aumentos de precios de la gasolina y los servicios públicos entren en vigor en febrero, y los aumentos de impuestos al sector privado se aplicarán retroactivamente, a partir del 1 de enero.

En otra señal de las preocupaciones de la dirigencia sobre el impacto político de su plan económico, Díaz-Canel dijo en la reunión que las prioridades del gobierno eran “el fortalecimiento de la unidad nacional”, como lo expresó el general Raúl Castro en un discurso del 1 de enero, “el fortalecimiento del trabajo ideológico” y “el aseguramiento político de las medidas”.

El lunes, el gobierno también publicó un nuevo “código de ética” para funcionarios gubernamentales y miembros del Partido Comunista y organizaciones similares que les exige “ser fieles al socialismo”, luchar contra el “genocida” embargo estadounidense y “ser leales al Partido Comunista de Cuba, la Revolución… y al Comandante en Jefe de la Revolución, Fidel Castro Ruz”.