En medio de apagones y escasez de alimentos, cubanos enfrentan brote de dengue

Agobiados por los constantes apagones y la escasez de alimentos, los cubanos ahora enfrentan un nuevo brote de dengue en medio del caluroso verano que amenaza nuevamente con abrumar el sistema de salud pública de la isla, ya severamente afectado por la pandemia de COVID-19.

El dengue es una enfermedad viral transmitida por un mosquito, el Aedes aegypti, y el gobierno dijo que los niveles de infestación de mosquitos detectados son los peores de los últimos 15 años. En una reunión el martes, las autoridades sanitarias cubanas dijeron que habían confirmado solo 3,036 casos de dengue en lo que va del año. Pero la mayoría de las personas con síntomas, como fiebre, o vómitos, no se hacen la prueba, ya que el sistema de salud también carece de los suministros para hacerlo.

Funcionarios del Ministerio de Salud reconocen que solo en la primera semana de julio habían identificado a 14,256 personas con estado “febril inespecífico”. El Ministerio dijo que esa cifra representó un aumento del 42% en los casos sospechosos de dengue en comparación con la semana anterior.

Sin embargo, es posible que las cifras oficiales no revelen el verdadero alcance de la epidemia.

Los funcionarios de salud pública ya han proporcionando diferentes valores para la tasa de incidencia de la enfermedad. Según el diario Granma del Partido Comunista, la semana pasada se detectaron 27.91 casos por cada 100 000 habitantes. Hablando de la misma semana, un funcionario citado por el medio estatal Cubadebate dijo que la tasa era más baja, 19.7.

En una reunión de gobierno el martes, el ministro de Salud de Cuba, José Ángel Portal Miranda, dijo que la semana pasada hubo transmisión de dengue en ocho provincias: Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Camagüey, Las Tunas, Holguín y Guantánamo.

Pero los videos compartidos en las redes sociales sugieren que la enfermedad también está presente y está sobrecargando el sistema de salud pública en otras provincias.

Videos que circularon durante el fin de semana muestran el abarrotado cuerpo de guardia del hospital infantil de Cienfuegos, una provincia no mencionada por el ministro. En uno de los videos, una madre se enfrenta a un médico y le pregunta en voz alta: “¿cuándo atenderán a mi hija?”.

“No se justifiquen más porque no hay [medicamentos]; yo necesito que me atiendan a mi hija”, gritó angustiada. “Mi hija convulsionó; la mandan para aquí y para allá. ¿Qué tengo que hacer? ¡Yo tengo corazón de madre!”

No existe un tratamiento específico para el dengue, pero la detección temprana y el acceso a la atención médica adecuada reducen las tasas de mortalidad, según la Organización Mundial de la Salud.

Si bien el dengue ha sido endémico en algunas áreas de América Latina y el Caribe durante muchos años, puede afectar especialmente a Cuba debido a la falta de aire acondicionado o mallas en las ventanas de los hogares, los frecuentes cortes de electricidad y el agua almacenada de manera inadecuada en muchos hogares con acceso limitado a agua corriente.

Los cubanos no pueden depender de otras medidas de mitigación, como repelentes o mosquiteros, porque no están fácilmente disponibles.

Años de escasos fondos y la pandemia de COVID-19 han dejado a los hospitales cubanos y las clínicas locales mal preparados para manejar un nuevo brote. Los pacientes deben proporcionar sus propias sábanas; muchos hospitales carecen de agua corriente y los trabajadores de la salud carecen de suministros básicos como guantes y catéteres para tratar a los pacientes.

Este año han faltado más de 140 medicamentos, casi el 40% de los medicamentos más comunes que deberían estar disponibles en las farmacias, dijo Tania Urquiza, vicepresidenta de Bio-Cuba Pharma, una empresa farmacéutica estatal. Urquiza culpó al embargo estadounidense por la situación, pero reconoció que el gobierno priorizó el financiamiento para desarrollar las vacunas locales contra el COVID.

Con cortes de electricidad diarios que duran varias horas, es más difícil para los cubanos mantener a raya a los mosquitos. Funcionarios cubanos dijeron recientemente que la situación no tiene solución a corto plazo porque el país tiene un déficit de generación ya que varias unidades eléctricas están fuera de servicio por mantenimiento o necesitan reparación.

En el hospital infantil de Cienfuegos, las medidas de ahorro de energía significan que el hospital está apagando el aire acondicionado durante varias horas al día, dijo en Facebook la madre de un niña paciente de dengue.

La escasez de combustible también ha afectado a los servicios de ambulancia y fumigación contra los mosquitos.

La semana pasada, Andy Agüero Barrios, de 26 años, murió después de esperar horas a que una ambulancia lo trasladara a un hospital. Él necesitaba una transfusión.

Madelaine Rivera Sánchez, funcionaria de salud pública a cargo de los esfuerzos de prevención contra las enfermedades transmitidas por mosquitos, dijo que el país ha tenido escasez de abate, un larvicida y diésel para fumigación.

“Eso es algo que no se pueda negar. Y por eso no vamos a poder realizar acciones de fumigación intensiva”, dijo.

Las autoridades han dicho poco sobre los casos de dengue grave, que puede causar sangrado e incluso la muerte. Medios cubanos independientes han informado de al menos tres muertes provocadas por la versión grave de la enfermedad, también conocida como dengue hemorrágico.

Una escuela primaria de Contramaestre, localidad de Santiago de Cuba, confirmó la muerte de uno de sus estudiantes, la alumna de segundo grado Arlín Sailet Acuña Espinosa. Otra niña de 7 años murió en el hospital pediátrico de Cienfuegos. Y una médica embarazada murió en Camagüey, según los reportes de la prensa independiente.

En la reunión de gobierno del martes, el ministro de Salud, Portal Miranda, dijo que había 32 pacientes en unidades de cuidados intensivos, tres de ellos en estado crítico.