A medida que los problemas legales de Trump aumentan, también lo hacen sus presiones financieras

Seguidores del entonces presidente Donald Trump ingresan por la fuerza al Capitolio de Estados Unidos en Washington, el 6 de enero de 2021. (Erin Schaff/The New York Times)
Seguidores del entonces presidente Donald Trump ingresan por la fuerza al Capitolio de Estados Unidos en Washington, el 6 de enero de 2021. (Erin Schaff/The New York Times)

La demanda por fraude de la fiscal general de Nueva York que se presentó el miércoles contra el expresidente Donald Trump busca recuperar 250 millones de dólares de su empresa y en esencia dejarlo sin posibilidad de realizar negocios en el estado.

El mes que viene, la empresa de Trump irá a juicio en Manhattan por delitos fiscales penales en un caso aparte que podría costar millones de dólares en sanciones y costas legales.

Y se avecinan demandas civiles de personas que buscan responsabilizar al expresidente por las lesiones y traumas infligidos durante el ataque al Capitolio por sus partidarios el 6 de enero, en una posible avalancha de litigios que algunos de sus asesores temen que pueda resultar muy costosa para él.

En conjunto, las diversas investigaciones y demandas que se ciernen sobre Trump lo están sometiendo a nuevas presiones financieras importantes.

No hay pruebas de que enfrente alguna crisis inmediata. El jueves, en una entrevista, su hijo, Eric Trump, dijo que la Organización Trump se mantenía fuerte y mencionó que ya había pagado parte de sus deudas y había recibido fondos de la venta del Trump International Hotel en Washington.

Pero sumados, los posibles costos a los que se enfrenta el exmandatario demuestran que sus desafíos se extienden más allá de los tribunales y el mantenimiento de su riqueza, aun cuando no quita del dedo del renglón de presentarse a otra candidatura a la presidencia.

En cualquier caso, las esperanzas de Trump de crear nuevas empresas para ganar dinero comienzan a tambalearse: el acuerdo que tenía el potencial de cosechar tal vez los mayores beneficios para él (una fusión relacionada con su nueva empresa de redes sociales) pende de un hilo, ya que el escrutinio de las autoridades reguladoras y de aplicación de la ley amenaza con echarlo abajo.

Un evento de LIV golf respaldado por Arabia Saudita en el Club Nacional de Golf de Trump en Bedminster, Nueva Jersey, el 31 de julio de 2022. (Doug Mills/The New York Times)
Un evento de LIV golf respaldado por Arabia Saudita en el Club Nacional de Golf de Trump en Bedminster, Nueva Jersey, el 31 de julio de 2022. (Doug Mills/The New York Times)

Trump sigue siendo una fuerza política incomparable para recaudar fondos, pero hasta en ese rubro su situación es compleja. En caso de que se convierta en candidato presidencial, podría enfrentarse a nuevas restricciones estrictas sobre el uso para cuestiones personales del dinero que ha mantenido en su principal comité de acción política y que ha utilizado para gastos legales, propiedades e incluso el diseñador de Melania Trump.

John A. E. Pottow, profesor de Derecho Comercial en la Universidad de Míchigan, comentó que el tipo de casos judiciales que la Organización Trump enfrenta pueden dañar a cualquier corporación.

“Tienes una empresa que tiene algunos riesgos de litigio graves; tienes una responsabilidad importante en ellos”, dijo.

Varios expertos en derecho inmobiliario y comercial dijeron que Trump y su empresa podrían sortear la tormenta. La Organización Trump generó cientos de millones de dólares de la venta de su hotel en Washington este año, así como de otros acuerdos recientes y ha refinanciado o pagado una parte importante de sus deudas.

Además, la empresa sigue recibiendo ingresos de algunos de sus proyectos de bienes raíces comerciales, mientras que muchos de los hoteles de Trump se han recuperado de pérdidas importantes incurridas en los primeros días de la pandemia de coronavirus, según una persona con conocimiento del desempeño de la empresa.

Sus clubes de golf, muchos de los cuales vieron un auge en los negocios durante la pandemia, han comenzado a atraer nuevos torneos en meses recientes, incluidos algunos polémicos, como los gestionados por la red LIV, respaldada por Arabia Saudita.

Eric Trump afirmó que la familia era propietaria de la mayoría de los activos inmobiliarios “libres de gravámenes” y que tienen “poca deuda en relación con el valor de nuestros activos” (la demanda presentada el miércoles por la fiscal general de Nueva York, Letitia James, acusa a Donald Trump y a su familia, incluido Eric Trump, de inflar los activos de la empresa de manera sistemática y deliberada).

Taylor Budowich, vocero del expresidente, dijo que en las diversas investigaciones se observa “el uso del gobierno como arma” por parte de los demócratas cuyos esfuerzos “carecen de credibilidad, carecen de los hechos y carecen de ley”.

Trump está acostumbrado a las escaramuzas legales y a las presiones financieras. A lo largo de los años ha presentado y defendido decenas de demandas y a principios de la década de 1990 se enfrentó a la ruina financiera. Sus problemas actuales palidecen en comparación con los desafíos del pasado.

Sin embargo, los crecientes problemas judiciales de Trump amenazan con hacer retroceder algunos de sus logros recientes y con ensombrecer su carrera presidencial.

Al demandar al expresidente y a tres de sus hijos el miércoles, James pretende impedir que los Trump vuelvan a incursionar en el gobierno. También pretende impedir que Trump adquiera bienes inmuebles en Nueva York durante cinco años. Aunque James no llegó a tratar de disolver la Organización Trump, su fiscalía está tratando de cerrar al menos algunas de sus operaciones en Nueva York.

El caso de James, que acusa a Trump y a su empresa familiar de mentir a los prestamistas y a las aseguradoras al sobrevalorar de manera fraudulenta sus activos en miles de millones de dólares, no tiene un impacto inmediato en la empresa.

Podrían pasar años para que el caso se desarrolle en los tribunales e incluso entonces, un juez tendría que conceder los castigos que James busca. Trump también podría intentar resolver el caso fuera de los tribunales para evitar un juicio.

De manera más inmediata, el juicio por fraude fiscal de la Organización Trump comenzará en Manhattan el próximo mes. La fiscalía de Manhattan, en colaboración con la oficina de James, acusó a la empresa de asociación delictuosa con su director financiero, Allen H. Weisselberg, para evadir impuestos mediante una estratagema en la que se repartieron prebendas por debajo de la mesa a Weisselberg y otros ejecutivos.

Hace poco, Weisselberg se declaró culpable por su participación en esta estratagema, que incluía recibir un apartamento sin pagar renta, Mercedes-Benz alquilados y matrículas de colegios privados para sus nietos. Aunque se negó a delatar a Trump, aceptó testificar en el juicio contra la empresa, una medida que podría ayudar a los fiscales a presentar su caso.

Si la empresa es declarada culpable, un juez podría imponer una pena relativamente modesta: menos de 2 millones de dólares. Pero también tendría que pagar considerables costas legales y enfrentar problemas con prestamistas y las autoridades locales, que tal vez querrían evitar hacer negocios con una empresa sentenciada por un delito grave (las entidades específicas de la Organización Trump que están incluidas en la acusación formal no son titulares de ningún préstamo o licencia de licor, por lo que las consecuencias podrían ser limitadas).

Al mismo tiempo, Trump se enfrenta a una serie de investigaciones y gastos legales relacionados con sus esfuerzos por mantenerse en el cargo después de haber perdido las elecciones de 2020, así como por haberse llevado y negarse a devolver documentos presidenciales y más de 300 documentos individuales marcados como clasificados cuando dejó el cargo. Hace poco, pagó 3 millones de dólares de su súper PAC a un abogado que contrató para que lo ayudara en su defensa en esos casos.

Asimismo, parece que puede haber una controversia pendiente de resolución con el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por su sigla en inglés) aunque su estatus no está claro.

El expresidente también se enfrenta a no menos de siete demandas civiles independientes que intentan hacer que rinda cuentas (y resarza los daños) por su intervención en la incitación al caos y la violencia que estalló en el Capitolio el 6 de enero de 2021. Personas cercanas a Trump anticipan que es probable que haya más demandas.

“No creo que una multa como esa —aun cuando tuviera que pagar 250 millones de dólares— vaya a acabar con la empresa”, afirmó Phillip A. Braun, profesor de Finanzas de la Escuela Kellogg de Administración de la Universidad del Noroeste, en referencia a la demanda de James. “Sería doloroso para la familia, pero tal vez puedan superarla si liquidan algunas de sus propiedades”.

© 2022 The New York Times Company