Massa y el kirchnerismo le exigirán al Presidente que defina rápido si será candidato

El ministro de Economía, Sergio Massa, y el presidente Alberto Fernández
El ministro de Economía, Sergio Massa, y el presidente Alberto Fernández - Créditos: @ALEJANDRO PAGNI

Mientras Alberto Fernández busca ampliar la convocatoria todo lo que sea posible para diluir las demandas de quienes le exigen medidas para apuntalar la campaña electoral de la coalición de gobierno, los leales a Cristina Kirchner y Sergio Massa llegarán a la mesa nacional del Frente de Todos (FDT) con una demanda unificada: que el Presidente defina cuanto antes si se anota en la carrera por la reelección o si se baja y le abre paso a una competencia interna para “ampliar la oferta” del peronismo a la hora de intentar revalidarse en las urnas.

Así lo pudo saber LA NACION de fuentes de La Cámpora, la agrupación que lidera Máximo Kirchner y que más enfrentada está con el Presidente en la interna oficialista, y del Frente Renovador que conduce Massa. La estrategia conjunta del kirchnerismo y el ministro de Economía parte de la base de este razonamiento: que Fernández “funciona como un límite” para el armado electoral del FDT porque tiene baja intención de voto y que si decide ir a las PASO, no lo podrían enfrentar sin cuestionar al propio gobierno del que forman parte.

Desde el kirchnerismo reconocen que Cristina Kirchner mantiene su apoyo a Massa y se coordinó la presión sobre Fernández. “Cristina le delegó todo a Sergio”, resumió un referente de La Cámpora.

Por eso, como publicó LA NACION el domingo pasado, dentro de los sectores no “albertistas” de la alianza gubernamental crece la idea de instalar un “candidato único” de cara a las elecciones primarias, previstas inicialmente para el 13 de agosto. Mientras tanto, buscan llegar con demandas unificadas a la mesa que se tenderá el próximo jueves 16 en la sede nacional del Partido Justicialista (PJ), sobre la calle Matheu 130 del barrio de Once. Allí, el Presidente buscará una foto de unidad y rodearse de algunos dirigentes leales.

Con ese propósito, Fernández invitó a la mesa nacional del FDT -a la que se resistió a convocar durante más de un año- a intendentes del PJ del Conurbano que no adhieren a La Cámpora y menos al liderazgo de Máximo Kirchner en el peronismo bonaerense. Con la misma lógica abonó una alianza con los gobernadores del interior, pero de un tiempo a esta parte los mandatarios se alejaron de la Casa Rosada y formaron una Liga con la que buscan tener voz y voto propio. Allí sobresalen los kirchneristas Jorge Capitanich y Axel Kicillof.

Algo similar sucede con la mesa directiva de la CGT, que respaldó a Fernández durante todo su mandato -de hecho no le hizo ningún paro nacional- pero cuyos integrantes ahora observan que el Presidente “no tiene chances de reelección”. En especial, son los “Gordos” de la central obrera los que inclinan el fiel de la balanza interna y los que se reunirán con Massa el miércoles, un día antes de la mesa del FDT. Los aliados que aún mantiene el Presidente están entre los piqueteros oficialistas, aunque no se sabe por cuánto tiempo más.

El que avisa...

El ministro de Economía, que tiene con Fernández una mejor relación personal de la que el Presidente mantiene con Cristina Kirchner, ya le anticipó al mandatario su postura en un asado con intendentes del PJ que se realizó durante la semana en la quinta de Olivos. Allí, sentado a su lado, Massa le dijo a Fernández que “tiene que decidir si va a ser candidato o no pronto”. La utilización de la palabra “pronto” fue objetada en la Casa Rosada, cuya mesa chica busca ganar tiempo para tratar de reposicionar al primer mandatario.

De hecho, la respuesta de Fernández al planteo de Massa fue que pondría en peligro la gobernabilidad en caso de adoptar ya mismo una decisión de esa magnitud. En el Frente Renovador (FR) massista no acuerdan con ese razonamiento presidencial: “Sergio dice que le está metiendo muñeca política a la economía, pero que no es un mago. Y que el ruido político afecta a la gestión”, advierten en la fuerza cuyo hito fundacional fue haber derrotado al kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires hace 10 años, en las legislativas de 2013.

Paradójicamente, la traducción de “ruido político” para el kirchnerismo modelo 2023 es que Alberto Fernández siga teniendo intenciones de competir por la reelección. La forma más frontal que tienen los leales a Cristina Kirchner de demostrar esa postura es con los gestos desafiantes del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que intenta posicionarse para participar de la grilla de candidatos del FDT. También con periódicas declaraciones de Andrés “Cuervo” Larroque, ahora llamado a silencio por instrucción de su jefa política.

Para el massismo, en tanto, la coalición oficialista debe tender hacia el centro del arco político si quiere tener chances de sostenerse en el poder. “(Horacio Rodríguez) Larreta se desperfiló cuando decidió halconizarse. (Patricia) Bullrich tiene un problema grave: los que quieran un cambio radical, no la van a votar a ella sino a (Javier) Milei. (Mauricio) Macri empuja el caos, como si fuera del Partido Obrero, porque sólo si explota todo tendría un lugar. Por eso Sergio les comió el centro, al estabilizar la economía”, analizan en el Frente Renovador, con la esperanza electoral de que se cumpla su diagnóstico.

La decisión de Massa de que su viceministro, Gabriel Rubinstein, saliera a replicar los cuestionamientos de los economistas de Juntos por el Cambio (JxC), que denunciaron la existencia de un “plan bomba” que el actual gobierno dejaría en manos de la oposición en caso de perder las elecciones, se inscribe en esa lógica centrista. “Optamos porque respondiera un mercado friendly”, deslizaron en el Palacio de Hacienda. También festejaron declaraciones de Domingo Cavallo y de Juan Llach que “hicieron ruido entre economistas opositores”.

Posibles sucesores

La adopción de un novedoso perfil político por parte de Rubinstein alimentó las especulaciones sobre la posibilidad de que se convierta en el sucesor de Massa al frente del Ministerio de Economía en caso de que el tigrense salga del cargo para encarnar una candidatura presidencial. Aunque en el Palacio de Hacienda se mantienen firmes en la consigna de que “Massa no es candidato a nada”, también apuntan que Marco Lavagna (Indec) y el jefe de asesores Leonardo Madcur forman parte del “tridente” que está mejor considerado.

Massa ya dijo en dos reuniones partidarias -en la del FDT bonaerense en Merlo y en la cita con Fernández e intendentes en Olivos- que no considera “compatible” su papel de ministro de Economía con una candidatura presidencial. En el oficialismo no faltan los que advierten que “está preparando el terreno” para dejar un sucesor y lanzarse, después de abril, a la carrera por la Casa Rosada. Mientras tanto, su postura interna están en sintonía con la del kirchnerismo. Y así lo harán notar en la mesa nacional que está a punto de ser tendida.