Martín Demichelis: el crédito de los hinchas de River, el fuerte respaldo de los dirigentes y el colchón de los números
Con la camiseta de River debajo del saco azul, dejando a un costado cualquier costumbre protocolar, Martín Demichelis arribó a la sala de conferencias de prensa del estadio Mario Alberto Kempes con sensaciones encontradas, tras el triunfo por 2 a 1 frente a Estudiantes de La Plata. Desde la felicidad por la obtención de su tercer título como técnico del equipo de Núñez, hasta el alivio luego de una noche de tensión, porque él tenía en juego mucho más que el trofeo de la Supercopa Argentina. Su cargo nunca estuvo en duda para los dirigentes, pero él sabe que todavía no se ganó el apoyo incondicional de los hinchas. Es consciente de que, acertada o no, cada decisión suya está bajo la lupa. Por eso necesitaba un triunfo para engrosar su palmarés, aunque fundamentalmente para impedir que el próximo domingo se multiplicaran los silbidos que surgieron el pasado 6 de marzo, cuando la voz del estadio anunció su nombre en la antesala del partido contra Independiente Rivadavia.
“Los goles son amores y se gritan, y yo soy hincha de River. ¿Cómo en una final no voy a gritar un gol?”, respondió Demichelis, consultado sobre su festejo de cara a la platea baja del estadio Kempes, después de que el ingresado Rodrigo Aliendro anotara el golazo del triunfo.
Hasta entonces, desde que asumió como DT del Millonario, el 16 de noviembre de 2022, nunca había celebrado de ese modo. Era una suerte de desahogo, sobre todo porque un rato antes, cuando todavía la ventaja era rival, había oído por primera vez un reclamo nítido hacia él: “Poné a los pibes...”.
Ovacionado en el Monumental luego de conquistar la Liga Profesional en 2023, Demichelis tenía crédito en la consideración de los hinchas tras reemplazar nada menos que a Marcelo Gallardo, el entrenador más ganador de la historia de River con 14 títulos al cabo de ocho años y medio. Sin embargo, el respaldo se derrumbó en un lapso inferior a dos meses, producto de las eliminaciones prematuras en la Copa Argentina y la Libertadores, así como también el episodio del off the record con el periodismo que marcó un quiebre en su relación con los referentes del plantel, enterados de las opiniones del DT.
Semejante situación, ajena a una suerte de manual de conducta tácito que seguía en práctica desde que Gallardo implementó una serie de lineamientos, ocasionó el malestar de mucha gente. Ni siquiera el triunfo en la Bombonera y la obtención del Trofeo de Campeones pudieron encaminar el panorama particular. Aun así, Demichelis gozó siempre del respaldo de la dirigencia, sostén indispensable en los momentos de mayor dificultad, y de las estadísticas, que hoy marcan que ostenta el 67 % de eficacia, un invicto de tres partidos ante Boca y una racha vigente de 16 encuentros sin perder, con ocho victorias y ocho empates.
Los números avalan a Demichelis, que gracias a la Supercopa Argentina consiguió el respiro necesario para enfocarse con serenidad en los dos desafíos restantes del semestre: la lucha por el título en la Copa de la Liga Profesional, donde la diferencia de gol le permite ser el puntero de la zona “A”, e iniciar exitosamente la fase de grupos en la Libertadores, a la espera de que el próximo lunes se definan los tres adversarios.
Surgido de las divisiones inferiores del club de Núñez, Demichelis debutó oficialmente bajo la dirección técnica de Ramón Díaz, el 2 de septiembre de 2001. Su estadía duró menos de dos años porque a mediados de 2003 fue transferido a Bayern Munich. Siete temporadas actuó para el poderoso equipo alemán y, posteriormente, su recorrido europeo continuó en Atlético de Madrid, donde no llegó a jugar los los puntos, Manchester City, Espanyol y el Málaga, donde le puso punto final a su carrera en 2017, tras una primera etapa en el período 2011-13.
A partir de ahí, realizó la carrera para ser director técnico con el sueño de regresar a River en esa función después de varios intentos frustrados para hacerlo como jugador. Incluso conversó con Gallardo para conocer en detalle algunos secretos de las profesión. Las vueltas de la vida hicieron que sustituyera al Muñeco. Dejó atrás el confort de la región de Baviera, donde estaba a cargo de Bayern Munich II, una suerte de reserva, tras un debate con su esposa, Evangelina Anderson, y armó las valijas cuando llegó a un acuerdo para firmar su contrato hasta el 31 de diciembre de 2025.
La confianza de la dirigencia hacia Demichelis no sólo se vio reflejada en la duración del vínculo, sino que además quedó en evidencia en Córdoba, donde el presidente Jorge Brito y los vicepresidentes Matías Patanian e Ignacio Villarroel le dieron un fuerte abrazo luego de que River se quedara con la Supercopa Argentina por tercera vez en la historia.
Pese a las turbulencias que atravesó por el enojo de una parte del plantel en el segundo semestre de 2023 y los múltiples cuestionamientos que en más de una oportunidad pusieron su apellido como tendencia en la red social denominada X, Demichelis jamás estuvo en el ojo de la tormenta para la conducción de la institución. Todavía no pudo consolidar una relación estrecha con sus dirigidos, pero hubo señales positivas como, por ejemplo, el abrazo que recibió de Aliendro durante los festejos.
“Tengo que tener paciencia, escuchar poco y nada, aunque hoy (por anoche) se escuchaba fuerte. Pero intento hacer lo mejor para el equipo, no para mí”, manifestó Demichelis, minutos después de haber derramado varias lágrimas de emoción al salir campeón por quinta vez en River, sumando sus dos títulos como jugador y los tres al frente del plantel.
Consciente de que el crédito con los hinchas deberá renovarlo partido tras partido y con la misión de formar un equipo competitivo para afrontar la Libertadores, el objetivo principal que tiene el agregado de que la final se jugará en el Monumental, Demichelis respira aliviado. Las próximas noches podrá dormir con mayor tranquilidad en su departamento de avenida del Libertador, donde tiene una vista privilegiada del estadio, el lugar donde sueña con alzar la anhelada Libertadores.