“Mariel silencioso”: a un año de las protestas, se acelera el éxodo de migrantes cubanos

Agentes de la patrulla fronteriza de Estados Unidos se llevan detenidos a 17 migrantes cubanos en Key West, Florida, mientras otros nadan a la playa tras saltar de su bote
Agentes de la patrulla fronteriza de Estados Unidos se llevan detenidos a 17 migrantes cubanos en Key West, Florida, mientras otros nadan a la playa tras saltar de su bote - Créditos: @Rob O'Neal

TIJUANA.- Cuando la olla social estaba a máxima presión, Fidel Castro habría la espita de la emigración. Sucedió con el histórico éxodo de 1980, que supuso la salida de 125.000 “marielitos” en cientos de embarcaciones que acudieron a recogerlos para llevarlos a Florida. Ocurrió también en 1994 con la crisis de los balseros, durante la cual 35.000 cubanos navegaron en balsas jugándose la vida hasta Estados Unidos.

El estallido social del 11 de julio de 2021, que este lunes cumple un año, también ha encontrado su propia válvula de escape: el Mariel Silencioso, fenómeno migratorio que bate todos los récords desde que los gobiernos del cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega abrieran el libre visado entre los dos países para facilitar el mecanismo de salida y “liberar la tensión que se había producido en la isla con las manifestaciones masivas y con la represión”, confirmó a LA NACION el sociólogo Leduan Ramírez, especialista en migración cubana y regímenes políticos.

La ruta principal es aérea y hace parada en Managua, camino de la frontera sur de Estados Unidos, entre la valla que tanto obsesionaba a Donald Trump y el Río Bravo. Pero también hay rutas alternativas aún más peligrosas, como la que comparten venezolanos y cubanos que se atreven a cruzar la selva del Darién o quienes apuestan por lanzarse al mar hasta los cayos de Florida.

En total, alrededor de 155.000 cubanos han abandonado la isla y llegado a Estados Unidos por obra y gracia de “esta emigración inducida, mecanismo que ha usado de forma frecuente el gobierno cubano para exportar fuera de la isla a toda aquella persona que supone un peligro para su estabilidad. De repente se abrió el libre visado a Nicaragua. Esta migración inducida sirve además como mecanismo de sostén económico a la dictadura, por el control de todos los vuelos y también mediante las remesas a la isla. Una vez migran se convierten rápidamente en remesas que sostienen al gobierno”, destacó Ramírez.

En definitiva, una nueva ola migratoria provocada por el gobierno de Díaz-Canel para exportar al exterior a la disidencia y a la oposición y aliviar así las tensiones internas en la isla. “La emigración ha ayudado a drenar en algo la masa crítica, pero los problemas se mantienen, además de la incapacidad del Estado para hacer otra cosa que no sea reprimir”, sentenció el historiador Armando Chaguaceda.

“Estamos pidiendo libertad, eso es lo que queremos. El 11J es el día en que nos cansamos”, subrayó a LA NACION el “botero” Ariel Montenegro, 45 años, con su acento habanero. Estamos en el albergue para migrantes de Tijuana, a un par de kilómetros del muro que divide dos mundos. El taxista Montenegro y su familia decidieron vender casi todo y lanzarse en avión a Managua por la vía abierta entre los dos gobiernos.

En la capital cubana conducía un Chevrolet del ‘55 en la misma zona donde está la sede del Movimiento San Isidro, que liderado por el artista Luis Manuel Otero Alcántara se convirtió en uno de los grandes detractores del gobierno comunista. La simple cercanía con los artistas le trajo los primeros problemas con la Seguridad del Estado. “A mi mujer la botaron del trabajo, a mí me citó la policía”, recordó el chofer, cuya familia emprendió la travesía en abril, por separado. Y todavía se arrepiente.

Migrantes cubanos son detenidos al saltar de su bote a la playa en Key West, Florida
Migrantes cubanos son detenidos al saltar de su bote a la playa en Key West, Florida - Créditos: @Rob O'Neal

Recién llegado a Baja California, unos agentes separaron a su hijo. Horas más tarde recibió una llamada: la libertad del chico costaba 2800 dólares que no tenía. Solo con la ayuda de su hermana, residente en Miami, pudo pagar la extorsión. Previamente se habían gastado todos los ahorros y el beneficio de las ventas en comprar unos pasajes a Managua cuyo precio está por las nubes, en torno a los 3000 dólares.

Parte de la familia ya está del otro lado mientras Ariel ha comenzado el proceso de asilo. Se enjuga las lágrimas que le quedan y se vuelve a encerrar en el albergue. Los policías y los buitres merodean alrededor.

La exatleta Osleidys Menéndez, antigua gloria deportiva cubana, tampoco dudó en nadar lo más fuerte que pudo para atravesar el río que es Bravo en un lado y Grande en el otro. “Cuando pisé suelo americano supe que mi sueño comenzaba a andar. Yo soy guerrera, siempre lo he sido, y sabía que llegaría”, recitó al lograr su nueva meta en lo que en realidad solo era parte del viaje.

La dictadura cubana esconde otro mecanismo de presión, porque no acepta a los cubanos que son deportados al no recibir asilo. De esta forma “se ha formado un cuello de botella, en junio había alrededor de 45.000 cubanos en espera de ser devueltos a la isla porque su asilo no se aceptó”, dijo Ramírez.

Limbo jurídico

Los cubanos quedan de esta forma en un limbo jurídico y migratorio en Estados Unidos, “con orden de deportación y sin posibilidad de ser deportados. Y justamente sin posibilidad de acceder a otros beneficios jurídicos, como podrían ser la residencia permanente o la ciudadanía”, redondeó el sociólogo. Como si la dictadura se empeñara en perseguirte a miles de kilómetros de distancia, tan cerca de la tierra prometida.

Al menos gran parte lo ha conseguido, pera también los hay que fracasan. Como el DJ y productor musical Ernesto Jorge Hidalgo, conocido en la escena electrónica como DJ Tiko, quien se ahogó atrapado por las corrientes al intentar cruzar a nado desde Tijuana a San Diego. El artista caribeño no sabía que la famosa valla se prolonga hasta dentro del Pacífico y que ese tramo es uno de lo más complicados para atravesar.

“Pasión era su firma y con esa misma pasión se echó al mar”, se despidieron sus amigos en su muro de Facebook. No es el único que no pudo cumplir su sueño: al menos 500 cadáveres de emigrantes de todas las nacionalidades esperan ser identificados en las morgues de la frontera.

Juan Miguel Matamoros, de Pinar del Río, tampoco lo logró. Se lo tragó el Río Bravo en Piedras Negras, uno de los puntos de paso pese a que cuando llueve sus aguas se convierten en una trampa. Y tantos otros, como Esneiquel Aerechea. El frío, los escombros, incluso los cocodrilos acechan a los emigrantes que decidieron huir de la dictadura.