Marco Rubio intenta ganarse la simpatía de Donald Trump en plena búsqueda de compañero de fórmula

En las últimas semanas, Marco Rubio se ha negado a comprometerse a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, ha firmado una carta en la que promete bloquear los nombramientos judiciales del presidente Joe Biden y ha comparado la condena por delito grave de Donald Trump en Nueva York con los juicios espectáculo llevados a cabo tras la Revolución Cubana.

Con el nombre del ex presidente flotando como posible compañero de fórmula, Rubio parece estar intensificando sus llamamientos al Mundo Trump.

La reciente maniobra de Rubio subraya cómo el que fuera rival de Trump está trabajando ahora para hacerse querer por el ex presidente, que se espera que anuncie su selección como vicepresidente antes –o incluso durante– la Convención Nacional Republicana en Milwaukee el próximo mes.

Personas familiarizadas con las deliberaciones de Trump dijeron que Rubio está entre los favoritos para el puesto, pero advirtieron que el ex presidente no ha tomado una decisión final y podría elegir a alguien a quien no ha presentado públicamente como aspirante.

Aun así, Rubio parece estar haciendo insinuaciones. Durante una combativa presentación en el programa “Meet the Press” de la NBC el mes pasado, Rubio dijo que no podía comprometerse a aceptar los resultados de las elecciones presidenciales de noviembre, aludiendo a la posibilidad de “una elección injusta”. A continuación, repitió varias afirmaciones falsas sobre las elecciones de 2020, incluidas las acusaciones de “ubicaciones de buzones ilegales” y tramas fraudulentas de recolección de boletas.

Sus comentarios fueron un notable alejamiento de su retórica de hace unos años, cuando votó en el Senado para certificar los resultados de las elecciones presidenciales de 2020 a pesar de los esfuerzos de Trump para anularlos. En ese momento, Rubio dijo que “la democracia se mantiene unida por la confianza de la gente en las elecciones y su voluntad de acatar sus resultados”.

Preguntado en “Meet the Press” sobre sus votos para certificar los resultados de las elecciones hace más de tres años, Rubio insistió en que “en esa etapa del proceso, no tiene uno opciones”.

Sin duda, Rubio está lejos de ser un crítico de Trump. Aunque los dos se pelearon amargamente durante la contienda de las primarias presidenciales republicanas de 2016, Rubio hizo las paces con Trump poco después de que el ex presidente asumiera el cargo y votó en gran medida en línea con sus posiciones políticas en el Senado.

Y algunos republicanos dijeron que la decisión de Trump sobre un vicepresidente probablemente se basará menos en la lealtad percibida y más en lo que cree que su compañero de fórmula puede aportar a la candidatura. Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y quien habla español con fluidez, pudiera ayudar a Trump a hacer más incursiones entre los electores hispanos, dijeron.

“Trump siempre va a ser el principal atractivo. La cuestión es: ¿Cree él que estos individuos –ya sea que estemos hablando de Marco Rubio o Tim Scott o Byron Donalds o quien sea– pueden traer nuevos electores a su coalición?”, dijo el ex representante republicano Carlos Curbelo, quien es de Miami. “Eso es todo lo que le importa. No está buscando un buen socio para gobernar el país, está buscando ganar. Y punto”.

Rubio también está adoptando un enfoque más sutil que algunos de sus rivales. A diferencia de otros contendientes –como el senador de Ohio, J.D. Vance o el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum–, Rubio nunca asistió al juicio penal de Trump en Manhattan. Y no se ha preocupado de aparecer en los mítines de campaña de Trump o de frecuentar Mar-a-Lago, el club del ex presidente en Palm Beach, donde es el centro de atención de los republicanos que buscan su favor.

Sin embargo, Rubio ha intentado ponerse en el punto de mira de Trump de otras maneras. Después de que el ex presidente fuera declarado culpable de 34 cargos penales relacionados con los pagos de dinero a cambio de silencio a una estrella del porno que testificó que había tenido relaciones sexuales con Trump, Rubio acudió a Fox News para comparar la decisión del jurado con los juicios espectáculo que tuvieron lugar en Cuba tras la revolución de Fidel Castro.

“Esto es lo que me contaba la gente de la comunidad cuando yo era pequeño”, dijo Rubio. “Ocurrió en los días posteriores a la revolución castrista. Obviamente, aquello llevó a ejecuciones. Esto, en cambio, es un esfuerzo por interferir en unas elecciones”.

Y esta misma semana, Rubio acudió a la televisión en español para defender la afirmación de Trump de que los inmigrantes que entran ilegalmente en Estados Unidos están “envenenando la sangre” del país.

“Creo que cuando habla así, lo que está diciendo es que esto es un peligro para el país”, dijo Rubio en Noticias Telemundo. “No está hablando de una manera étnica o racial. Está hablando de que ningún país puede soportar 10 u 11 millones de personas a lo largo de tres años y medio de irregularidad, descontrol, caos total en la frontera. Ningún país lo permite”.

Los republicanos dicen que seleccionar a Rubio tiene muchas ventajas. Ha pasado aproximadamente un cuarto de siglo en cargos públicos, habla español y pudiera ayudar a calmar las preocupaciones de algunos moderados sobre la posibilidad de una segunda presidencia de Trump. También tiene experiencia asesorando a Trump en política exterior, especialmente en lo que se refiere a América Latina.

También está el factor de la edad. Con apenas 52 años, Rubio añadiría un aire de juventud a la contienda presidencial entre Trump, de 77 años, y Biden, de 81.

“Seguimos hablando de la edad de estos dos tipos, y cuando se acerque más y más y más, creo que la elección vicepresidencial esta vez pudiera tener más influencia que nunca”, dijo Brad Coker, encuestador de Mason-Dixon Polling & Strategy. “Rubio alcanza ese umbral, no cabe duda”.

Pero también hay preocupaciones sobre Rubio. Coker argumentó que el senador estadounidense no aportaría mucha ventaja política a la fórmula republicana, dado que los republicanos ya han logrado enormes ganancias en la Florida en los últimos años y hay poca preocupación, si es que hay alguna, dentro del Partido Republicano de que Trump pierda el Estado del Sol en noviembre.

También hay un posible problema constitucional. La 12ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos prohíbe a los electores votar tanto a un presidente como a un vicepresidente de su propio estado. Si Trump y Rubio siguen siendo residentes de la Florida, significaría que los 30 electores de la Florida no podrían votar por ambos candidatos.

“No se les permite votar por dos personas del mismo estado del que proceden, así que hipotéticamente no podrían votar tanto por Trump como por Rubio, o al menos los electores de la Florida no podrían”, dijo Kevin Wagner, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Atlántica de la (FAU).

No está claro si Rubio estaría dispuesto a renunciar a su residencia en la Florida si es seleccionado como compañero de fórmula de Trump. La oficina del senador no respondió a la solicitud de comentarios del Miami Herald, aunque The New York Times ha informado que Rubio está abierto a la posibilidad de abandonar el estado.

Kevin Cabrera, un comisionado del Condado Miami-Dade que se desempeñó como director estatal de la Florida de la campaña de reelección de Trump en 2020, dijo que la selección de Rubio para la candidatura republicana sería histórica. Si Trump finalmente lo escoge para el puesto, el senador de la Florida sería el primer candidato hispano a la vicepresidencia de un gran partido. Eso pudiera dar a Trump una ventaja en su intento de conseguir el apoyo de los electores hispanos en noviembre, dijo Cabrera.

“El presidente Trump respeta y admira profundamente a la comunidad hispana”, dijo. “Por eso Trump va a ser el primer presidente republicano en ganar el voto hispano”.