Marcha interconfesional para combatir el odio en medio de la guerra entre Israel y Hamas
Un centenar de personas marcharon el domingo en el downtown de Miami para promover la unidad y denunciar el odio, en un acto que tuvo como telón de fondo la guerra en Israel y Gaza y el aumento de las denuncias de antisemitismo e islamofobia.
La marcha, organizada por el grupo interreligioso Mosaic Miami, empezó en la Torre de la Libertad de Miami Dade College y terminó en The Underline, en Brickell. Los organizadores prohibieron banderas o signos políticos y en su lugar proporcionaron carteles verdes y turquesa que decían “Estamos Unidos”.
“En Miami, ser judío, musulmán, afroamericano o diferente es peligroso”, dijo Matt Anderson, director ejecutivo de Mosaic Miami.
La marcha anual, que se celebró por primera vez el año pasado, es más difícil ahora, dada la violencia actual en el Medio Oriente, dijo Rebecca Fishman Lipsey, directora ejecutiva de Miami Foundation. Todo el mundo tiene una opinión y sufre, dijo.
“Estar aquí significa tener la capacidad de ver la humanidad de las personas sentadas al otro lado de la mesa”, dijo.
Fishman Lipsey dijo que cada vez que ve las noticias está aterrorizada por ella misma y por sus hijos.
“Lo que más me asusta es el desencadenamiento de un tsunami de odio”, dijo. “Nunca deberíamos celebrar el dolor y el sufrimiento de otras personas”.
Barbara Beaudry, de 78 años, estaba entre los manifestantes, aunque dijo que la última vez que se manifestó fue a principios de la década de 2000, durante las protestas contra la propuesta de Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (FTAA). Beaudry y su esposo Ralph, de 88 años, una pareja católica de Brickell, dijeron que querían apoyar el esfuerzo interreligioso porque les entristece la guerra en el Medio Oriente.
“La guerra es una tragedia, no importa de qué lado se esté”, dijo Barbara Beaudry. “Estamos aquí para apoyar la paz”.
Más de dos docenas de grupos patrocinaron el acto, entre ellos la Federación Judía, la Coral Gables Congregational United Church of Christ, Temple Beth Am y la coalición de organizaciones musulmanas del sur de la Florida (COSMOS).
Miami Herald y Nuevo Herald patrocinan la marcha desde el año pasado.
Aunque el acto pretendía ser apolítico, la situación en Israel y Gaza no estaba lejos de la mente de la gente.
Ante una multitud congregada en la Torre de la Libertad, el imán Abdul Hameed Samra, de Islamic Center of Greater Miami, pidió el fin inmediato de la violencia.
Exhortó a las ONU y a Estados Unidos a poner fin a los bombardeos sobre Gaza y a defender a la humanidad, especialmente a los niños y ancianos asesinados.
“Debemos defender los valores de la vida, la libertad y la liberación que tanto aprecian los estadounidenses”, dijo. “Debemos unirnos para rechazar toda forma de fanatismo y odio”.
Otros llevaban camisetas proIsrael. Jaime Aklepi, rabino de Temple Beth Am de Pinecrest, habló al término de la marcha en The Underline y dijo que el pueblo judío ha apoyado históricamente los movimientos de justicia social, pero que no ha recibido el mismo apoyo en las últimas semanas.
Según las autoridades israelíes, más de 1,400 personas han muerto en Israel, la mayoría de ellas en un atentado perpetrado el 7 de octubre por el grupo militante Hamas. El grupo, que Estados Unidos incluye en su lista de organizaciones terroristas, también tomó 242 rehenes de Israel en Gaza.
Desde entonces, los bombardeos del ejército israelí sobre Gaza han matado a 9,700 palestinos, según el Ministerio de Salud de Gaza. Estados Unidos exhortó a Israel a hacer una pausa humanitaria en su bombardeo de Gaza y en el aumento de muertes de civiles, en medio de un creciente número de manifestantes que piden en todo el mundo un alto el fuego.
En las semanas previas a la marcha del domingo, una desavenencia entre socios ejemplificó el reto que supone reunir a grupos en el clima actual.
COSMOS consideró inicialmente la posibilidad de boicotear la marcha debido a su preocupación por los mensajes de Mosaic, afirmando que la postura de la organización era “unilateral” y que Mosaic debería haber hecho más por reconocer la pérdida de vidas civiles palestinas a manos del ejército israelí.
“Las vidas humanas de ambos bandos deberían tener el mismo valor para una organización que se enorgullece de llevar la diversidad, la igualdad y la inclusión como parte de su misión”, decía una declaración de COSMOS.
Después de mantener conversaciones con los responsables de Mosaic, la cuestión se resolvió en unos días y COSMOS decidió participar.
Mosaic se fundó en 1935 como la rama de Miami de National Conference of Christians and Jews, pero fue rebautizado a principios de este año a Mosaic Miami para incluir todas las religiones y orígenes.
A pesar de las tensiones, los asistentes trataron de mantener el mensaje del domingo, centrándose en la unidad.
Mientras se pronunciaban los discursos en la Torre de la Libertad, Maureen Carson, de cinco años, le preguntó a su madre “¿Qué es un imán?”
Jenny Carson le dijo a su hija que un imán en la fe islámica era análogo a un pastor y que son miembros de Coral Gables Congregational United Church of Christ.
“Creo firmemente en el diálogo interreligioso y en exponer a mi hija a diferentes creencias y experiencias”, dijo Carson. “Cuanto más expuesta esté, mejor”.
A eso de las 4 p.m., el grupo empezó a caminar hacia el oeste, en dirección a North Miami Avenue, liderado por seis miembros de la banda de la escuela intermedia Richmond Heights.
“Reunir a personas de diferentes razas y culturas y hacer que se entiendan entre sí es importante para que podamos acabar con el racismo y otras formas de odio”, dijo Janissa Valdés, estudiante de octavo grado que toca la trompeta.
Angeline Evans, de 40 años, dijo que fue para apoyar a la comunidad y mostrar a su hija Grace, de nueve años, que la gente todavía cree en los demás, en el amor y en la buena vecindad. Evans, quien vive en Miami, dijo que es importante que los niños vean que la gente se une, ya que el mundo está cada vez más dividido.
“Todo llega a los niños”, dijo. “Cuando escuchan tanta división, creo que es importante que vean también la unidad”.
Sharmaynne Thomas, oriunda de Overtown, caminó junto a SharLay, su pastor alemán de seis meses. En cuanto se enteró de la marcha, esta veterana discapacitada que ahora es electricista dijo que sabía que quería participar.
“Pensé que tal vez podría hacer algo [que no fuera] llevar un arma para tener paz”, dijo Thomas, de 69 años. “Porque alguien tiene que hacer algo para detener la lucha”.