Todo marcha como de costumbre en el brunch drag de R House, solo mostrando un poco menos de piel

El sábado, en el brunch drag de R House en Wynwood, las mimosas fluyeron, las futuras novias con fajas y velos bailaron en sus asientos y los billetes de dólar volaron.

Los artistas y los clientes seguían trabajando como de costumbre, con algunos guiños sutiles a la amenaza del estado de cerrar el emblemático local de drag por un video viral en el que se ve a un artista drag de R House vestido de forma provocativa tomado de la mano de una joven que lleva una tiara.

La denuncia del estado presentada el miércoles decía que las actuaciones drag delante de niños “corrompe la moral pública y ultraja el sentido de la decencia pública”. El gobernador Ron DeSantis dijo que la presencia de niños en los espectáculos drag diurnos del restaurante es “una tendencia preocupante” que conduce a “la sexualización de los menores”.

A diferencia de las capturas de pantalla de actuaciones pasadas en la denuncia del estado, que mostraban a bailarinas con cubrepezones y tangas o trajes de cuerpo ceñido con agujeros sobre el trasero, el espectáculo de este fin de semana fue dócil.

La drag queen Kat Wilderness recoge las propinas de los clientes después de una actuación durante un brunch drag en R House Wynwood el 9 de abril de 2022.
La drag queen Kat Wilderness recoge las propinas de los clientes después de una actuación durante un brunch drag en R House Wynwood el 9 de abril de 2022.

Una drag queen, vestida con un clásico vestido de baile negro brillante, bailó al ritmo de la canción I have nothing, de Whitney Houston, antes de quitarse el vestido para mostrar un traje de manga larga rojo y crema brillante con redes de pesca y botas hasta la rodilla. Hizo volteretas, saltos y patadas al ritmo de I wanna dance with somebody, también de Houston, mientras los emocionados asistentes la colmaban de dinero.

La mayor parte de la piel se mostró en el acto de otra artista, quien se despojó de una falda con flecos brillantes y un top para mostrar un traje de cuerpo entero de color carne con pasties plateados y un tanga por encima. El atuendo le cubría todo excepto los brazos.

El público se lo comió todo: cada movimiento, cada patada, cada cara de asco provocó gritos de admiración y alegría entre la mayoría de los adultos.

Los únicos niños a la vista eran unos gemelos de 3 años con vestidos de arco iris a juego. Sus padres, en una mesa con sus amigos, animaban y aplaudían a los bailarines mientras sus hijos sonreían y se contoneaban en sus asientos.

“Lo pasaron muy bien”, dijo uno de sus padres, José Palacios, un miamense de 43 años. “Estaban bebiendo limonada y bailando”.

Palacios dijo que se dio cuenta de que las artistas drag parecían dudar en tomar las propinas de su mesa, lo que calificó como una reacción comprensible teniendo en cuenta la queja del estado. Pero no vio nada malo en llevar a sus hijos a este espectáculo diurno de drag.

“No había nada que fuera inapropiado para los niños. Si hubiéramos visto algo inapropiado nos habríamos ido”, dijo. “No los expondría a nada que pudiera ser perjudicial para su desarrollo”.

Palacios dijo que quiere criar a “mujeres responsables”, y para su familia eso incluye asistir a espectáculos drag para toda la familia y marchar en el orgullo de Miami Beach, como hicieron a principios de este año.

“Al fina debe ser nuestra elección”, dijo.

Jordan Shockett, quien estaba en el espectáculo de R House para celebrar el compromiso de un amigo, dijo que asistió a su primer espectáculo drag en la escuela intermedia con sus padres, en un lugar que dijo que se llamaba Adam’s en North Miami, que desde entonces ha cerrado.

“Me encantó”, dijo este neoyorquino de 33 años. “Era un teatro, un espectáculo. Fue muy divertido”.

Shockett dijo que tenía lágrimas en los ojos al entrar en R House el sábado por la mañana, “sabiendo que este lugar podría no estar aquí el próximo mes”. Considera que el drag es una parte importante de la comunidad queer de Miami y de su comunidad artística y dijo que la queja del estado claramente no tiene que ver con la seguridad de los niños sino con criticar a esas comunidades.

“Cada cosa que hace [DeSantis] es un objetivo contra la comunidad LGBTQIA+, [contra] todos los no considera normales”, dijo Shockett. “Me alegro de no vivir más aquí”.

Dalielle Miranda, una miamense de 33 años que también estaba allí celebrando el compromiso de un amigo, dijo que la reciente queja del gobernador contra R House, combinado con la aprobación de un proyecto de ley que los críticos han apodado No digas gay, la deja preocupada por la comunidad queer en la Florida.

“Este es un lugar que celebra la igualdad y la libertad y eso es algo que debemos preservar”, dijo.

A mitad del espectáculo, una pareja con dos hijos le preguntó a la anfitriona si podía conseguir una mesa, pero fueron rechazados por falta de reservas.

“Nos dijeron que era un poco provocativo para los niños”, dijo Maritza Barajas, quien venía de Chicago con su esposo y sus hijos de 10 y 11 años.

Barajas dijo que al principio no se dio cuenta de que era un espectáculo drag pero, sabiendo que probablemente no elegiría llevar a sus hijos allí, por muy divertido que pareciera, no entró, “por todas las preguntas que surgirían. No sé cómo responderlas”.

La familia se decidió por el restaurante mexicano de al lado.