Mantengan la calma: Por qué la economía de Taylor Swift no es real

FOTO DE ARCHIVO. Taylor Swift actúa en el Friends Arena de Estocolmo, Suecia

Por Balazs Koranyi

FRÁNCFORT, 27 jun (Reuters) - Taylor Swift está arrasando en Europa, lo que ha llevado a algunos analistas a prever una ganancia económica extraordinaria como consecuencia de sus multitudinarios conciertos, con todas las entradas agotadas, desde Dublín a Viena.

Se espera que Swift, junto con los Juegos Olímpicos de Francia y la Eurocopa de fútbol de 2024 en Alemania, supongan una inyección de energía para un continente que ha bordeado la recesión durante la mayor parte de los dos últimos años y se ha quedado muy rezagado con respecto a Estados Unidos.

Pero hay un problema: la 'Swiftonomics', o 'Swifteconomía' no es real.

Puede que sea una megaestrella que revoluciona la industria musical, pero una vez pasada la fiebre actual, se necesitará un microscopio para detectar los beneficios económicos.

Un ejemplo es Estocolmo. Cerca de 180.000 fans asistieron a sus tres conciertos en mayo, la mitad de ellos procedentes del extranjero, y generaron cerca de 850 millones de coronas (81 millones de dólares) en ingresos para la ciudad.

Es un gran botín para Estocolmo en tres días, pero una gota en un cubo incluso para la modesta economía sueca, que ocupa el octavo lugar en la Unión Europea, con una producción anual de 623.000 millones de dólares.

"Este volumen de negocio adicional es un gran impulso de fin de semana para Estocolmo y, en particular, para su sector turístico", afirma Carl Bergkvist, economista jefe de la Cámara de Comercio de Estocolmo.

"Pero es sólo eso: un fin de semana, sin impacto visible o significativo en el crecimiento económico general".

La Cámara calcula que los hoteles y restaurantes hicieron su agosto e incluso las ventas de sombreros de vaquero aumentaron un 155%.

El impacto en los precios es igualmente invisible e incluso podría ser menor que cuando Beyoncé actuó en la ciudad un año antes, provocando un susto inflacionista temporal. Efecto Beyoncé o no, la inflación sueca ha caído desde un nivel del 10% entonces a poco más del 2% en la actualidad.

"¿Existe un efecto Taylor Swift? Es extremadamente pequeño y temporal, en el mejor de los casos", afirma Carsten Brzeski, economista de ING.

"Antes de los grandes acontecimientos se llevan a cabo numerosos estudios sobre los beneficios económicos, pero después hay que utilizar una lupa para encontrar esos supuestos beneficios en las cifras", afirma Brzeski.

El veredicto es el mismo para los Juegos Olímpicos o la Eurocopa 2024.

Son una bendición para los restaurantes, la venta de cerveza y los vendedores de 'merch', pero no afectan de forma duradera a los patrones de consumo.

"El gasto de los consumidores que se produce es un gasto que se produciría de todos modos y tiende a ser una forma de sustitución", explicó el profesor Simon Shibli, de la Universidad Sheffield Hallam.

El argumento es que el dinero gastado en una entrada para un concierto o un hotel saldría del presupuesto familiar, lo que significa que quedaría menos para otros gastos, como restaurantes o viajes.

El irónico 'índice de la cerveza de barril' de Danske Bank mostró un enorme aumento cuando Dinamarca jugó en la anterior Eurocopa contra Inglaterra, con una subida máxima del 106% en los ingresos de bares y restaurantes en comparación con los niveles habituales.

"A nivel microeconómico, estos acontecimientos suponen un impulso, pero es pequeño y temporal", afirma Piet Haines Christiansen, de Danske. "Son relevantes para sectores específicos, como para la hostelería allí donde va Taylor Swift o para las ventas de cerveza en países donde se juega al fútbol".

El mes pasado, algunos medios de comunicación locales se basaron en un estudio de Barclays sobre los hábitos de gasto de los "Swifties" para sugerir que sus conciertos reportarían mil millones de libras a la economía británica.

Pero además del probable efecto de sustitución que tienen sobre otros gastos, también está el hecho de que gran parte de los ingresos de la gira de Swift acabarán en Estados Unidos, lo que atenuará un beneficio económico local ya de por sí pequeño.

Para economías del tamaño de la británica o las de Europa continental, estas transferencias tampoco moverían el dial de sus cuentas comerciales: la zona euro, formada por 20 países, tuvo un saldo de exportaciones sobre importaciones de nada menos que 39.000 millones de euros sólo en abril.

(1$ = 10,4619 coronas suecas)

(Información de Balazs Koranyi; editado por Mark John y Tomasz Janowski; editado por Mireia Merino)