¿Mandó a espiar a su exmujer? Una nueva filtración de chats complica a Lacalle Pou en Uruguay

Lacalle Pou y Lorena Ponce de León, durante un acto
Lacalle Pou y Lorena Ponce de León, durante un acto - Créditos: @Santiago Mazzarovich

MONTEVIDEO.- El caso alrededor del exjefe de custodia presidencial de Uruguay Alejandro Astesiano, imputado por falsificación de documentos para otorgar pasaportes a ciudadanos rusos, complica cada vez más a Luis Lacalle Pou, y ahora incluso involucra a su vida privada.

Esta semana, se filtró un chat difundido por los medios locales MVD Noticias y La Diaria, además de periodistas de El Observador en sus redes sociales, en el que queda en evidencia que Astesiano le solicitó al subdirector ejecutivo de la Policía, Jorge Berriel información personal sobre la primera dama Lorena Ponce de León. El pedido buscaba conocer el destino de un viaje privado de “Loli” -Miami- el 4 de julio pasado, dos meses después de que el mandatario anunciara su separación.

Al anunciar en mayo la separación de la pareja presidencial, el gobierno dijo que Ponce de León seguiría al mando del Sembrando, que funciona en la órbita de Presidencia, y que mantendría el título de primera dama.

El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, junto a su exjefe de seguridad Alejandro Astesiano
El presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, junto a su exjefe de seguridad Alejandro Astesiano - Créditos: @Twitter

En el diálogo vía WhatsApp, el entonces custodio le pidió al número tres de la Policía conocer detalles sobre un viaje al exterior que estaba por hacer la expareja de Lacalle Pou, algo a lo que Berriel accedió: le brindó así detalles sobre el vuelo, como respuesta a un pedido que Astesiano definió como “reservado”. La filtración de esta información llegó a la Justicia, mientras la oposición criticó al mandatario por “espiar” a su exmujer y el gobierno denunció una violación a la “intimidad” del mandatario.

El chat

Toda la polémica conversación que mantuvo Astesiano con el subdirector ejecutivo de la Policía, Jorge Berriel, tuvo lugar entre la noche del 3 de julio y la madrugada del día siguiente. Unas horas después, ya en la mañana, Astesiano mantuvo otra conversación con el custodio de Lorena Ponce de León, en la que el entonces jefe de la seguridad presidencial y su interlocutor hablaron de los planes de un viaje que haría la primera dama.

“Están aeropuerto (sic). Al parecer, por los vuelos se va a Perú”, le dijo a Astesiano el custodio de Ponce de León.

Pero ya para ese momento -a las 8.41 del 4 de julio- Astesiano tenía la información que le había dado Berriel. “Sí tengo todo ya”, escribió el hoy imputado, y a continuación dio detalles del avión que estaba tomándose la expareja de Lacalle Pou. “Sé que vos conseguís todo”, le respondió, entusiasmado -dados los emojis que utilizó- el custodio de la primera dama, que en otros mensajes, en días posteriores le transmitía a Astesiano su temor a perder el empleo y su determinación a serle “leal”. “A la orden y leal siempre”, saludó en un momento.

Luis Lacalle Pou y Lorena Ponce de Leon, junto a su hijo Luis Alberto, durante la asunción presidencial, en 2020
Luis Lacalle Pou y Lorena Ponce de Leon, junto a su hijo Luis Alberto, durante la asunción presidencial, en 2020 - Créditos: @MARIANA GREIF

La explicación de Artesiano

Indagado sobre este tema el 12 de diciembre por la fiscal de Flagrancia de 12° Turno, Gabriela Fossati, Astesiano dijo que la primera dama no había informado el destino ni la fecha de su viaje y agregó que, en ese momento, Lacalle Pou enfrentaba una separación “complicada” desde lo mediático.

En varios tramos de su declaración, Astesiano hizo hincapié en que su trabajo consistía en brindar seguridad a la familia del presidente sin tomar en cuenta si el primer mandatario estaba separado o no de la primera dama. También señaló que, en ningún momento, solicitó el aval de Ponce de León para brindarle una custodia.

¿Cómo se enteró Astesiano que Ponce de León se iba de viaje en forma reservada a Miami? En su declaración en la Fiscalía, Astesiano relató que lo supo a través de uno de los custodios dedicado a la escolta de ella.

La fiscal Fossati indagó a Astesiano sobre si finalmente había implementado un sistema de seguridad durante el viaje. “No se implementó, porque el presidente no quería molestarla. Nosotros queríamos hacerlo. Fue en momentos en que la separación de ellos estaba complicada desde un punto de vista mediático”, respondió.

Críticas de la oposición

El Frente Amplio reaccionó con vehemencia. “¿Qué está pasando en Uruguay?”, escribió en Twitter el senador Alejandro Sánchez. “El presidente usando al Estado para espiar a su expareja. Espionaje a senadores opositores. Periodistas comprometidos con su tarea, rompieron la censura y la información salió a la luz desde sus cuentas personales. Ayer no fue un día más”, expresó.

Fernando Pereira, presidente del Frente Amplio, aseguró a El País que su cuestionamiento se divide en dos: “Por un lado, el gobierno tiene que dejar trabajar en libertad a la prensa, porque hay periodistas que son hostigados para que no publiquen noticias y eso es atentar a la libertad de prensa. Y por el otro -siguió-, hay una enorme responsabilidad en dejar claro estos asuntos, y las atribuciones que tenía el jefe de la seguridad presidencial”.

El intendente de Canelones, Yamandú Orsi, siguió una línea similar: “A no enojarse cuando Uruguay siga bajando de ciertos estándares en materia de libertad de expresión”, afirmó en Twitter.

La reacción del gobierno

Es casi periódica la aparición de nuevos chats vinculado a la causa de Astesiano en Uruguay, junto con los cuestionamientos del Frente Amplio -que alterna entre este tema y las derivaciones igualmente polémicas del caso de la entrega de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset-. “Es algo de nunca acabar”, comentó un dirigente del oficialismo.

Y es algo que afecta personalmente al presidente -como repiten en su entorno-, que lamenta todos los días la situación. Sobre esto, incluso, hizo mención en el Consejo de Ministros de este lunes, en donde señaló que era consciente del impacto negativo que recibía con las novedades del caso Astesiano, aunque rescataba que a su criterio, en el fondo, son golpes que “absorbe” él como persona y figura presidencial.

Respecto al último chat, además de rechazar lo que entienden es una violación de la “intimidad” del primer mandatario -y que en ese sentido se “sobrepasó un límite”-, en el gobierno no tienen dudas de que en este caso los datos solicitados por Astesiano se enmarcan dentro del cometido funcional de la custodia del presidente, por otra parte regulado en un decreto del 2006.

“Lo que ocurrió está todo dentro del alcance de la seguridad del presidente y del núcleo familiar directo”, señalaron a El País fuentes del Presidencia, que insistieron: “Lo que la custodia hizo fue encargarse de su función”, en el entendido de que la seguridad de la primera dama es también la seguridad de la madre de los hijos del presidente.

De parte del Poder Ejecutivo, públicamente, el que se refirió a este último chat y puso en palabras la visión que hay en el oficialismo sobre el tema fue el ministro del Interior, Luis Alberto Heber. “Estamos viendo si el presidente preguntó si la mujer se fue de viaje o no. Me parece que estamos muy lejos del objetivo. Me da la sensación de que ha virado el tema a un tema que es de la vida privada del presidente, ¿qué tiene que ver eso con los pasaportes rusos?”, se preguntó.

El ministro de Defensa, Javier García, no opinó sobre el diálogo de Astesiano con Berriel, pero sí sobre el caso general, que a su criterio no “agita el almuerzo de los domingos” de los uruguayos. “Yo no quito importancia, pero tampoco me sumo a eso de que el país es ‘astesianocéntrico’”, declaró. “El objetivo de la oposición no es saber la verdad ni que se haga justicia. El objetivo es política y dañar al presidente”, remató.

Por Joaquín Silva y Eduardo Barreneche