Las mañaneras, las conferencias de AMLO a lo Chávez en las que ha salido la polémica con España

Como viene haciendo frecuentemente desde que hace más de tres años llegó al poder en México, este 9 de febrero Andrés Manuel López Obrador subió a la tarima para una de sus características mañaneras.

Son esas comparecencias públicas espontáneas que se han convertido en un símbolo de su mandato y en las que el presidente mexicano trata temas de actualidad, responde preguntas de periodistas y también lanza sus reproches y ataques. Y uno de los últimos ha ido destinado a España, lanzando un mensaje contundente:

López Obrador durante una de sus mañaneras. (Ismael Rosas/ Eyepix Group/Future Publishing via Getty Images)
López Obrador durante una de sus mañaneras. (Ismael Rosas/ Eyepix Group/Future Publishing via Getty Images)

"Vale más darnos un tiempo, hacer una pausa. A lo mejor cuando cambie el Gobierno (el mexicano) ya se restablecen las relaciones", ha señalado. Unas declaraciones que han sorprendido al Gobierno español y que han sido matizadas por su propio partido unas horas después.

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Una forma de gobernar, a golpe de ruedas de prensa, que no tiene muchos precedentes, pero que a López Obrador le ha granjeado una gran popularidad. La rutina siempre suele ser la misma: dan las 7 de la mañana, suena la corneta y López Obrador sube al escenario y empieza a hablar.

A veces explica sus políticas, otras da orientaciones o habla de historia. También responde a preguntas, en un formato que se suele prolongar hasta dos horas y en el que el presidente se dirige a su población con un lenguaje claro y directo que hace llegar su mensaje a todas las capas sociales.

Un formato que recuerda al Aló Presidente de Chávez en Venezuela y que también recibe muchas críticas por parte de sus detractores al considerarlo populista y un modo de propaganda. Desde que llegó al poder el 1 de diciembre de 2018, AMLO ha protagonizado cerca de 800 conferencias de este tipo, las cuales han tenido una duración media de aproximadamente 109 minutos.

La importancia de estas comparecencias es tan grande que normalmente el presidente no tiene agenda de reuniones. Sale a la tarima después del encuentro que tiene con su comité de seguridad a las 6 de la mañana y concentra todas sus energías en las mañaneras. La gran ventaja que tiene es que marca la agenda de debate público y normalmente la oposición va a remolque en esta situación, lo que le está dando muy buenos resultados a nivel comunicativo.

También le sirve para colocar sus mensajes y proclamas, aunque muchas veces están alejadas de la realidad. Tal y como señala la empresa SPIN-TCP, que ha estudiado cada una de las conferencias, el número de afirmaciones engañosas pronunciadas por López Obrador en las mañaneras llega a las 70.000, lo que arroja una media aproximada de 90 al día.

Además, las estadísticas de SPIN-TCP también señalan que no se pueden considerar como conferencias de prensa tal cual porque los periodistas representan a muchos medios digitales poco conocidos y el 53% de las preguntas vienen de primera fila, donde "están sentados medios digitales" que son seleccionados previamente.

Cabe señalar que esta iniciativa es pionera en la presidenta de México, pero que el propio AMLO ya la usaba entre 2000 y 2005 cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México. Pero entonces no tenían la misma popularidad que ahora.

Es difícil calcular cuántas personas siguen las mañaneras, ya que hay miles de suscriptores en plataformas como Spotify, Facebook o Youtube. El Gobierno estima que podrían ser unos 10 millones de personas, una cifra algo elevada, aunque no es descartable que sí se alcancen los 2 o 3 millones.

Mientras tanto, la popularidad de AMLO es una de las más altas del mundo. Aunque ha bajado ligeramente en los últimos tiempos, lo cierto es que un 64% de los mexicanos aprueban su gestión, según una encuesta reciente de Oraculus, aunque no es la única que muestra estas cifras.

En este sentido conviene recordar que al poco de llegar al Gobierno su popularidad se encontraba en el 81%, una muestra del tremendo respaldo con el que cuenta en su país.

Y desde luego, las mañaneras han tenido mucho que ver en una estrategia de comunicación poco habitual, pero que está dando sus frutos. Está por ver cómo evolucionan las tensiones con España y qué efectos tienen las palabras del presidente mexicano en las relaciones bilaterales entre ambos países.

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