Mamá y papá ya no están. A los 22 años es cabeza de familia con 4 hermanos a quienes cuidar

Jasmine Santana se acurrucó en el sofá del salón con sus cuatro hermanos pequeños, con el resplandor del árbol de Navidad iluminando sus dulces rostros, mientras compartía su desgarradora, pero conmovedora historia.

Explicó porqué, a sus 22 años, es cabeza de familia de cinco personas, única cuidadora de tres hermanas y un hermano de edades comprendidas entre los seis y los 18 años.

Santana tenía 17 años la última vez que vio o supo de su madre. Se estaba preparando para su último año en la Secundaria Miami Edison cuando su madre los abandonó.

La relación entre Jasmine y su madre había sido tumultuosa. Su padre estaba casi siempre ausente. Su abuela materna, Caridad, se encargaba de la mayor parte de la crianza.

A pesar de los problemas familiares, ser abandonados por su madre es algo para lo que ninguno de ellos estaba preparado. De repente, en lugar de preocuparse por las solicitudes de ingreso a la universidad y soñar con el baile de graduación, Santana tuvo que ingeniárselas para ayudar a cuidar de sus hermanos Janelly, Jaseline, Janabella y Janthony, que entonces solo tenía dos años.

Consiguió un trabajo en seguridad, y a veces tenía que hacer el turno de noche y luego ir a la escuela por la mañana.

Su abuela, de origen cubano, le ayudó mucho. Los colmaba de cariño, enseñaba a cocinar a las mayores, leía cuentos a los pequeños, les contaba chistes y los animaba a sacar buenas notas. Le encantaba ver reality shows y concursos de belleza como “Nuestra Belleza Latina” con sus nietas.

Janthony Santana, de seis años y el menor de los hermanos, pasa el rato con su hermana Janabella Santana, de siete, mientras ven la televisión.
Janthony Santana, de seis años y el menor de los hermanos, pasa el rato con su hermana Janabella Santana, de siete, mientras ven la televisión.

Sin autoridad legal

Pero en agosto de 2020, durante la pandemia, la abnegada abuela murió de un fallo cardíaco, dejando a los cinco hermanos sin supervisión. Jasmine se puso en contacto con su padre, quien vive en Orlando, y le preguntó si podía hacerse cargo de ellos. Al principio ayudó un poco, cuenta Santana, pero dijo que no podía ocuparse de ellos a tiempo completo. Ella no tenía autoridad legal sobre sus hermanos, así que se encontró con obstáculos porque no podía firmar formularios escolares o médicos en su nombre.

“Estaba harta”, dice. “Mi padre me lo ponía difícil. Mi madre no aparecía por ninguna parte. Tenía que hacer algo para que estos niños estuvieran bien”.

Desesperada, llamó al Departamento de Niños y Familias de la Florida.

Aunque entonces solo tenía 20 años, dijo a los funcionarios del DCF que quería ser la tutora legal de sus cuatro hermanos. No los quería en un centro de acogida. No quería separarlos. Antes de que muriera su abuela, Jasmine le prometió que no permitiría que separaran a los niños.

“No podría separarlos, no se lo merecen. Ya hemos pasado por mucho”, dijo Jasmine.

Consiguió que sus hermanos ingresaran en el Tribunal de Dependencia de Menores del estado, que atiende casos de niños que han sufrido abusos, negligencia o abandono.

Jasmine pasó más de un año navegando por el sistema con el apoyo de Voices for Children Foundation, que recauda fondos para garantizar que los niños maltratados y abandonados del Condado Miami-Dade tengan un tutor designado por el tribunal y que dispongan de asistencia financiera y otros recursos para cubrir sus necesidades médicas, educativas y sociales.

Finalmente, en mayo de 2022, el tribunal de dependencia le concedió la tutela permanente de sus hermanos.

“Se ve mucho en nuestros casos, el hijo mayor siempre tiene que asumir el papel de padre, y comienza demasiado joven y sucede con demasiada frecuencia”, dijo Tania Rodríguez, directora operativa de Voices for Children, que nominó a Santana para el programa Wish Book. “Es habitual tener a una niña de sexto grado que sabe hacer la cena y meter a los hermanos en la cama porque no hay ningún adulto cerca. Esto aplica para Jasmine, pero luego la iniciativa que tomó y la rapidez con que emprendió acciones legales para asegurar que estos niños permanecieran todos juntos es increíblemente impresionante para mí porque el sistema de acogida es complejo y ella lo navegó y abogó por sí misma y su familia, tuvo éxito... ella realmente se destacó”.

Santana sintió que no tenía elección.

“Después de la muerte de mi abuela, tuve que ponerme los pantalones de niña grande y hacer lo que tenía que hacer”, dijo Santana. “Fue muy duro para todos. Aún lo es. Ella nos crió. Siempre estuvo ahí. Cuando mi madre se fue, era ella quien cuidaba de nosotros. Incluso cuando mi madre estaba cerca, era nuestra abuela la que cuidaba de nosotros. Nunca se separó de nosotros. Pero entonces enfermó y tuve que empezar a trabajar para ayudarla.

“Pensé que después de la muerte de mi abuela mi madre querría estar a nuestro lado, pero...”

No pudo terminar la frase. Santana se emociona cuando habla de su madre, e intenta proteger a sus hermanos pequeños de esas conversaciones.

“Para mí es importante estar aquí para ellos, mostrándoles amor, haciendo todo lo que una madre debe hacer”, dice Santana. “Intento que no se preocupen. Son niños. Quiero que sean niños y que tengan una infancia normal. Trato de mostrarles amor para que no salgan y hagan cosas malas tratando de buscar cariño o atención. Intento dar lo mejor de mí, ser un modelo a seguir y llenar esa ausencia de nuestra madre”.

En mayo de 2022, el tribunal otorgó a Jasmine Santana, arriba, la tutela permanente de su hermana Jaseline, de ocho años, y otros tres hermanos.
En mayo de 2022, el tribunal otorgó a Jasmine Santana, arriba, la tutela permanente de su hermana Jaseline, de ocho años, y otros tres hermanos.

Convertirse en cuidadora a tiempo completo de sus hermanos hizo que Jasmine creciera rápido, pero le robó su último año y su posible experiencia universitaria.

“Mi último año fue duro para mí, y no me centraba en la escuela como se suponía que debía hacerlo”, dijo. “La situación familiar me afectó. No pude subir al escenario para la graduación, pero me gradué después de la escuela de verano. Quería que mi abuela se sintiera orgullosa. Fue un gran logro porque mis padres no llegaron a graduarse, así que yo fui la primera”.

Jasmine tiene un trabajo como representante de atención al cliente en una empresa farmacéutica. Trabaja a distancia desde la casa que alquila en North Miami, lo que le da flexibilidad para estar cerca para cocinar, limpiar y cuidar de sus hermanos. Entre ella y su hermana Janelly, de 18 años, y la ayuda de la familia de su novio, intentan que sus hermanos pequeños tengan una infancia lo más normal posible.

Janelly pone el despertador a las 5 a.m., se prepara para ir a la escuela y despierta a sus hermanos a las 6 a.m. Salen a las 6:50 a.m. y los acompaña a la escuela primaria antes de ir a la secundaria. Los niños van a la guardería hasta las 5 o 6 p.m..

Cuando llegan a casa, se reúnen para preparar la cena. Los platos favoritos son tacos, arroz con carne picada, alitas a la barbacoa, pollo al horno o frito con puré de papas y pasta Alfredo.

Janelly es una buena estudiante, y Jasmine la anima a que se centre en sus estudios y vaya a la universidad. Janelly hizo el SAT, el ACT y está trabajando en sus solicitudes para la universidad. Quiere estudiar psicología. Está enviando solicitudes a FIU, FAU, la Florida Memorial, Nova Southeastern, FSU y la Florida Southern.

“No quiero que sienta que tiene que quedarse aquí con nosotros o que se preocupe de que me sienta abrumada”, dijo Jasmine. “No quiero que detenga su vida como yo lo hice. Quiero que persiga sus sueños. Le dije: ‘Yo me quedo con los niños, tú vete a la universidad, vive en los dormitorios, vive toda la experiencia’”.

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‘No sabía que era tan fuerte’

Janelly aprecia el cariño de su hermana mayor.

“Es muy cariñosa y se desvive por nosotros”, dice Janelly. “Me dijo que prestara atención en la escuela para poder verme subir al escenario porque ella no pudo. Me ayuda con las tareas y siempre está ahí para nosotros, necesitemos lo que necesitemos”.

Jasmine admite que a veces se pone triste y llora sola en su habitación por la noche. Pero se seca las lágrimas y sigue adelante. “Tuve que aprender a ser independiente, tuve que aprender a cocinar porque tengo muchos niños que alimentar”, dice. “No sabía que era tan fuerte”.

Jasmine y Janelly sueñan con montar una empresa de repostería y organización de fiestas llamada “Sisters Sweet Creations”. A Janelly le encanta hacer cake pops y manzanas confitadas. A Jasmine le gusta decorar. Han aprendido, por necesidad, a planificar fiestas de cumpleaños con un presupuesto ajustado y quieren ofrecer opciones económicas a otros padres.

Janelly Santana, de 18 años, a la derecha, y su hermana mayor, Jasmine, al centro, intentan darle a su hermana menor, Jaseline, a la izquierda, y a sus otros hermanos, una infancia lo más normal posible..
Janelly Santana, de 18 años, a la derecha, y su hermana mayor, Jasmine, al centro, intentan darle a su hermana menor, Jaseline, a la izquierda, y a sus otros hermanos, una infancia lo más normal posible..

Esta fue su primera Navidad desde que Jasmine obtuvo la custodia. Quería que fuera especial. Janelly planeó el menú de la cena de Navidad: chuletas de cerdo, arroz amarillo, pollo al horno, elote, puré de papas, macarrones con queso, galletas de miel y tarta de manzana.

Pusieron un árbol artificial blanco y azul. Janabella y Jaseline pidieron esmalte de uñas, juegos de vestir y muñecas. También necesitan muebles de dormitorio. A Janthony le encanta Spiderman, el beisbol y los videojuegos. También necesita una cama nueva. A Janelly le vendrían bien una impresora y unos air pods. A Jasmine le gustaría una Cricut Explore Air para sus proyectos de diseño.

Janelly tiene otra idea de regalo para su hermana.

“A Jasmine le vendría bien un día de spa”, dice Janelly. “Le vendría bien un masaje, una mascarilla y todo eso. Tiene mucho estrés y estaría bien que pudiera relajarse al menos un día”.

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