La maldición de Tecumsé que terminó con la vida de 7 presidentes de Estados Unidos hasta que llegó Reagan

En apenas mes y medio los estadounidenses acudirán a las urnas y decidirán si Donald Trump merece cuatro años más de mandato o si por el contrario, es Joe Biden el que ocupará la presidencia la próxima legislatura. Una carrera por la Casa Blanca muy apretada en la que ambos candidatos apuran sus opciones de ganar y en la que, como ocurre cada dos décadas, cobra protagonismo la maldición de Tecumsé.

Durante más de un siglo, todos los presidentes estadounidenses elegidos cada 20 años (un total de 7) murieron en el ejercicio de su cargo. No fue hasta 1980, ya con Ronald Reagan en la presidencia, cuando se rompió esta supuesta maldición amerindia.

Abraham Lincoln fue uno de los supuestos afectados por la maldición de Tecumsé (Getty Creative).
Abraham Lincoln fue uno de los supuestos afectados por la maldición de Tecumsé (Getty Creative).

Para conocer el origen de la historia hay que remontarse hasta el siglo XIX cuando el profeta Tenskwatawa, hermano del guerrero Tecumsé, maldijo a los presidentes estadounidenses después de que la rebelión de su pueblo, la tribu amerindia de los Shawnee, fuera aplastada.

“Les digo que Harrison morirá y cuando él muera ustedes recordarán la muerte de mi hermano Tecumsé. Pero les digo que él morirá, y después de él, todo Gran Jefe escogido cada 20 años de ahí en adelante morirá y cuando cada uno muera, que todos recuerden la muerte de nuestro pueblo”, dijo supuestamente Tenskwatawa según recoge ABC. Una maldición que se fue cumpliendo hasta bien entrado el siglo XX.

Primero, tal y como había pronosticado el profeta, fue William Henry Harrison, noveno presidente del país, el que murió en 1840 por una neumonía. Dos décadas después fue Abraham Lincoln, elegido en 1860, el que también fallecía en el cargo, asesinado en un teatro por un simpatizante de la causa del sur.

James Garfield, elegido en 1880, también continuó la maldición, siendo asesinado por un abogado al que le había negado un cargo político. La llegada del nuevo siglo trajo consigo un segundo mandato de la presidencia de William McKinley, en 1900, pero solo pudo mantener el cargo un año antes de ser asesinado por un anarquista.

20 años después fue el turno de Warren G. Harding, que gobernó desde 1920 a 1923 y que falleció por un ataque cerebrovascular. En 1940, Franklin Delano Roosevelt fue elegido para un tercer mandato y sufrió una hemorragia cerebral cuando estaba aún en el cargo en 1945, aunque había sido reelegido en 1944.

Finalmente, en 1960 John Fitzgerald Kennedy llegó a la Casa Blanca, pero solo pudo gobernar tres años antes de ser asesinado.

Kennedy fue el último en verse afectado supuestamente por la maldición. (Photo by Art Rickerby/The LIFE Picture Collection via Getty Images)
Kennedy fue el último en verse afectado supuestamente por la maldición. (Photo by Art Rickerby/The LIFE Picture Collection via Getty Images)

En total, siete presidentes consecutivos que habían sido elegidos cada 20 años y que fallecieron o fueron asesinados en el cargo desde la maldición del profeta amerindio.

Reagan, el primero en sobrevivir

Fue Ronald Reagan el primero en romper con esta macabra tradición. El antiguo actor fue elegido en 1980 y pudo completar sus dos mandatos, aunque sufrió un atentado en 1981 del que logró salir con vida y recuperarse rápidamente. Además, también hubo rumores de que su mujer, Nancy, era muy supersticiosa y que consultó a varios astrólogos para intentar escapar de la profecía de Tecumsé. Sea cierto o no, la realidad es que Reagan logró lo que sus predecesores no pudieron.

En el año 2000 fue George W. Bush el que accedió a la Casa Blanca y también pudo completar sus dos mandatos, aunque en 2005 un hombre intentó asesinarle junto al presidente georgiano lanzándoles una granada de mano. Salieron ilesos. Según la maldición, el que resulte elegido en este 2020, Trump o Biden, también estaría en peligro.

Sin embargo, la supuesta profecía ha sido puesta en duda en numerosas ocasiones. En primer lugar no existe ningún tipo de prueba de que Tenskwatawa pronunciara esas frases y es posible que las palabras se escribieran después del fallecimiento de Harrison. Además, la historia del pueblo oprimido que maldice al opresor ha sido una constante en la literatura de los últimos siglos y puede ser más un recurso ficticio que una realidad.

Ronald Reagan sobrevivió a la maldición (Reuters).
Ronald Reagan sobrevivió a la maldición (Reuters).

Hay otros factores que llevan a pensar en que esta serie de fallecimientos han sido más casualidad que otra cosa. Por ejemplo, Zachary Taylor murió de cólera en 1850 cuando estaba en el cargo, rompiendo el patrón marcado por la tradición.

También hay que tener en cuenta que antes no había límite de mandatos, lo que hacía que los presidentes pudieran estar más años en el cargo, aumentando las posibilidades de morir en él. Y además las probabilidades de morir asesinado eran mayores, ya que no existía la misma seguridad que hoy en día. Así pues, parece que la maldición de Tecumsé es una leyenda urbana que ha ido creciendo con el paso de los siglos, aunque todavía hay mucha gente que cree en ella.

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