La maldición de Tutankamón: las misteriosas muertes vinculadas al mito

El joven faraón Tutankamón fue hijo de dos soberbios reformadores religiosos cuya obra tuvo que desandar para restaurar la religión politeísta en el Antiguo Egipto. Su prematura muerte a los 20 años dio origen al mito de la maldición que rodea a su tumba.

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En noviembre de 1922, el arqueólogo y egiptólogo inglés Howard Carter, su financista Lord George Herbert Carnarvon y un grupo de trabajadores locales desenterraron una escalera que descendía hasta la entrada de una tumba sellada durante más de 30 siglos.

El arqueólogo y egiptólogo Howard Carter y su equipo hallaron el famoso sarcófago del joven faraón en 1922.
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Ya en el interior de la tumba, Carter y sus ayudantes se encontraron con el cuerpo del joven monarca que estaba perfectamente conservado. La tumba constaba de cuatro salas adornadas con 5000 piezas. Piezas entre las que se destaca una máscara funeraria de oro macizo.

La tumba de Tutankamón como luce en la actualidad
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El grupo de especialistas egipcios e ingleses tardó ocho años en terminar de estudiar la tumba de Tutankamón. Pero el estudio del lugar donde descansa el joven faraón fue el punto inicial de una serie de sucesos desafortunados.

Carnarvon residía en el hotel Savoy de El Cairo. En ese lujoso hospedaje sufrió una picadura de un mosquito en la mejilla izquierda. Picadura que se inflamó luego de que el millonario británico se afeitara. Eso lo llevó a tener mucha fiebre y la situaciónse complicó con la septicemia y una neumonía.

Quizás por los pulmones maltrechos a raíz de una accidente automovilístico, Carnarvon nunca logró recuperarse. Finalmente, falleció el 5 de abril de 1923 en la capital egipcia.

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Pero la muerte del lord británico no fue la única. Fue la primera de una serie de fallecimientos vinculados a la tumba del hijo de Akenatón y Nefertiti que contribuyó al mito de la maldición de Tutankamón.

Un extracto del diario The Courier Journal de Kentucky de marzo de 1923
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Cinco meses más tarde, en septiembre de 1923, murió a causa de una sepsis el hermano de Carnarvon, Aubrey Herbert. Herbert estaba atravesando un tratamiento experimental para contrarrestar la ceguera temprana que sufría.

Carnarvon, Herbery y 25 muertes más se registraron a partir de que la tumba de Tutankamón fuera descubierta y explorada. Fallecimientos que se sucedieron a lo largo de los años.

Una de los decesos ocurridos meses después al descubrimeinto de la tumba de Tutankamón fue el del ayudante de Carter y conservador del Metropolitan Museum, Arthur C. Mace. Mace comenzó a sentir un gran cansancio y su cuadro se agravó tanto hasta que quedó inconsciente. El asistente de Carter murió por causas desconocidas en el Savoy, el mismo lugar donde falleció Carnarvon.

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El también financista George Jay Gouldvisitó la tumba de su amigo Lord Carnarvon. Esa misma tarde comenzó a tener una fiebre repentina que terminó desencadenando su muerte horas más tarde.

Joel Wolf era un industrial inglés y fue invitado a conocer la tumba de Tutankamón. Pero cuando se embarcó de regreso, falleció en el trayecto a raíz de una alta fiebre.

Archibald Douglas Red era el radiólogo del hospital Saint Thomas de Londres. En 1922 viajó ex profeso a Egipto y fue quien cortó las vendas de la momia de Tutankamón para examinarla. Mientras regresaba embarcado a su Inglaterra natal, Red sufrió mareos y descompensaciones, para luego morir antes de su arribo al puerto.

Richard Betkell, secretario de Carnarvon e hijo único de Lord Westenrys, murió de una embolia en 1929. Meses más tarde, el padre de Betkell se arrojó de un séptimo piso.

La tumba de Tutankamón se terminó de vaciar en 1930. Para entonces el mito de la maldición había calado hondo. Howard Carter fue la excepción que confirma la regla. El arqueólogo y egiptólogo que descubrió la tumba murió en 1939, cuando tenía 64 años, de un linfoma.