Chavismo estigmatiza a contagiados y tacha de "escorpiones" a venezolanos que regresan por el coronavirus

Se fueron huyendo de su país por el hambre, la violencia y la pobreza. Y ahora que vuelven espantados por el coronavirus, el régimen chavista les echa en cara su fracaso y les pasa la factura pendiente. Como en el infierno de Dante, la puerta a la Venezuela de Nicolás Maduro da la bienvenida con la siguiente advertencia: “Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza”.

Maduro despliega armas en medio de la creciente tensión con Estados Unidos
Maduro con parte de su equipo de gobierno

La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) registra que 4,7 millones de venezolanos han emigrado desde 2015, a consecuencia de la emergencia humanitaria compleja provocada por la gestión de Maduro. Un éxodo que ha sido comparado con el ocurrido en Siria. En contraste, según cifras oficiales, en los últimos días han regresado desde los vecinos Colombia y Brasil unos 9 mil, empujados por los estragos de la pandemia.

Aunque la cifra de retornados apenas llega a 0,19% de los que se marcharon por la crisis, el oficialismo se aprovecha del fenómeno para cuestionar a los gobiernos de Iván Duque y Jair Bolsonaro, ensalzar sus supuestos logros sociales y fustigar a los compatriotas que no han tenido más remedio que desandar sus pasos por culpa de la Covid-19.

El fiscal general chavista, Tarek William Saab, disparó desde su cuenta en Twitter: “¿El karma o la rueda del tiempo? Venezolanos que renegaron públicamente de la nación, luego de ser ultrajados en Estados Unidos, Colombia, Ecuador, Perú, Chile, España, etc., regresan a Venezuela gracias al plan #VueltaALaPatria diseñado por el presidente Nicolás Maduro”.

La ministra del Servicio Penitenciario, Iris Varela, también cargó contra los connacionales que buscan alivio en casa. “Ante el retorno de fascistas y golpistas camuflados, necesario es reflexionar sobre la naturaleza del escorpión. No estoy de acuerdo con darle nuevamente casa o facilidades más allá del retorno con vigilancia a quienes vendieron casas de la Gran Misión Vivienda Venezuela o vehículos dados por el gobierno”, espetó Varela, dirigente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).

Los que son tachados de renegados y escorpiones, en realidad han sido tratados como refugiados en sus destinos. Ninguno abandonó su tierra por gusto. Partieron despavoridos por la hiperinflación, la escasez de alimentos y medicinas, el colapso de los servicios públicos, la violencia criminal y la inestabilidad política. Y tampoco emprenden la vuelta con alegría, sino abrumados por los efectos económicos y sociales de la pandemia.

Racismo y xenofobia

El régimen chavista siempre ha negado la existencia del éxodo masivo, señalando que todo obedece a un complot urdido para dañar su imagen por la mayoría de los gobiernos de la región, que junto con Estados Unidos, Canadá y las potencias europeas reconocen al líder del Parlamento, el opositor Juan Guaidó, como presidente encargado de la República Bolivariana.

Aplicando una especie de proyección, el oficialismo está utilizando a los retornados y el coronavirus para embestir a sus adversarios. “Están regresando a Venezuela, a su patria, por los ataques discriminatorios, por los ataques de xenofobia que hay en estos países, que es una campaña que fue alimentada en sus inicios por la derecha extremista venezolana y por gobiernos de países del Cartel de Lima”, expresó la vicepresidenta chavista Delcy Rodríguez, aludiendo al Grupo de Lima, conformado por 12 naciones del continente.

“Nos preparamos a recibir unas 15 mil personas, compatriotas que llegan huyendo de Perú, de Ecuador y de Colombia. Huyendo de la xenofobia, del fascismo, del racismo. Saquen conclusiones. ¿Qué les parece? Regresando a la patria, perseguidos por el fascismo y la xenofobia”, atizó Maduro.

Con nombre y apellido

Dicen que el mundo enfrenta un “enemigo invisible”. Pero en Venezuela el régimen chavista le ha puesto cara, nombre y apellido. En principio, enfatizaba que todos los casos eran “importados”, provenientes de países contrarios a la revolución, y después ha aprovechado la coyuntura para profundizar la división entre clases y condenar a la oposición.

“Este señor de 59 años se contagió trabajando, manejándole un carro a un gerente, y el gerente lo irradió”, relató Maduro, tras denunciar el contagio de siete personas que trabajan como escoltas para una “empresa muy importante del país” que jamás identificó. La corporación en cuestión es Empresas Polar, hostigada permanentemente por el oficialismo.

El líder chavista alertó que “estamos investigando a los gerentes involucrados y la empresa tiene que decirnos la verdad, no puede ocultar el nombre de ningún gerente, es la salud pública, está el Estado de Alarma, sino que actúe la Fiscalía y la justicia”.

Luego se refirió a un foco de contagio en el municipio Maneiro del estado Nueva Esparta, entidad que hasta el sábado 18 de abril presentaba 30 de los 227 enfermos a escala nacional. “El foco está en la familia del alcalde de Maneiro, bueno, él contaminó y contagió a un grupo de sus trabajadores y de ahí a un grupo de gente”, comentó. El mencionado alcalde, Morel David Rodríguez Salcedo, es dirigente de la oposición. Igualmente, el régimen chavista ha responsabilizado al gobernador opositor de la región, Alfredo Díaz, por 20 contagios que se reportaron el viernes 17 de abril.

El estado que cuenta la mayor cantidad de casos, 73 en total, es Miranda, gobernado por Héctor Rodríguez, miembro de la dirección del PSUV. No obstante, Maduro en sus alocuciones resalta la situación de la localidad mirandina de Baruta, al que identifica como “el municipio más golpeado por el Covid-19”, histórico bastión de la oposición y asiento de sectores de clase media.

Importados vs comunitarios: estrategia para perseguir

“Vemos con inmensa preocupación cualquier intento de estigmatizar y de discriminar a las personas que pudieran haber estados expuestas o que tengan coronavirus, y que por ello puedan ser consideradas como una amenaza pública”, indica Feliciano Reyna, representante de la ONG Acción Solidaria.

El activista de Derechos Humanos aclara que los casos pueden diferenciarse como “importados” o locales solo con fines sanitarios y para diseñar estrategias de atención y contención del virus, no para perseguir o exponer al escarnio público a los contagiados y su entorno.

Sobre los venezolanos que retornan al país y que son zaheridos por la cúpula del oficialismo, Reyna observa que “migraron forzosamente y ahora también tienen un retorno forzoso”. “Si de las altas vocerías salen ese tipo de conceptos peyorativos, eso genera que en los centros donde se hacen las cuarentenas el trato sea acusatorio, discriminatorio, y que quien pueda verse afectado tenga temor a solicitar ayuda”, concluye.