Madre obligada a separarse de su bebé recién nacido por el resultado de un test de drogas: el culpable fue un bagel con semillas de amapola

Cuando Rebecca Hernández se preparaba para dar a luz en un hospital de Alabama el martes pasado, no imaginó que la obligarían a separarse de su bebé durante los próximos tres días por el motivo más inimaginable: a causa de un bagel que había comido antes del parto.

Getty Creative
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Hernández asegura haber vivido una “pesadilla” en el Crestwood Medical Center de la ciudad de Huntsville, donde le retiraron la custodia de su recién nacido después de someterse a un examen de drogas que dio positivo para opioides.

La mujer se sintió totalmente desconcertada y debió esperar varios días por una segunda prueba de confirmación que le permitiera volver a abrazar a su bebé. Para entonces, su médico obstetra ya sospechaba que el culpable era el bagel de semillas de amapola que Hernández comió el lunes, un día antes del parto.

Bagel de semillas de amapola (GETTY CREATIVE)
Bagel de semillas de amapola (GETTY CREATIVE)

“Esta es una pesadilla para toda la familia”, dijo la joven madre al canal WAFF. “Un bebé recién nacido tiene que estar cerca de la madre. Tienen que estar con la mamá. Ese es el momento más importante en su vida”, añadió.

Hernández, que también tiene un hijo de 13 meses, pudo reunirse con su pequeño el viernes, pero solo después de que pruebas de laboratorio estatales confirmaron que no estaba drogada.

El recién nacido, que había sido puesto bajo la custodia de la tía y el tío de la mujer, también dio negativo en el test de drogas.

Las semillas de amapola a veces contienen trazas de morfina, no lo suficientemente fuertes para drogarse, pero sí para arrojar un resultado positivo en exámenes de droga altamente sensibles.

En una declaración a WAFF, Crestwood Medical Center aseguró que estaba “comprometido a cumplir con los requisitos legales y reglamentarios, así como a garantizar la salud y la seguridad de nuestros pacientes”.

Pero Hernández dice que no se siente satisfecha con la explicación del centro de salud y ahora está pidiendo al hospital que la atendió y a otros con políticas similares que reconsideren sus procedimientos.

Un caso que no es aislado

El caso de Hernández es muy similar a un incidente ocurrido hace dos años en Maryland, cuando en plena labor de parto, una mujer fue notificada por su médico de cabecera que había dado positivo en el examen de drogas.

Elizabeth Eden calificó la situación de “traumática”, pues el doctor le avisó que contactaría con las autoridades mientras sufría contracciones. El médico también se negó a repetir el test y Eden tuvo que esperar cinco días para reencontrarse con su bebé recién nacida.

Hace más de dos décadas que los casos de falsos positivos, a menudo causados ​​por bagels de semillas de amapola o medicamentos recetados, llevaron al Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos a revisar las políticas de pruebas de drogas en ámbitos laborales.

A finales de los noventa, la agencia sanitaria elevó el umbral para los opiáceos en casi un 700 %. Antes de la actualización, pacientes cuyas pruebas de orina mostraban concentraciones de morfina de más de 300 nanogramos por mililitro se consideraban positivos para opiáceos.

“Estos niveles se seleccionaron en un intento de proporcionar la mejor oportunidad para identificar a cualquiera que haya usado heroína. Sin embargo, en el nivel de 300 ng/ml, muchos de los que no han usado heroína, pero han tomado un medicamento recetado con codeína o morfina o han ingerido cantidades normales de semillas de amapola en la dieta también han dado positivo”, indica un aviso del Registro Federal citado por el Washington Post.

El Departamento de Salud elevó el límite a 2.000 nanogramos por mililitro, lo que significa que una persona podría comer tres bagels grandes de semillas de amapola y aún pasar la prueba.

Pero algunos hospitales continúan usando los límites inferiores cuando evalúan a las madres recién paridas y las embarazadas.

“Entiendo que todo es un proceso. Entiendo que tienes que seguir las reglas”, dijo Hernández a WAFF. “(Pero) deberían haber investigado un poco más antes de decidir llamar al Departamento de Recursos Humanos”, insistió.