La madre de la independencia y de la patria


DE TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS

Llega el 15 de septiembre, la fecha de la patria y de don Porfirio. Aunque deberíamos de decirlo al revés: la fecha de Porfirio, pues es el día en que él nació, y del agandalle de don Porfirio del día de la patria, pues Hidalgo dio el grito de Independencia el 16, pero ¿qué tanto es tantito? Don Porfirio recorrió el grito un diita para celebrar su cumple y a la patria el mismo día, faltaba más.

Este es uno más de los ajustes disparatados que tiene nuestra historia, y si analizamos nuestra Independencia, hay mucha tela de donde cortar.

En el imaginario colectivo se da por hecho que el padre de la patria es un sacerdote jesuita nacido en Pénjamo, Guanajuato, que se llamó: Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor. A quien coloquialmente se le conoce como el cura Hidalgo.

Sin embargo, el sacerdote jamás se propuso independizar a México de España. Su lucha fue para reponer al soberano español Fernando VII en el trono de España, pues Napoleón Bonaparte lo había depuesto y en su lugar reinaba el hermano de Napoleón: José, a quien le pusieron el cariñoso motete de Pepe Botella, pues profesaba una intensa afición a las bebidas espirituosas.

El primero que habla de independizar a México de España es José María Morelos y Pavón. Una de las estrategias que utilizó, para ganar la partida, fue la de ofrecer Texas a los estadounidenses a cambio de su apoyo. Así como lo oye usted. Si Morelos hubiera logrado la independencia con el apoyo norteamericano, Texas se hubiera pasado del lado gringo 20 años antes de que se independizara la provincia. Pero los gringos no quisieron pleitos con España y declinaron la oferta.

AGUSTÍN DE ITURBIDE Y LA INDEPENDENCIA

El movimiento de Morelos tampoco logró la independencia. Quién si logró consumarla fue un soldado realista, Agustín de Iturbide, quien detestaba a los insurgentes y a quien apodaban el Dragón de Hierro.

Hasta hoy he tenido la creencia de que lo de Iturbide fue un acto de pragmatismo y genio histórico. Pero Antonio Garci propone una teoría, en su libro más reciente, que tira mis creencias por tierra. El libro se llama Ideotas presidenciales.

Garci establece lo siguiente sobre el Dragón de Hierro: “Iturbide no necesitaba cambiar de bando, pues estaba con los que ya habían ganado, ni lo movía la ambición, pues por ser el gran verdugo de los insurgentes ya había sido promovido como comandante en jefe de las fuerzas armadas realistas en Nueva España”.

Además, nos dice que Iturbide era sobrino del cura Hidalgo y que cuando este le extendió una invitación para unirse a los insurgentes, don Agustín se negó rotundamente.

Luego Garci pregunta: pero si Agustín detestaba tanto el rollo independentista ¿cómo es que se convirtió en el hombre que logró la independencia nacional?

Si hurgamos un poco en la literatura histórica es verdad eso de que Iturbide detestaba a los insurgentes, pues cuando los atrapaba los mataba de inmediato.

La respuesta nos la brinda el mismo Garci: la causa del repentino y profundo cambio de parecer del comandante en jefe fue el embrujo de una mujer: la célebre Güera Rodríguez. De modo que en lugar de padre de la patria lo que hay es madre de la patria, y la buena señora, a la que la historia garciana le da el lugar, tiene una fama que no es precisamente heroica.

LA MADRE DE LA PATRIA

La Güera Rodríguez se llamaba María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Bello Pereyra, y era hija de una de las mas acaudaladas familias mexicanas. Casó primero con un militar con el que tuvo cuatro hijos y un disgusto debido a los horarios. Resulta que el militar llegó temprano y la encontró en deliquio amoroso con otro señor. La cosa llegó a los balazos sin que el marido le atinara a la Güera. El marido pidió la anulación del matrimonio, pero él murió antes de obtenerlo.

La Güera volvió a casarse con un rico comerciante que tuvo el buen gusto de morir temprano y dejarla forrada en plata. Así, la Güera Rodríguez se convirtió en la figura central en los saraos de la alta sociedad. Su belleza e inteligencia seducían a quien fuera y su dinero le permitía dar las mejores fiestas.

Cuenta la historia que la Güera convenció al virrey Apodaca de que diera el título de comandante en jefe de las Fuerzas Realistas a Iturbide. Por aquellos días, don Agustín y doña Ignacia se entregaban con bélico furor y loco frenesí al deliquio carnal.

Ya con don Agustín al mando del Ejército Realista, la Güera lo convenció de la necesidad de independizar a México. Y como dice el dicho que se refiere a los carruajes de tiro animal, el poder de una mujer supera, con mucho, el de las carretas. Así, Iturbide cambió de bando y logró la independencia.

Les recomiendo ampliamente el libro, pues esta y un sinnúmero de historias que evidencian algunos disparates cómicos de nuestros presidentes vienen narradas con la singular gracia de Antonio Garci. El 16 es feriado y es viernes, así que será una excelente lectura para el fin de semana, además de que conoceremos el lado divertido de nuestra historia.

VAGÓN DE CABÚS

El presidente Joe Biden mandó a su secretario de Estado Anthony Blinken a dialogar con el presidente López Obrador sobre temas como la migración y el narcotráfico, materia que se ha convertido en un tema de salud que ha prendido las alarmas en Estados Unidos. El fentanilo provocó la muerte de más de 80,000 personas el año pasado y la mafia mexicana ya superó a la de China en la introducción al país vecino de esta sustancia.

La cuestión energética no se tocó. Esa se le deja a la controversia iniciada dentro del mecanismo de consulta de los tres países, Canadá, Estados Unidos y México, que conforman el T-MEC.

En apariencia, la actitud del presidente fue, a diferencia de aquella posición irreverente, tropical y bravucona que mostró con el video de su paisano Chico Che, conciliador y tersa. Lo celebro, pues si algo necesitaremos en los tiempos por venir es la buena voluntad de nuestros vecinos y socios. N

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Salvador Casanova es historiador y físico. Su vida profesional abarca la docencia, los medios de comunicación y la televisión cultural. Es autor del libro La maravillosa historia del tiempo y sus circunstancias. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.

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