La madre de Anthony Avalos y su novio son condenados a cadena perpetua por el asesinato de su hijo de 10 años

Una solemne procesión de adolescentes y niños vestidos de negro entró el martes en un tribunal de Los Ángeles y se dirigió al juez. Todos pidieron una cosa: cadena perpetua para Heather Barron, de 33 años, y Kareem Leiva, de 37 años.

El juez les concedió su deseo.

Barron y su novio, Leiva, que fueron declarados culpables el mes pasado de torturar a Anthony Avalos y a sus hermanos y, en última instancia, de matar a Anthony, de 10 años, fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, culminando un doloroso proceso de cinco años para los familiares de Anthony.

Diecisiete familiares y testigos declararon durante la emotiva vista de sentencia celebrada el martes antes de que el juez Sam Ohta, del Tribunal Superior de Los Ángeles, ordenara la cadena perpetua para Barron y Leiva. Barron lloró en silencio mientras un flujo constante de familiares hablaba, detallando minuciosamente cómo sus acciones no sólo acabaron con la vida de Anthony en su casa de Lancaster, sino que también destruyeron las vidas de todos los que la querían.

"Por fin estoy libre de todas las torturas y abusos", dijo la hermana de Anthony, Destiny, que al principio no pudo testificar, mientras lloraba ante el tribunal. "Si hubiera sabido que todo esto terminaría perdiendo a mi hermano... lo haría todo de nuevo con una sola diferencia: que sería yo, no Anthony".

El impactante testimonio dejó a Barron llorando, secándose la cara mientras era calificada repetidamente de "monstruo" por aquellos que una vez la llamaron hermana o madre.

"Debido a sus actos, ya no puedo considerarla como parte de mi familia. En mi mente, ella está muerta", dijo Dana B., una prima de Anthony.

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Dana habló de cómo el asesinato sacudió a su madre y a su padre, que es hermano de Barron.

"He perdido a mi padre", dijo. "Le he visto intentar cuidar de mi madre y de todo lo demás de la casa mientras él también sufría en silencio".

Aunque los miembros de la familia dijeron que vivirán para siempre con el dolor de la muerte de Anthony y el odio hacia sus asesinos, el auxiliar del fiscal del distrito del condado de Los Ángeles, Jonathan Hatami, dijo que esperaba que la sentencia proporcionara algún tipo de consuelo a la familia.

"Hay una pequeña sensación de justicia", dijo Hatami en una rueda de prensa tras la sentencia.

Hatami también aprovechó la rueda de prensa para arremeter contra su jefe, el fiscal George Gascón, de quien dijo que se negó a reunirse con la familia. Hatami es candidato a fiscal del distrito y contenderá en contra de Gascón.

"No quiso escuchar a la familia. Ni siquiera miró los hechos o las pruebas de este caso", dijo Hatami, que ha sido un feroz crítico del progresista fiscal de distrito.

Tiffiny Blacknell, directora de comunicaciones de la oficina del fiscal del distrito, dijo que Gascón estaba satisfecho con el resultado de la sentencia.

"Este momento debería dedicarse a un profundo análisis sobre cómo evitar que un horror así vuelva a ocurrir en lugar de participar en una retórica política que no avanza en la seguridad de los niños", dijo Blacknell.

La sentencia dejó a los miembros de la familia intentando entender a Barron, a quien conocieron como amiga y confidente y ahora es una asesina.

"Todavía me resulta alucinante", dijo David, el hermano de Barron. "¿Por qué estamos aquí?"

María, la mujer de David Barron, recordó una conversación con Heather Barron años atrás, cuando consideraba a su cuñada su mejor amiga. Fue tras el asesinato de otro niño de Antelope Valley, Gabriel Fernández, un niño de 8 años asesinado por su madre, Pearl Fernández, y el novio de ésta, Isauro Aguirre, en 2013.

"Una vez me dijiste que nunca serías como Pearl Fernández", recordó María Barrón. "¿Adivina qué? Eres igual que ella, incluso peor".

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Este artículo fue publicado por primera vez en Los Angeles Times en Español.