Macron reclamó que las potencias se movilicen por los incendios en la selva

PARÍS.- El presidente francés, Emmanuel Macron, electrizó ayer la Cumbre del G-7 al exponer la situación de emergencia sin precedente que vive el planeta, debido a la fragilidad de los océanos y de los incendios que están devastando una parte de la Amazonia. El grupo podría anunciar hoy un ambicioso plan de medidas para ayudar a Brasil a luchar contra esos inmensos incendios que han destruido casi medio millón de hectáreas y una ayuda financiera para reforestar la selva amazónica.

En un mensaje televisado, emitido en directo desde el balneario atlántico francés de Biarritz pocas horas antes de iniciar el cónclave, Macron expuso su preocupación por la situación. El presidente apeló a una "movilización de todas las potencias".

"Debemos responder al llamado de los bosques [...] de la Amazonia", que definió como "nuestro bien común", ya que produce 20% del oxígeno del planeta.

Decidido a lograr un exitoso resultado, a pesar de las fuertes tensiones que existen entre los participantes, Macron cambió la orientación de la cumbre, de la que participan los líderes de Francia, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Canadá y Japón. Por un lado, colocó los temas ecológicos en primera posición de la agenda de la conferencia, habitualmente consagrada a cuestiones políticas y económicas. Por otra parte, decidió sacrificar el ritual que obliga a publicar un comunicado conjunto después de las deliberaciones. De esa forma evitará las provocaciones, los desplantes y las agresiones que destiló el presidente norteamericano, Donald Trump, después de las cumbres de Taormina (Italia), en 2017, y Charlevoix (Canadá), en 2018.

Al mismo tiempo, el líder francés multiplicó los gestos de apaciguamiento con el jefe de la Casa Blanca, como una "improvisada invitación" a almorzar en el restaurante de la terraza del suntuoso Hotêl du Palais.

Durante las dos horas que duró la comida bajo las sombrillas, Macron buscó "crear las condiciones para un buen grado de convergencia dentro del grupo del G-7" y "obtuvo clarificaciones de Trump" sobre los principales temas de la agenda que será abordada durante la cumbre, según precisó el Palacio del Elíseo. De esa forma fue posible llegar a puntos de convergencia sobre los incendios en la Amazonia, el programa nuclear iraní y el comercio.

Si prospera ese principio de acuerdo, los países del G-7 podrían anunciar hoy diversas medidas para ayudar a Brasil a luchar contra los incendios. Ese programa incluiría acciones concretas para luchar contra el fuego y ayuda financiera para reforestar.

Sobre la situación con Irán, Trump "confirmó que no quería la guerra, sino un deal [acuerdo]", según el Elíseo. Macron le presentó la opción de permitir que Teherán, "durante un período limitado", pueda exportar una parte de su petróleo a cambio de que vuelva a su compromiso de no enriquecer uranio para dotarse del arma nuclear.

Poco antes de esa reunión, Trump había amenazado con aplicar "fuertes tasas" a los vinos franceses importados por Estados Unidos si Francia persistía en gravar las ganancias de los gigantes de internet. Macron, sin embargo, fingió no dar demasiada importancia a esa intimidación para no comprometer el desarrollo de la conferencia.

Acuerdo en duda

Otro tema dominante de la cumbre en Biarritz, aunque no previsto en la agenda, fue el futuro del acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Hasta ayer, Francia e Irlanda eran los únicos dentro del bloque en negarse a firmar ese tratado en respuesta a la actitud de Brasil en la Amazonia y los comentarios irritantes del presidente Jair Bolsonaro sobre el "colonialismo" europeo. Ayer, sin embargo, recibieron el respaldo del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk: "Es poco probable que se pueda ratificar el acuerdo si se continúa quemando el Amazonas". Aunque proclamó que la UE "sostenía" ese tratado, estimó que era "difícil imaginar un proceso de ratificación mientras el gobierno brasileño permita la destrucción" forestal de la selva.

No sucedió lo mismo con Alemania y Gran Bretaña, que manifestaron su desacuerdo con la actitud de Francia e Irlanda.

"Hay todo tipo de gente que usará cualquier excusa para interferir en el comercio y bloquear los acuerdos comerciales. Yo no quiero eso", declaró el premier británico, Boris Johnson, al llegar a Biarritz. Anteayer, el vocero del gobierno alemán había afirmado que la decisión de Macron "no era el método apropiado" para tratar la crisis.

Igualmente conflictivo fue el ultimátum lanzado por Johnson, que dijo que la UE debe "renunciar al backstop" (salvaguarda irlandesa) para evitar un Brexit sin acuerdo. "Le dije a la UE que, si no desea un Brexit sin acuerdo, debemos dejar esa salvaguarda fuera del tratado", comentó en el avión que lo llevó a Biarritz.

Las conversaciones de fondo recién comenzaron en su formato plenario a la hora de la cena, que fue servida en el faro de Biarritz.

La atmósfera de la cumbre fue alterada por protestas relativamente limitadas. Ante la imposibilidad de irrumpir en el centro de Biarritz, blindada por un dispositivo de más de 13.000 policías y gendarmes, los manifestantes se congregaron en las ciudades vecinas de Hendaya y Bayona.

Las fuerzas de seguridad dispararon gases lacrimógenos, pero los enfrentamientos fueron limitados. La jornada negra podría ocurrir hoy con la posible llegada de "chalecos amarillos" y varios contingentes de black blocs procedentes de varios países europeos.

Los ejes claves del encuentro en Biarritz

Medio ambiente

Los incendios que arrasan la Amazonia se impusieron en la agenda de la cumbre, donde los países europeos alzarán la voz una vez más contra el cambio climático; se espera por la reacción de Donald Trump, contrario al consenso sobre el tema

Guerra comercial

La cumbre encuentra a los líderes mundiales en medio de la guerra comercial desatada el año pasado entre EE.UU. y China, con repercusiones en todo el mundo; el conflicto se intensificó anteayer con el anuncio de nuevos aranceles de ambos bandos

Trump-Johnson

Esta es la primera cumbre internacional del flamante primer ministro británico, Boris Johnson, y se produce cuando faltan poco más de dos meses para concretar el Brexit; la expectativa se centra en ver si la cumbre da lugar a la aparición de un eje Trump-Johnson, con consecuencias en cadena para el resto de las cuestiones diplomáticas

La crisis con Irán

El anfitrión, Emmanuel Macron, espera que sus pares den muestras de calma en la crisis con Irán, a fin de salvar el acuerdo sobre el plan nuclear de 2015, denunciado por EE.UU. y del que Irán amenaza con ir desvinculándose