Macri y Vidal dieron la sorpresa en una elección donde la duda era otra

Macri y Vidal dieron la sorpresa en una elección donde la duda era otra

Balotaje, o no. Esa era la cuestión. Daniel Scioli estaba tan confiado que ni siquiera creyó necesario ir al debate presidencial. Los medios, en su mayoría daban como ganador al candidato del Frente para la Victoria, y la duda era si le sacaba los 10 puntos necesarios a Mauricio Macri para convertirse en el próximo presidente de los argentinos. Pero con las cartas sobre la mesa, el escenario cambió tanto que terminó por sorprender al mismo candidato de Cambiemos. ¿Qué pasará el 22 de noviembre, cuando se diriman en el último duelo de cara la sucesión de Cristina Fernández de Kirchner?

Con las cartas sobre la mesa, el triunfo de Macri apenas conocidos los primeros resultados sellaron una noche donde la sorpresa fue la perla de la noche: Macri pasó al candidato del Frente Para la Victoria. Los primeros resultados le dieron 36 puntos al jefe de gobierno porteño y 34 al gobernador bonaerense. Luego, la elección se emparejó y Scioli terminó sacándole un par de puntos a Macri en el resultado final.

La actitud de los jefes de campaña delató, un poco por adelantado, lo que luego se confirmaría unas horas más tarde. Alrededor de las 7 de la tarde Marcos Peña, secretario general del gobierno porteño, fue el primero en hablar, arriesgando un tibio balotaje entre Macri y Scioli. Hasta el momento, la intriga era la misma que dominó la escena desde las PASO hasta ayer.


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Por su parte, el gran desplazado de la elección fue Sergio Massa. Luego de toda la pelea por el así llamado “voto útil”, esto es, el voto que podía desplazar al kirchnerismo, el candidato de UNA quedó lejos con alrededor del 20 por ciento de los votos. Alberto Fernández, ex jefe de gabinete de Néstor Kirchner y actualmente en las filas del massismo, arrojó una noticia que bajó las aspiraciones massistas a minutos de las 9 de la noche: “No estamos entre los dos primeros”, sentenció. Los sueños del gran ganador de la elección de 2013 empezaron a quedar sepultados antes de que el ministro de Justicia, Julio Alak, arrojase resultados.

Massa insistió, de todos modos, en que seguirá “dando pelea”: dejó el terreno sembrado para ser candidato en una nueva elección futura.

“Lo que sucedió cambia la política de este país”, declaró Macri incluso antes de conocer los números. Es que, por lo bajo, se sabía lo que la Dirección Nacional Electoral parecía querer ocultar: que los números no favorecían al kirchnerismo.

La Provincia, madre de todas las batallas: a todo o nada

En la Provincia de Buenos Aires el escenario era distinto. Allí la discusión por la segunda vuelta es obsoleta: se gana por un voto, independientemente de la diferencia porcentual obtenida. Aníbal Fernández perdió con María Eugenia Vidal, la elegida de Macri para el áspero terreno bonaerense, en un resultado que sorprendió a propios y ajenos: si alguien tiene fama de conocer la Provincia de Buenos Aires, ese es el jefe de gabinete de la Nación.


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María Eugenia Vidal cerró con cuatro puntos de ventaja sobre Aníbal Fernández. Una sorpresa que, para muchos, se explica por el alto porcentaje de voto rechazo que el jefe de Gabinete de la Nación genera.

Desde el búnker de PRO en Costa Salguero, todo fue celebración: el triunfo, apenas conocidos los números, y luego el ajustado porcentaje entre Scioli y Macri. Un hueso duro de roer para Aníbal, que termina su gestión y probablemente deba asumir que, luego del 10 de diciembre, dejará de ocupar un cargo público luego de décadas en el poder.

La incógnita para el 22 de noviembre: los votos de Massa

Con las cartas echadas, el balotaje será una batalla a todo o nada. Los cargos legislativos (diputados y funcionarios del Parlasur) ya se definieron en esta elección, por lo que lo único que elegirán los argentinos el próximo 22 de noviembre será sólo un cargo: quién sucederá a Cristina Fernández de Kirchner. Y será a todo o nada.

Por una parte, se abre a un juego de alianzas por el voto de los candidatos que quedaron afuera. Los que menos mueven la aguja, Margarita Solbizer, Rodríguez Saa y Del Caño pueden aportar para un lado o para el otro. El puntano podría acordar con el FpV, aunque aportaría un magro 1,67. Stolbizer, en cambio, sacó un 2.55 que podría acercar un poco más, y el candidato del FIT, quien logró el cuarto puesto con 3,27, anticipó que llamarán a votar en blanco.

La gran pregunta es, por supuesto, para qué lado irán los votos de Sergio Massa. Ese 20 por ciento podría ser definitivo para dirimir la cuestión del ejecutivo nacional. Considerando que Massa se presentó como la oposición de Daniel Scioli, ¿tiene tanto voto rechazo el kirchnerismo como para que los massistas voten a Macri? ¿O Macri tampoco cosecha simpatías entre quienes votaron a UNA en esta primera vuelta?

A pura incertidumbre, las únicas pistas van por el lado de los esfuerzos por convencer a los indecisos. Luego del batacazo de Cambiemos, el Frente para la Victoria tendrá que ir por la tarea más difícil en muchos años: convencer a los votantes de Massa que Scioli es, dentro de la continuidad, el cambio. El problema es cuánta continuidad verán los votantes de UNA en el cambio que el gobernador de la Provincia de Buenos Aires propone.